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Un hombre salió de entre los matorrales desde el otro lado.

- ¡Bambam!- el nombrado levantó un brazo, reconociéndoles. Cruzó sin problemas y se acercó al fuego.

- ¡¿Cómo habéis conseguido escapar?!- Seokjin implícitamente comprendió que la transformación por la luz de la luna era algo que ya sabían todos pues ignoró por completo su cambio radical de aspecto.

- No vio el precipicio, está ahí abajo- la intranquilidad volvió- ¿Has visto a los demás?

- Que va- negó preocupado- No tardarán en llegar.

Y así fue, Jackson fue el segundo, acompañado de Yugyeom, después Youngjae, que casi no vive para contarlo.

- ¡Esa pantera casi se queda con mi pantorrilla!- contó frente al fuego- ¡Era más rápida! ¡Sabía trepar mejor que yo! ¡Y ni loco me metía en las aguas de este lugar!

- ¿Cómo escapaste?- Yugyeom y Bambam escuchaban como dos pequeños niños frente a su abuelo.

- El gusano gigante se la comió, no me vio y siguió de largo, así pude huir- Jin y Nam cruzaron miradas.

- Eso es imposible, el monstruo estuvo con nosotros todo el tiempo- un escalofrío recorrió sus espaldas- A no ser... que haya varios sueltos en la isla- el capitán maldijo por lo bajo.

- ¿Dónde diablos se ha metido Jhope?- la impaciencia ahora se había quintuplicado, cada pocos segundos miraban a sus alrededores listos para correr en cualquier momento. De repente, se escuchó un movimiento. ¿La otra bestia sí consiguió llegar a este lado? 

- Vamos al jodido barco de una puta vez- el pelirrojo llegó con un cofre bajo su axila bien sujetado.

- ¿Qué es eso que llevas ahí?- apagaron el fuego y no cuestionaron, no es como si alguno se quisiera quedar. Tardaron el doble en llegar a su destino por el miedo de hacer algún ruido, los depredadores estaban en todas partes.

- Atravesé la catarata cuando el gusano se fue- respondió impasible, la arena bajo sus suelas se sintió mejor que un trago de ron.

- ¡Han llegado!- IN dejó caer la escalera de cuerdas, el bergantín estaba listo para zarpar desde hace unas horas.

- ¡Seungmin!- el pirata acudió a su capitán- ¡Sácanos de esta isla del demonio!

- ¡Sí, Capitán!

- ¡Y acercad el baúl!- en segundos estuvo a sus pies, se agachó frente a la cerradura- ¡Seokjin! ¡Trae la llave!- casi se le escapa un "sí, capitán".

- Toma- se la tendió intentando ocultar el efecto que causaba el objeto en su ser, sin su voluntad de acero ya habría hecho alguna estupidez.

Bajo la luz de la Luna, la llave dorada hizo su trabajo sin problemas, pues una de sus cualidades era que podía abrir cualquier cosa no importaba el tamaño o la logística. Dentro de la caja mediana, había monedas de oro, gemas, y joyería empedrada. Cualquier pirata se hubiera alegrado, sin embargo, la riqueza no era lo que ellos ambicionaban.

- No he arriesgado mi vida dos veces para esto- sin contemplación, el rey lo volcó en el suelo, buscando entre piezas de gran valor- Al menos un mapa, maldita sea- Su determinación sorprendió a la tripulación.

- Seokjin, ya estamos acostumbrados, llevamos años yendo a la caza, podemos esperar un poco más... - por supuesto que también se sentía decepcionado.

- ¡Mira!- entre tanto metal, se encontraba una sucia libreta- ¡Ves!- Namjoon había podido observar en primera fila, como con el tiempo sus ojos verde oliva, iban tomando unos tonos con mayor vitalidad. En este momento, incluso con la falta de luz, podía apreciar un hermoso color malaquita.

𝓛𝓪 𝓿𝓲𝓭𝓪 𝓮𝓷 𝓽𝓾𝓼 𝓸𝓳𝓸𝓼  {Namjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora