—Ma- más... —La mente de Xiao XingChen estaba aturdida. Sus dedos estaban clavados en las sábanas debajo de él.
Xue Yang le había quitado las esposas y había movido al oficial de policía a la cama. La droga estaba funcionando completamente. Todo lo que Xiao XingChen quería ahora era ser llenado. Xue Yang destrozaba la boca de Xiao XingChen mientras empujaba al hombre más alto varias veces.
—Ngh... Ah... —Con los ojos entrecerrados y una cara enrojecida, Xiao XingChen enrolló sus piernas alrededor de la cintura de Xue Yang, instándolo a continuar. —A-Yang ...
Sus gemidos eran afrodisíacos para Xue Yang. El secuestrador empujó aún más fuerte, pellizcando ambos pezones al mismo tiempo, sintiendo el agujero apretado alrededor de su miembro.
Xiao XingChen se corrió por segunda vez ese dia, pero Xue Yang estaba lejos de terminar. Quería saborearlo aún más. Ajustó su ritmo mientras disfrutaba de ver la cara sonrojada de Xiao XingChen, y escuchaba sus gemidos escapando de esos labios ligeramente hinchados.
Xue Yang lo lamentaba. Lamentaba no haber hecho eso antes. Podría haber encerrado a Xiao XingChen en un aula vacía y seguir su camino con él. Xue Yang lo había soñado tantas veces. Pero no actuó al respecto.
Xiao XingChen era sido demasiado valioso y quería hacerlo bien en ese momento. Esos estúpidos pensamientos lo hicieron perder a Xiao XingChen.Ah, pero a la mierda. Xiao XingChen estaba de vuelta ahora. Después de ocho años de espera, sus caminos finalmente se cruzaban nuevamente. Y Xue Yang nunca dejaría escapar al hombre, incluso si Xiao XingChen lo odiaba.
—Te... te amo... —Los ojos de Xue Yang se abrieron de par en par.
—¿Qué dijiste? —Pero Xiao XingChen estaba demasiado fuera de si, murmurando incoherencias.
*****
"Te amo. Supongo que esta es mi última oportunidad para decirtelo ¿eh?" Un Xiao XingChen de dieciocho años estaba escribiendo una carta un día antes de partir para Inglaterra."Sé que probablemente pienses que esto es asqueroso. Jaja... pero si..." Se detuvo un momento, golpeando la punta del bolígrafo sobre el papel. "Si tú también sientes lo mismo. Entonces escríbeme una carta" Luego escribió su dirección en Inglaterra. "Tienes que ser el primero en escribirme. O lo tomaré como..." Su corazón se apretó, tachando algunas palabras. "Si no lo haces lo entiendo... pero todavía espero que podamos seguir siendo amigos".
Adjuntó la carta junto con el paquete de dulces y lo colocó frente a la casa de Xue Yang.
Pero llovió ese día. Y Xue Yang nunca llegó a leer la carta. Xue Yang observó atentamente la figura dormida a su lado. Él sonrió, pasando un dedo por la cara de Xiao XingChen. Hubo un golpe en la puerta. Se levantó y la abrió.
—¿Realmente lo vas a mantener? —Jin GuangYao preguntó.
Xue Yang no respondió, simplemente dio una sonrisa de complicidad. Jin GuangYao suspiró. —Un oficial de policía desaparecido sería... —Xue Yang lo interrumpió.—No me importa. Resuélvelo. Encuentra un cuerpo. Finge su muerte. Bla bla bla~ —Jin GuangYao puso los ojos en blanco.
—Hmm ... ¿vas a seguir drogándolo?
—Por supuesto que no. —Xue Yang agitó una mano y continuó: —Eventualmente se volverá adicto a mí incluso sin las drogas. —Él sonrió de lado. —Lo romperé lentamente hasta que ya no pueda vivir sin mí.
—Estás enfermo, ¿lo sabes? —El tono de Jin GuangYao era casual. —De todos modos, una vez que te hayas saciado. No te olvides de tu trabajo. —Con eso, el hombre se fue.
Xue Yang cerró la puerta detrás de él. Xiao XingChen todavía estaba dormido. Xue Yang caminó hacia la cama, plantando un beso en la frente de Xiao XingChen.
—Nunca te dejaré ir de nuevo.
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Una historia de amor de sangre de perro
Fiksi PenggemarEl oficial Xiao XingChen lamentaba haberse apresurado en la escena del crimen. Esposado y con los ojos vendados, una organización criminal lo mantenia cautivo o mejor dicho su ex-amigo?