capítulo III

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El viaje tomaría probablemente un día, la aldea se encontraba relativamente cerca, el capitán le hizo saber a Zuko que le informaría cuando llegaran, le pidió que descansara.
Zuko miraba hacia el techo recostado sobre la cama cuando escuchó que alguien llamaba a la puerta no era una sorpresa saber quién era así que se limitó a indicar que podían pasar.
–de verdad, así de fácil dejas entrar a quien sea a tu camarote sin saber quién es antes?–
–supuse que eras tú–
–oh ya veo, pero pudo haber sido alguien peligroso–
–como quién? Confío en los que están en esta nave–
–sabes a veces esa nueva actitud tuya me frustra un poco–
–que actitud?–
–toda esa confianza que emanas,  digo sé que eres el monarca de la nación del fuego y eso debe generarte seguridad, pero siento que el chico que conocí ya no está, no sientes la incertidumbre de que será de tu vida como lo hacías antes, no eres débil–
–no era débil recuerdas que te vencí sin necesidad de usar mi control del fuego– deja salir una sonrisa.
–no me refiero a eso sí no a débil de espíritu, era como si necesitaras la compañía y el apoyo de alguien, en ese entonces tú tío, y ahora es como que haz madurado y ya no necesitas a nadie, te basta contigo y esa sabiduría de callar en momentos en los que antes habrías gritado para hacerte escuchar o cuando estúpidamente te golpeé el Zuko de antes me habría hecho sangrar seguramente–
–si supongo que si, pero a qué viene todo esto Jet? Tampoco es como si me hubieras conocido mucho, robamos comida juntos en el transbordador y después quisiste convencerme de unirme a ustedes; nos delataste a mi tío y a mi frente a los Dai li después nos volvimos a ver un par de veces más en los techos de las casas...y..sabes esos fueron de los mejores momentos que pasé en Ba sing se recuerdo muy bien el último atardecer que vimos juntos–
Hasta este momento jet seguía de pie frente a la cama en la que Zuko seguía acostado se acercó hasta sentarse a un lado de Zuko.
–muévete–
Y Zuko se pega más hacia la pared de metal para hacerle espacio a Jet.
–También lo recuerdo, el sol muriendo se veía precioso reflejado en tus ojos– dice esto mirando a la cara de Zuko, este desvía la mirada y eso le da una ligera satisfacción a Jet, ahora se encuentra pensando que es afortunado de ver esa vulnerabilidad en el poderoso señor del fuego.
–mírame–
Zuko tarda un tiempo más viendo hacia la pared y luego voltea a ver a Jet, controlando su respiración puede sostenerle la mirada al libertador.
–te pregunto algo?–
–que cosa?–
–puedo besarte?–
–Jet siempre lo haces sin preguntar–
–quiero sentir cuando te bese, que tú también lo quieres–
–si Jet puedes besarme y si quiero–
Jet se mueve colocándose sobre Zuko pero con las manos a los costados de la cabeza del menor para que no esté todo su peso sobre el, estando así puede ver en la mirada dorada nerviosismo Zuko solo esperaba un beso no encontrarse en esta posición.
–Jet–
–shhh descuida solo será un beso–
Cortando poco a poco la distancia se acercó y cerró el espacio entre los dos, labios suaves bajo los suyos, la boca de Zuko se abrió ligeramente y el pudo saborear el interior cálido de esta; al romper el contacto se sonrieron el uno al otro y jet se recostó a un lado rodeó con su brazo la cintura del joven rey
–por que no dormimos un poco?–
–de acuerdo–

Un par de golpes en la puerta y Zuko abrió rápidamente los ojos y de un solo movimiento se sentó en la cama.
–Jet? Despierta llaman los soldados–
–ya oí, pero me espantaste más tú, al levantarte así–
–lo siento– dice sonriendo y con algo de vergüenza, pasa por encima de Jet para salir de la cama se dirige a la puerta la abre para ver al guardia –enseguida subo a la cubierta, por favor esperen ahí–
–si señor–
Cierra, se gira para ver a Jet ya de pie y listo para salir –vamos!–
Zuko asiente, ambos se dirigen a cubierta al llegar ven a unos cuantos guardias y al capitán esperando este último saluda con respeto y habla –llegaremos a el muelle en unos minutos señor, la ubicación del campamento no debe estar muy lejos según el protocolo es a máximo díez minutos de la embarcación, cuáles son sus órdenes majestad?–
–bien, iremos cinco a encontrar el campamento; Jet, tres guardias más, y yo al llegar hablaré con el capitán Suttland para informarle que deben dejar el puesto y regresar a la nación del fuego, usted capitán se quedará en el barco y quiero que mande el primer halcón con un mensaje para mi tío informando que llegamos a aqui, de acuerdo a lo de el protocolo no debemos tardar en encontrarlos, así que si en una hora no hemos regresado envíe a otros cinco hombres a buscarnos...y algo más capitán; por qué no puedo ver desde aquí el barco?–
–justamente esa es una de mis grandes preocupaciones señor, debería estar ahí, debido a que no hay informes de haberse rerirado–
–bien entonces lo averiguaremos, quién de ustedes me acompañará?–
Tres guardias dan un paso al frente Shuon, Zhan y Tao  –iremos nosotros, majestad–
–de acuerdo–
Soldados preparan el atraque del barco, ya han llegado a la orilla, Zuko ya está vestido con ropa más cómoda que el ostentoso traje y se ha quitado el broche real desatando su cabello, lleva su mirada hasta encontrarse con la de Jet –listo?–
El libertador le sonríe –siempre–

El Fuego Se ExtingueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora