[05: En la cocina]

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[05: En la cocina]

Nakiri había estado dando órdenes a diestra y siniestra en la cocina, la sensibilidad de su lengua divina al máximo, lo que provocaba que notará el más mínimo error, por insignificante que fuera.

La jornada apenas iba por la mitad y sentía que su cuerpo se quebraría en cualquier momento, no quería reconocerlo pero probablemente estaba…

—Nakiri —alzó la mirada de los patos confitados que estaban saliendo del horno y se encontró con la figura de Yukihira Sōma frente a sí.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Cuestionó, frunciendo el ceño.

—Me enviaron un mensaje de auxilio y vine a ver qué te sucede —saludo con una cabezadita a algunos miembros del personal que ya conocía.

Erina resopló y se volvió, buscando con la mirada a su sous-chef para fulminarle con la mirada, por su parte, alguien se acercó a preguntarle a Sōma sobre una salsa y éste dio el visto bueno.

—¿Qué rayos estás haciendo? —Sus ojos chispeaban de enojo—. Te recuerdo que- —se cortó de forma abrupta cuando él unió su frente a la suya—. ¡¿Q-qué…?!

—Estás enferma —murmuró Sōma, frunciendo el ceño —vamos a llevarte a casa.

Ella misma lo había sospechado, pero no iba hacer como él decía porque sí.

—Si piensas que voy a abandonar esta cocina mientras aún hay comensales esperando, estás muy equivocado —gruñó por lo bajo, mostrando los dientes de forma breve.

Sōma miró alrededor mientras suspiraba de forma cansina.

—¿Sabes? Cuando te enojas eres incluso más bonita, pero en este momento no voy a dejarme embaucar —le estaba quitando el mandil de la cintura y Erina retrocedió, parte sorprendida, parte mareada—. No es momento de ser terca —volvió su cabeza hacia atrás —sigan las órdenes de su sous-chef al pie de la letra, chef Nakiri se retira por hoy.

Al escuchar la respuesta de sus cocineros ante las palabras de Sōma, Erina no pudo más que sentirse enojada ante la forma que él parecía tornar las cosas a su favor, viniendo como mandamás de sus dominios.

—¡No me iré a ningún lado! —Espetó, buscando apartar las manos de él—. Quítate de en medio, aún tengo que- —por segunda ocasión en menos de diez minutos Sōma la interrumpió, pero esta vez fue estampando sus labios contra los de ella.

Erina forcejeo un poco contra la presión que él estaba imponiendo en aquel contacto, ¡¿qué diablos le ocurría?! ¡Estaban en medio de su cocina, por todos los cielos!, se estremeció de forma involuntaria cuando la lengua de Sōma rozó la suya, como un escalofrío que recorrió fríamente todo su ser, haciéndole sentir mareada y más débil.

—Yo creo que sí —la tomó en vilo, en medio de los rostros ruborizados de los demás empleados—. Arato seguirá haciéndose cargo de todo —repitió en voz alta, antes de salir con Erina de allí.

Erina ocultó su rostro en el pecho de Sōma, encontrándose sin fuerzas para discutir. Por el momento, solo se dejaría llevar, realmente se sentía bastante mal y sabía que él la cuidaría sin importar qué.

Ya cuando estuviera más repuesta, podría reclamarle sus acciones con todas sus fuerzas, incluyendo ese beso en medio de su cocina.

—Fin—

Inicio: 21-11-2019.
Corregido: 05-04-2020.

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