Capitulo 2

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Ya habían terminado de operar a Nairobi como pudieron y por suerte había salido bien. Tokio había podido extirpar la bala y el trozo de pulmón que había quedado hecho polvo. Ahora faltaba ver como progresaba pero todo daba señales de que iba a estar bien. Una de las rehenes, que era enfermera, la estaba cuidando como a una reina y se lo merecía; Alicia se había pasado de límite, no es moral pegar ese golpe tan bajo, no es moral meter a los hijos en el medio de estas situaciones y menos en el caso particular de Nairobi. 
Sacando a Nairobi de lado se notaba tensión en el ambiente, también sacando de lado que estábamos  en un atraco, obviamente, porque el ladrón esta acostumbrado a este tipo tensiones pero si ya mezclas robo y amor, estas jodido. Rio había dejado a Tokio hace unos días y estaba bastante molesta, Estocolmo y Denver se habían peleado y eso lo había destrozado y para mejorar como nunca la situación Rio comenzó a acercarse de una manera muy particular a Estocolmo. Claramente a ninguno de los dejados le molaba una mierda eso. 
Esa noche a Rio le tocaba cuidar a los rehenes en el vestíbulo y decidí acompañarlo para sacarle un poco más de información sobre lo que estaba pasando y sobre las torturas que había recibido; además, entre nosotros, estaba muy guapo. 

-¿Cuántas horas haz dormido desde que llegaron?- le pregunté poniéndome a su lado.

-Muy pocas...

-¿Cuantas?

-No lo sé, cuatro, tres horas por día

-Te hará mal

-Ya lo sé, pero esto es un atraco no un pijama party

-Rio, eres el que más ha sufrido, mereces descansar

-Es que no puedo, tengo- mira hacía los lados como apenado- pesadillas

-Es normal

-Sufro demasiado, tiemblo, sudo muchísimo, tengo taquicardia

-¿Lo haz hablado con alguien?

-Con Estocolmo

-¿Y te sirve?

-Sí, pero no alcanza, además Estocolmo tiene sus asuntos, no puede estar siendo mi niñera. 

Pienso un segundo

-Ven conmigo- dije ofreciéndole mi mano

-¿A dónde?

-Ven

Justo en ese momento Denver baja 

-Denver, quédate vigilando. Rio tiene que descansar un poco

-Bueno, por lo menos ahora no va a dormir con Mónica

-Denver...- le dije molesta

-Descansa- dijo poniendo los ojos en blanco

-Gracias- respondió Rio

Lleve a Río hasta lo el despacho del gobernador que era el sitio más cómodo y silencioso del Banco. 

-Quítate las armas de encima, así estarás más cómodo y bájate el mono- me miró extrañado- hasta la cintura, es para que estés más cómodo, ya te lo dije

Finalmente me hizo caso y confió.

-¿Y ahora?

-¿Tú duermes parado, murciélago?- reí- acuéstate 

Por lo menos lo había hecho reír. Se acomodó como si ese sillón fuese la cama mas amplia y suave del mundo; se notaba que estaba cansado. Me acosté en la otra parte del sillón y quedamos cabeza con cabeza (un sillón en L), Rio me miró unos segundos.

-¿Qué pasa?- pregunté

-Gracias por ayudarme

-No es nada

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2020 ⏰

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