6.1 - Los efectos del alcohol.

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Caos Mayer

29 de enero, 09:00 a.m

Hay muy pocas cosas que tengo claras en mi vida, una de ellas es que soy pésimo controlando mis emociones, vienen, van, son fuertes, y al momento siguiente casi inexistentes. ¿Y a que va esto? Lo que pasa es que otra de las cosas que tengo claras es que tengo emociones por Casanova, emociones que pueden terminar convirtiéndose en sentimientos, sentimientos que pueden romper mi corazón, o en el peor de lo casos, romper el suyo. 

Dicen que quien no quiere herir a otra persona simplemente no lo hace, pero que sucede cuando no sabes cómo evitarle ese dolor, que pasa cuando sientes algo que va más allá de tu control o al contrario no eres capaz de sentir lo que el otro siente. Tan solo pensarlo me causa temor porque hay miles de formas de romper un corazón, ¿cómo se si seré capaz de evitarlas todas?

No he hablado mucho con Casanova, hay todo derecho de llamarme cobarde, porque lo soy, he estado evitando hablar con ella toda la semana, porque sinceramente no es justo, no creo que de ninguna manera sea justo, solo he hablado con ella muy pocas veces, la conozco desde hace un mes, sin embargo, siento más de lo que puedo expresar, tengo emociones demasiado fuertes por esa chica,  esa chica que se la pasa todo el tiempo con mi mejor amigo, así es, parece que la ironía es lo más estable en mi vida. 

Toco el timbre de la casa de Gates, y en menos de un minuto Michael abre la puerta.

—Mayer, llegas justo a tiempo, estábamos a punto de pedir pizza. — Saludo a Michael, y nos dirigimos a la sala, donde Gates y Griffin pelean por el teléfono. —

—¡A todo mundo le gusta la pizza Gates! — Griffin salta al otro sillón y coloca el teléfono arriba de él. —

—¡No, Griffin, no porque a ti te guste significa que a todo el mundo le gusta! —Gates salta hacía Griffin, y le quita el teléfono. —

—¿Cuánto tiempo llevan peleando? — 

— Un par de minutos, todo comenzó cuando Gates decidió que quería sushi. —

—¡Caos! ¡Caos! Vamos, a ti te gusta el sushi, es tiempo de cambiar las cosas aquí. — Gates corre hacía mí, y se esconde de un enojado Griffin. — Soluciónalo Caos, tú siempre tienes la respuesta. — Gates me entrega el teléfono, y me guiña el ojo, ahí está el truco. —

—Michael, ¿Hamburguesas? — Michael asiente, y yo comienzo a marcar el número para ordenar. — 

Gates y Griffin se sentaron en el sillón a jugar videojuegos, dejando la pelea completamente olvidada. 

04:24 p.m.

—No todo es tan fácil, he intentado hablar con ella, pero no estoy seguro de lo que siento, por una parte, me gustaría intentarlo, pero ella es nueva en mi vida, y tenemos una amistad muy chida como para venir a joderla con una relación. — Griffin continua su historia de amor, ¿o desamor? Bueno, su historia. — ¿Saben qué? No importa, si yo le gustará me buscaría, claro que me buscaría, al diablo con esto. — Griffin le da un largo trago a la botella de tequila. — 

Después de que terminamos nuestro proyecto, más bien, después de que yo terminara el proyecto, Gates sacó una botella de tequila, para bajar el estrés de la escuela, irónico, ¿no? 

—No necesariamente, ¿qué pasa si ella está esperando a que la busques, o le digas lo que sientes? El no ya lo tienes, ¿qué queda por perder? — Le digo dándole una palmada en el hombro. Griffin es un chico especial, es un chico muy sensible para ser sincero, todo en él grita frágil. —

Casanova's HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora