Capítulo Único

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Cuando el sol del séptimo día salió y pude ver decenas de glicina sobre mí, lo entendí.

Después de casi dos años de entrenamiento, finalmente lo comprendí.

A pesar de todo, yo...

Yo nunca sería capaz de agarrar una espada de nuevo.

—¡Ya te lo dije! —exclamó la pelinegra—

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—¡Ya te lo dije! —exclamó la pelinegra—. ¡No pienso pelear contra ti!

—¡¿Ah?! —gritó su contrario—. ¡¿Por qué no?!

—¡Ya me venciste en el entrenamiento de recuperación!

—¡No es suficiente!

El chico con máscara de jabalí la apuntó con la katana en su mano derecha.

—¡Por fin llegaron las espadas, tengo que probar mi fuerza antes de irnos!

—Pues no será conmigo, estoy ocupada.

Aoi agarró una cesta llena ropa y sábanas recién lavadas para encaminarse al patio. El de brillantes ojos verdes la siguió aún reclamando un enfrentamiento.

—Si tanto quieres pelear, ve a buscar a Kanao —replicó sin mirarlo—. Es más hábil que yo.

Inosuke se quedó estático. Sabía muy bien el poder de la joven ya mencionada y por esa misma razón no quería enfrentarse a ella. Pero la habilidad de espadachín de la de ojos azul cobalto era aún desconocida.

—¡No quiero! ¡Muéstrame tu espada! —clamó.

—¡Que no!

—¡¿Por qué?!

Los hombros de la joven temblaron de rabia. A causa de aquel sentimiento, no pudo medir sus palabras, ni su respuesta.

—¡¡Porque en primer lugar no tengo una!!

El único ruido que se escuchó tras el grito, fue el revoloteo de las aves alejándose por haber sido espantadas. La pelinegra se dio cuenta entonces de cuánto había levantado la voz, pero sobretodo, de qué había dicho. Dirigió sus ojos al césped con vergüenza.

—Lo-.

"Lo siento, no quise perder la compostura. Olvida todo lo que dije." fue lo que Aoi quiso decir, pero el chico la interrumpió.

—Ya veo —se cruzó de brazos—. Entiendo.

Inosuke movió su cabeza de arriba abajo varias veces.

—Ya entiendo —repitió. Aoi lo miró con los ojos muy abiertos.

—¿De verdad? —dijo esperanzada.

—¡Sí, deben de estar reparando la tuya!

Inosuke rio.

—¡Entonces no pasa nada! —exclamó con cierto ímpetu—. ¡Te dejaré una de las mías, tengo espadas dobles!

Espadas Dobles [Kimetsu no Yaiba] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora