DOS LUNAS

Cap 12. Raros Acontecimientos

Amy

Al despertar esta mañana me di una ducha rápida ya que tenía qué hablar con el brujo de la familia. Salí de mi habitación y me dirigí hacia la cocina a tomar un poco de sangre del refrigerador, para correr a donde Gamalier el brujo de la familia, al bajar las escaleras hacia su despacho me encontré con Elina su hija la cual tenía 10 años al igual que mi hermano Damián. Buenos días pequeña tu padre está ocupado?- le pregunte en lo que me respondió de inmediato- No está preparando unos hechizos para su majestad. Pequeña ve a buscar a Damián para que jueguen, debo hablar con tu padre a solas.- le dije y ella salió en busca de mi hermano. Toque la puerta del despacho de Gamalier y pase. Al encontrarlo estaba guardando en unos frascos, un hechizo de color celeste. Gamalier necesito un hechizo para ocultar mi olor, lo podrías preparar para cuando salga del instituto. En eso levantó la cabeza y dijo- con gusto princesa Amy cuando llegue estará listo. Puedo preguntar para que lo utilizara. No podía decir para que lo utilizaré pero si le dije- No te preocupes es para un trabajo que tengo hacer. El solo asiente con su cabeza y yo me retiró de su despacho para llegara al instituto. Salí de prisa ya que solo faltaban 30 minutos para entrar en mi clase, ya en la entraba me encontré con Nikko con la cual me dirigí a la clase de ciencia. Ya en clase la profesora nos informa que haremos un experimento y elige una persona por mesa, nosotras estábamos sentadas en la mesa que le seguía a las gemelas y por casualidad mi cuñada y Lia les tocaba buscar los instrumentos para hacer el experimento. Ese era el momento perfecto para tomar un mechón de cabello de Caisy para llevarle a Fátima. Me acerque un poco hacia adelante y corte un poco de su cabello y lo envolví en una hoja de papel. En esos momentos llegó Nikko y Lia con los frascos que utilizaríamos. Pasó la mañana muy rápido, era hora de almorzar pero había una fila inmensa. Por casualidad vi a lo lejos a las gemelas junto a Clary y Dennys la hija del rector, así que decidí colocarme delante de ella para buscar la excusa perfecta para qué me castigaran. Que diablos haces Amy?- me dice Dennys con una cara de ganas de pocas amigas que causo que me echará a reír sin parar.- Tranquila solo tengo un poco de hambre brujita.- le dije riéndome pero no esperaba que me dijera lo que dijo.- Y porque no coges tu apestoso y repugnante olor a muerto sin corazón lejos de la gente de clase, aquí eres como todos. Yo soy la única de alta sociedad.- me dijo en voz alta para que todo el mundo se diera cuenta y luego se echó a reír junto a las gemelas y Clary. Solo pude mirarla con tanto odio que lo primero que me pasó por la mente fue darle con la bandeja en la cara, lo que no recordaba era en que momento lo hice cuando volví en si ella estaba en el suelo sangrando. En cuestión de segundos ya estábamos en la oficina del rector (su padre). Claro está ella contó la versión a su manera la cual no me convenía cambiarla ya que quería el castigo para poder llegar al segundo paso de mi plan. Rector Sttell ella se adelantó en la fila de la cafetería y cuando le dije que era mi lugar me dio con la bandeja en la cara.- dice Dennys a su padre (el rector), en lo que él me mira y me pregunta- Estudiante Luna es cierto lo que dice la estudiante Sttell.- No dije nada y eso fue lo que hizo que el Rector me pusiera un castigo de 3 semanas de ayudante en la cafetería, lo cual para mi fue perfecto. Salí corriendo hacia mi casa ya que estuve toda la tarde en la oficina del Rector. Al llegar fui directamente donde Gamalier a buscar mi encargo el cual estaba listo. Gamalier tienes lo que te pedí.- le pregunté en lo que él asiste con su cabeza y me entrega un frasco pequeño con un contenido azul. Perfecto, gracias Gamalier. Salí del palacio en dirección a la manada White Moon pare terminar mi encargo. Cuando comencé a entrar en su territorio me coloqué la poción para ocultar mi olor y poder llegar a mi objetivo. Comencé a saltar entre árboles hasta llegar a la mansión Dalton, me dirigí hacia la ventana del Alpha con cuidado el cual noté que estaba tomando un descanso en su habitación. Abrí lentamente la ventana y me introduje en la habitación, con mucho cuidado puse un pequeño paño en la parte trasera de su cabeza y corte un mechón de cabello, retire lentamente el paño envolví el pelo en él y salí antes de que me descubrieran. Cuando ya estaba a mitad del bosque comencé a escuchar pisadas cuando giré la cabeza ya se avían dado cuenta que estaba hay pero lo bueno fue que no vieron mi rostro. Pude salir del bosque sin ningún rasguño y me dirigí hacia la casa de Fátima para entregarle lo que me pidió. Llegue a su casa y la puerta estaba semi abierta, así que entre con cuidado y mencioné su nombre.- Fátima estoy aquí con lo que me pediste. Hola, hay alguien en casa.- cuando menos lo esperaba apareció de la nada y dijo- Bravo lo has conseguido princesa, solo te digo que esto tiene un precio. Que tipo de precio, que deseas de mí?- dije un poco asustada. Ella me mira con delicadeza en lo que dice- Bueno quiero que el Conde Lumier venga y me entregue algo que deseo o tu vida está en riesgo juntamente con todos seres que quieres. No entiendo que tiene mi Apá que ella quisiera estoy confundida. Se puede saber que es lo que él tiene que tú deseas con tantas ansias?- le pregunte ya que estaba muy perdida, ella me miró y se le salió una leve sonrisa y me dijo- El sabe dónde está el cuerpo de tu padre mi amado conde Alejandro. Abrí mis ojos como 2 platos mi padre, al cual nunca conocí. Ahora tengo intriga quiero saber más de él. Perfecto yo misma te traeré el cuerpo de mi padre. Te lo prometo luego que cumpla mi venganza lo haré. Le dije muy segura de mis palabras. Tienes 3 semanas para llevar acabo tu venganza sino cumples despídete poco a poco de tus seres queridos.- dijo y me hizo entregarle los mechones de la gemela y del Alpha, pero no pensé que me diera una fecha límite para esto pero lo hizo. Salí de su casa y me dirigí hacia el palacio a descansar ya que era muy tarde. Me di una ducha y me tire en la cama a pensar en sus palabras las cuales no salían de mi cabeza.