Aloha

Capítulo Único

Basado en el capítulo final de la serie
ALERTA DE SPOILER

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Acelero su camioneta fondo, tenía que llegar cuanto antes. Cada segundo contaba y nadie se interpondría en su camino.

- Danno, tú no. Tú eres el único no me puedes hacer esto. Todos me han abandonado ya. Tú no – repetía sin parar como si fuera un mantra

En cuanto bajo de la camioneta su alma se fue al piso. No podía ser. No. El Camaro estaba en llama totalmente destruido

- Danno… – susurro echándose a correr hacia el automóvil pero este exploto y por instinto se cubrió con su brazo izquierdo – ¡no! ¡no! ¡no! – susurraba intentando acercarse – ¡Danno! ¡no! ¡no! – empezó a gritar intentando ir hacia las llamas para rescatar a su mejor amigo
- Steve, detente – suplicaba Lou intentando detenerlo – Steve por favor

El hombre frio y determinado que los integrantes de Hawaii que entro al cuartel general de 5.0 y ahora los integrantes de la unidad tenían frente a él nada tenía en frente en ese momento absolutamente nada tenía que ver con el que hacía dos horas lloraba llamando a gritos a su compañero y mejor amigo. Y es que no era la primera vez que el comandante Steve McGarrett sentía que su alma se le escapaba de su cuerpo. No. Se reusaba a creerlo. Danny, su compañero y mejor amigo, su Danny, no podía estar muerto. No. Él no lo podía abandonar. No.
Su teléfono sonó

- McGarrett – dijo al teléfono
- Tengo lo más valioso para usted, comandante – dijo la voz de una mujer
- ¿Tú tienes a Danny? – pregunto Steve no sabiendo a ciencia cierta qué respuesta anhelaba su corazón
- Correcto. Parece ser que cada uno tiene algo que el otro quiere – dijo la mujer –.  Yo tengo a la persona que es más importante para ti en el mundo, y tú tienes…
- ¿Qué… Qué es lo que tengo? – preguntó Steve sintiendo como su alma se caía hasta el suelo – ¿Qué es lo que quieres?
- El código – dijo la mujer – Entrégamelo y el detective Williams vivirá.
- ¿Cómo… como sé que está bien? – dijo Steve intentando controlarse
- Dígale hola a tu amigo, detective Williams – dijo la voz – Está preocupado por tu seguridad.
- Lo que sea que quiera que hagas Steve, no lo hagas. Ok – dijo el segundo al mando de 5.0 – ¡No le des nada!
- ¿Así que tenemos un trato? – dijo la mujer y Steve hubiese jurado sonreía – No dejes que pase lo mismo que con tu padre.  No permitas que otro ser amado muera por tu terquedad – y la comunicación se corto
- No hay nada – dijo Junior
- ¡Rastréalo – exigió Steve – y encuéntralo! No me importa lo que tengas que hacer, encuentra su ubicación ahora – y todos se miraron entre si
- Steve – dijo Tany  suavemente –, no creo que…
- Soldado – dijo Steve girándose a ver al joven moreno – no me haga repetir la orden
- Señor, si señor – dijo Junior cuadrándose al ver que en ese momento no hablaba con su jefe, ni con su amigo, sino con su superior de la marina. Y casi juraría que con una máquina de matar que solo el detective Danniel Williams podía desactivar
- Envíame su ubicación en cuanto la tenga – dijo Steve saliendo casi a la carrera
- ¿Dónde vas? – grito Lou – ¡Steve!

Este sabía que era peligroso intentar un rescate sin apoyo pero no arriesgaría a otro miembro de su equipo, no soportaría más dolor. Solo rogaba a quien lo quisiera escuchar no perder al rubio también. No podría soportar su ausencia, ni volver a ver a la cara a los hijos de su amigo si algo malo le pasaba a este.

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En algún lugar de Hawaii, totalmente empapado en su propia sangre forcejeaba disimuladamente para liberarse de las cadenas de las que colgaba. Un hombre entro a la habitación con una maletín de ejecutivo que coloco sobre una mesa y la abrió mostrando las herramientas de tortura  que contenía