Especial: Chica contra chica

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Nota: Este especial transcurre ya durante los sucesos de la serie y es contado desde la perspectiva de Mizusaki.

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Muy rara vez tengo oportunidad para estar sola. Con esto no me refiero a que no me guste estar acompañada; Kanamori y Asakusa son maravillosas, pero mis guardaespaldas solo me dejan en paz cuando estoy con ellas, pero por el momento, aproveché que ellas se quedaron en la sala de cómputo revisando los detalles sobre nuestro proyecto del club de cine para venir a la cafetería de la escuela a pasar un rato conmigo misma mientras me tomo mi leche sabor fresa y unas galletas, esperando que me sirviera para quitarme un poco del estrés que tengo encima.

Luego de que me terminé mis galletas, me puse a revisar mis redes sociales, que desde que empecé a involucrarme con las chicas casi no las veía, cuando vi que a la cafetería entró la secretaria del Comité Estudiantil, Sakaki Sowande; pensé que era solo una casualidad que ella estuviera ahí y que solo venía a comprarse algo para almorzar, pero para mi sorpresa se dirigía hacia mí, lo cual me extrañó y me puso algo nerviosa que viniera a buscarme estando yo sola.

— Mizusaki Tsubame, ¿Cierto? –Me preguntó Sakaki con las manos en la cintura.

— Sí, secretaria, soy yo, ¿En qué le puedo servir? –Le pregunté amablemente.

— ¿Te molesta si me siento contigo un momento?

— No, adelante.

Sakaki se sentó al lado mío, seguía siendo un misterio qué era lo que quería conmigo a solas. Ella sacó su teléfono móvil, tenía abierto mi perfil de Instagram.

— Veo que eres una modelo bastante popular –Me dijo mientras miraba mis fotos.

— Supongo que sí –Respondí.

Guardó su móvil en uno de los bolsillos de su blusa y juntó sus manos, me miraba de forma inquisitoria.

— Te voy a ser muy sincera, Mizusaki, ¿Cómo es posible que tú, teniendo un futuro tan prometedor y los recursos necesarios, te viniste a juntar con ese par de raras?

Arqueé una ceja, a pesar de no poder ver mi expresión imaginaba que debía expresar asco y consternación, ¿Pero quién se ha creído para venir a insultar a mis compañeras así como así?

— Bueno, tenemos intereses en común y nos hemos acoplado a trabajar en equipo, ¿Tiene eso algo de malo? –Respondí lo más diplomáticamente posible.

Sakaki hizo una mueca con los labios y luego un ruido con la garganta.

— ¿Sabes lo que se dice de esas dos? –Me preguntó.

— ¿A parte de que son raras?

— No –Se acercó a mi oído –Dicen que son pareja.

— ¿Qué cosa?

— Ajá, amantes. Siempre están juntas, a pesar de que guardan distancia en público varios compañeros, incluyéndome, hemos visto que tienen acercamientos demasiado íntimos.

Aquello me tomaba un poco de sorpresa, pues yo que pasaba mucho tiempo con ellas no había notado nada parecido. De todos modos, aunque tuvieran una relación como la que Sakaki insinuaba no me molestaría en lo más mínimo.

— Honestamente no he visto que tengan esas actitudes, pero si así fuera, ¿Qué tendría de malo?

La secretaria se levantó de la mesa.

— Yo solo te aconsejo de que te cuides, no vaya a ser que te corrompas como ellas –Se acomodó la falda y se dirigió a la salida.

Me molestaba que usara esa acusación contra ellas, pero seguramente solo es uno de sus intentos por desestabilizar el club para que yo me separe y tener un pretexto para disolverlo. Lo que no es secreto es su desagrado con la sola existencia de nuestra organización.

Después de terminarme mi almuerzo tocaba alcanzar a las chicas en la sala de cómputo para continuar con las mejoras a nuestra animación, así que procedí a retirarme de la cafetería.

Iba caminando por los pasillos en dirección a la sala de cómputo. A pesar de que desestimé el chisme que Sakaki hizo sobre mis compañeras, algo dentro de mí me hacía querer averiguarlo, así que decidí entrar silenciosamente al aula para evitar que las chicas se percataran de mi presencia, quizás así me quitaría ese "ruido" de mi cabeza.

Giré lentamente el picaporte y deslicé sutilmente la puerta, estaba logrando mi objetivo de entrar sin hacer un solo ruido. Asakusa estaba trabajando en la computadora y Kanamori estaba detrás de ella, inicialmente no noté nada extraño salvo que Kanamori tenía sus manos sobre los hombros de Asakusa, eso sí me pareció raro ya que a ninguna de los dos parecía gustarles el contacto físico salvo cuando era necesario.

— Me siento cansada, anoche casi no dormí –Escuché decir a Asakusa.

— Lo estás haciendo bien, pronto cumplirás tu sueño –Respondió Kanamori.

Asakusa se volteó hacía atrás, pensé que se había percatado de mi presencia, pero no, solo miró a Kanamori con una sonrisa que jamás le había visto. Kanamori se inclinó un poco para quedar a la altura de Asakusa que estaba sentada. Fue una gran sorpresa para mí, pero comenzaron a besarse en los labios. Después de todo, parecía que Sakaki decía la verdad.

Me llevé mis manos a la boca para evitar que se me saliera cualquier ruido, pero eso no evitó que ambas se voltearan hacia la entrada con alerta. Me miraron con preocupación y luego se vieron entre ellas, como intentando buscar una explicación para darme.

— E... esto... –Comenzaron a balbucear palabras monosilábicas.

Yo me acerqué a ellas, se veían preocupadas, faceta que no había visto en ninguna previamente, especialmente en Kanamori. Seguían mudas y expectantes ante mi reacción, pero en lugar de juzgarlas o atacarlas, tomé las manos de ambas y las sujeté con fuerzas, las miré a ambas y sonreí, no pude contener mis lágrimas.

— Chicas, soy la primera que quisiera que no ocultaran lo que hay entre ustedes, pero no se preocupen, su secreto está a salvo conmigo –Les dije y proseguí a abrazarlas.

Esperaba que Kanamori me diera un coscorrón en cualquier momento, pero ambas correspondieron a mi abrazo.

— Lamentamos enterarte de esta manera, pero imagino entenderás que... –Me dijo Asakusa, le indiqué que se detuviera, no tenían por qué explicarme nada.

— Está bien, yo te entiendo –Miré a Kanamori también –Las entiendo, ustedes me ayudaron a mí, ahora me corresponde a mí.

— Lo que digan en la escuela no nos importa, solo nos preocuparía que se enteraran los padres de Asakusa –Comentó Kanamori.

Nunca vi a Kanamori sonreír de esa forma, pero ambas me abrazaron nuevamente.

— Gracias, compañera –Me dijeron al unísono, aunque pronunciaron la palabra compañera con un tono cariñoso.

Ahora no solo éramos compañeras, me volví su cómplice en su relación, ayudarlas me ponía contenta y estaba dispuesta a siempre colaborar para que ellas pudieran seguir felices manteniendo su amor.

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Y con este especial (obviamente inspirado en la canción de Mujer contra Mujer de Mecano xD) concluyo este fanfic, disfruté mucho escribiéndolo e interactuando con ustedes mis queridos lectores, a quienes agradezco por haberme leído; no se preocupen, seguiré leyendo comentarios e interactuando en medida que me sea posible.

¡Hasta luego!

Keep our hands together (Eizouken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora