«R
itsuko-san, por favor, acéptalo» hizo una inclinación el enésimo empleado que venía a traerme el regalo para mi compromiso oficial.
«Se lo agradezco, Kurasawa-san. No tenía por qué molestarse» respondí amablemente dejando el regalo sobre el escritorio. Kurosawa me sonrió y se disculpó después de darme una vez más sus felicitaciones.
«Y con este hemos llegado a la suma de ciento ochenta» resoplé dejándome caer en la silla del escritorio
«Les he dicho a todos que usted habría preferido una inscripción en la asociación Korama para la defensa del medio ambiente, pero muchos quieren dejarle un recuerdo suyo» sonrió Akari-san «Debe tener paciencia»
«Dejemos estar ese argumento. No es tanto por el regalo, como por el hecho de que hacen que pierda mi tiempo» reabrí el libro de la contabilidad.
«Ritsuko-san, si me lo permite, querría recordarle que estamos a fines de agosto. Usted no ha cogido vacaciones y ya ha hecho casi todos los exámenes del primer año» me señaló «Incluso su padre está preocupado por su comportamiento»
«Mi padre debería estar orgulloso» rebatí intentando concentrarme en el trabajo «Mi futuro marido y yo estamos intentando que su empresa no vaya a la quiebra»
«No sea tan cínica. Su padre quiere lo mejor para usted, lo sabe»
«Cierto» dije elevando la mirada hacia él «No lo dudo»
«Bien, estoy contento de escuchárselo decir» me sonrió de nuevo Akari «¿Me promete que se irá a casa a las ocho?»
«Está bien, pero ahora déjeme controlar cómo va el trimestre, por favor» tomé el libro con los últimos añadidos.
«Desgraciadamente la empresa, de verdad, servirá de gran ayuda para ponerse las pilas»
«Ya veo...el balance es sencillamente desastroso» volví a cerrar el libro dejándome hundir en la silla «Mi padre continúa haciendo inversiones erróneas» me mordí los labios «¿Cómo puedo pararlo?»
«En mi opinión es solo cuestión de tiempo. Su padre es un hombre con suerte, créame. La empresa logrará levantarse»
Akari siempre había sido un buen consejero, fiel a la familia Hino desde que era pequeña, pero tenía demasiada fe en mi padre y en sus desconsideradas maniobras. O quizás no podía desacreditarlo abiertamente, dado que para él aún yo seguía siendo una niña. Pensándolo bien, a veces lo había escuchado discutir calurosamente de las operaciones delicadas que mi padre siempre zanjaba con un "yo soy el presidente, seré yo quien decida"
«¡Qué situación...!» suspiré. Estaba contra la espada y la pared, y la única solución parecía, de verdad, la de acudir a Asakawa. Además tenía que encontrar la manera de limitar el poder de decisión de mi padre.
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Orange Cream-Flavoured
RomanceEsta nueva historia que voy a publicar no es un fanfiction swanqueen. Se trata de la traducción de una obra original italiana. Sus dos creadoras (Scarlett Bell y Aeryn Sun) hicieron un comic manga lésbico que yo traduje y está subido a una página qu...