Capítulo 4

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—El número que ha marcado no está en servicio.

Xiao XingChen volvió a marcar pero fue lo mismo y se estaba preocupando. A-Yang no había aparecido ese dia.

¿Está enfermo?
¿Se metió en un accidente?

Pensó pero inmediatamente saco esos pensamientos negativos de su cabeza.

—Gege, necesito usar el teléfono. —Su hermana, A-Qing lo llamó, sacando a Xiao XingChen de su ensueño.

—Ah bien. —Le pasó el teléfono.

—¿Estas bien? —Xiao XingChen forzó una sonrisa.

—Gege está bien...

Al día siguiente, Xue Yang seguía ausente de la escuela.

—ZiChen ... ¿Has visto a A-Yang? —Xiao XingChen preguntó un día. Ya había pasado una semana y se estaba poniendo ansioso.

—¿Ese delincuente? —Song ZiChen se encogió de hombros y apartó la cabeza. —No sabría decirte.

—¿Podría ser que dije algo que lo ofendió? —Xiao XingChen frunció el ceño mientras golpeaba repetidamente un dedo sobre la mesa.

—XingChen. Mira, debes concentrarte en el examen de ingreso. Eso puede esperar. —Song ZiChen puso una mano sobre el hombro de XingChen. —La tía BaoShan cuenta contigo para obtener esa beca.

—Oh ... ¿la de Inglaterra? —Xiao XingChen parpadeó. —No tengo intención de ir. Le hice una promesa a A-Yang de ir a...

—Xiao XingChen, es una oportunidad demasiado buena para desperdiciarla por ir a una mera universidad local.

Xiao XingChen ignoró a su amigo levantándose de repente.

—¿Crees que podría obtener la dirección de A-Yang de los registros escolares?

*****

Xiao XingChen fue a la casa de Xue Yang, pero Xue Yang no estaba en casa. Lo intentó de nuevo al día siguiente y al siguiente. Pero luego las cosas se pusieron más ocupadas para Xiao XingChen y finalmente se detuvo. Se iría a Inglaterra después de una mayor persuasión de su madre y su mejor amigo.

El día antes de su partida, Xiao XingChen visitó nuevamente la casa de Xue Yang. Dejó un paquete de dulces en la puerta con una nota adjunta.

Sin embargo, llovió mucho ese día... Xue Yang finalmente llegó a casa para encontrar un paquete de dulces. Lo recogió, reconociendo que era la marca que Xiao XingChen solía comprarle.

—Hah... ¿Qué carajo? ¿Me estás tratando como un callejero ahora? —Casi quería tirarlo a la basura, pero se contuvo.

Desde entonces, el paquete de dulces se dejó en la esquina de la habitación de Xue Yang, sin abrir. Años más tarde, Xue Yang se unió a una organización criminal bajo el mando de Jin GuangYao un traficante de drogas. Xue Yang era su químico.

Fue en ese entonces cuando un dia se topó con una foto de Xiao XingChen.

—Este es el nuevo oficial de policía que sigue nuestros pasos.

Los ojos de Xue Yang se iluminaron y una sonrisa siniestra se extendió por su rostro.

—¿Puedo tenerlo? —Le preguntó a su jefe.

—¿Un conocido de A-Yang? —Jin GuangYao preguntó. Xue Yang no respondió, sus ojos estaban fijos en la foto.

Finalmente estás de vuelta.

Una historia de amor de sangre de perroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora