CAPÍTULO: 6

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LUKÁS

Me sudan las manos. Siento como si millones de avispas quisiesen perforar mis entrañas con sus aguijones. El corazón late con fuerza, como si quisiese salir de mi pecho, pidiéndome aire. A pesar de que mi mente haya recreado este momento tantas veces, yo no he estado preparado.

Por las calles, no se escuchan las ajetreadas vidas de los ciudadanos, lo cual se agradece. Eso me deja cerrar los ojos, con calma, e inspirar. Es tarde y la cafetería Muse's ya ha cerrado, pero incluso así sus paredes siguen desprendiendo el mismo aroma a café recién hecho de siempre. Si me concentro en ellas le sigo escuchando, sintiendo. Como si me abrazase por la espalda en este mismo instante.

Eso todavía consigue ponerme más nervioso, mucho más que al bajar del avión.

Tengo claro a lo que he venido. Por qué estoy aquí de nuevo. Quiero que este cambio sea el comienzo de una nueva vida. La mía, donde solo yo pueda elegir mis decisiones, mis objetivos, mis errores.

Cuando quiero darme cuenta, mis manos permanecen cerradas en puño, aferradas a los laterales de mis caderas. Llevo demasiado tiempo encerrado por miedo al vértigo. Ha llegado la hora de saltar.

Con paso firme, me alejo de la cafetería y camino por las solitarias calles hasta llegar a donde mi indica la voz metálica del navegador de mi teléfono móvil. Saco unas llaves tintineantes del bolsillo trasero de mi pantalón y abro la puerta de la que será mi nuevo hogar durante un tiempo. No sé cuánto. No lo he pensado, ni me importa. Ahora no.

Esta es mi oportunidad. Y puede ser la última. 

OXITOCINA (EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora