Mauthausen 1940
A 25 kilómetros de la ciudad de Linz
Esa tarde de Agosto; un suspiro fue suficiente para absorber del ambiente la enervante esencia de tristeza; y pesadumbre que algunos marcados con el brazo de David tenían impregnada, como una peste de hedor que sacudía mi pecho, para sosegar mi mente frágil y destrozada que vulnerable cedía a los deseos del Fürher.
Atardecía, pero la oscuridad ya se postraba ante nosotros, trayendo consigo estrellas del cielo; que bombardeaban el fresco escenario de otoño.
De los hombres que desfilaban delante de mí; podía sentir el instante en que su respiración tintineante de temor agonizante los enfermaba, otros en cambio se abalanzaban sobre mis compañeros, gritando altisonantes y forcejeando con violencia, pero desnutridos en fuerza eran silenciados con un disparo rápido y tajante.
¡Friederich! ¡Metralla tus ideas, con el arma de acero maldito entre tus manos!
Mis pensamientos habían encontrado la solución a mi calvario; yo deseaba la muerte exasperado. Imaginaba que sería una esperanza en comparación al infierno del que formaba parte.
Miré una vez más al cielo, para tomar el gatillo del arma que custodiaba mi pecho, la levantanté discretamente; sin embargo, antes de cerrar mis ojos y alardear sobre mi extensa cobardía, un abrupto segundo rompió mi silencio y mis acciones se quebraron antes de cumplirse. Cuando un mirada hermosa y cáilda; como el cobijo de una madre en primavera, me noqueó en un mágico segundo estúpido en que no reaccioné.
Aquel hombre, apartó el rostro antes de permitir que ambos compartieramos el encuentro.
Mi pecho retumbó con un crujido y el uniforme que vestía, se movío al compás de aquella canción que mi corazón iniciaba.
¿Qué era ese sentimiento?
Era la sentencia de fuerza; que inspiraba en mi, una rígida emoción de juventud. ¡Un poema alemán! ¡Escrito entre versos republicanos de creciente esperanza!
Eso fué lo que sentí...
(Obra titulada: [Entrada por la puerta, salida por la chimenea] del sobreviviente judío Joseph Bau.)
(Portada: Manuel Alfonso)
Nota del autor:
Este es el prólogo que marca el inicio de la historia. Sería un verdadero placer que me acompañaran en la lectura de este texto.
Escribo con todo el corazón, esperando que lo disfruten y solicitando sus comentarios para continuar mejorando en este y otros proyectos. Gracias.
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Sueño Invernal de Otoño
Ficción históricaLa segunda guerra mundial ha tocado el corazón del general nazi Herman Friederich; quien se encuentra inconforme con los ideales despiadados de la nación Alemana. Y perdido en una mente suicida; consigue olvidar su delirio de muerte al enamorarse de...