"EL ORIGEN"

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Aunque no soy ateo, nunca he creído en Dios... saben si realmente Dios existe, porque creó un sentimiento que solo algunos podemos llegar a sufrir en su máximo esplendor... el miedo. Y yo puedo decir que sé lo que es vivir toda la vida con miedo... toda mi vida ha sido una mierda, la gente siempre me miraba con desprecio, siempre fui el "bicho raro" a cualquier lugar al que iba... vaya es muy duro saber que hiciera lo que hiciera siempre sería visto como un demente por los demás... tal vez yo mismo me contradiga pero si realmente existe Dios espero que en otra vida pueda quitarme todo el miedo que siento.

Hace 22 años mis padres decidieron que me llamaría Jake... Jake Payne. Tengo un hermano mayor que se llama Christian, pero le gusta que le llamen Chris, mi madre se llama Grace y mi padre se llama Bill. Actualmente me encuentro internado en un hospital psiquiátrico desde hace aproximadamente 2 años, yo mismo fui quién me interné ahí. Ya que solamente estando solo encuentro mi propia paz... pero estos últimos días he empezado a sentir miedo de nuevo, parece ser que vaya a donde vaya siempre lo tendré, así que he decidido dejar de huir...he estado planeando suicidarme en los próximos días, escribo esto para que quede como prueba a todos aquellos que me hicieron mi vida imposible, a todos aquellos que nunca intentaron ayudarme, espero que se den cuenta que por una vez en toda mi vida... deje de sentir miedo.

Yo empecé a sentir miedo en la fiesta de mi cumpleaños número siete. Ese día mis "padres" cambiaron por completo nuestra casa, la habían convertido en un lugar mágico, había de todo, desde trampolines, payasos,juegos inflables, puestos de palomitas y dulces... demasiados dulces. Todo era alegría para mí, lo más probable es que si no hubiera estado tan distraído jugando con mis amigos y familiares, me habría puesto a llorar ya que yo sabía que mi "familia" no tenía mucho dinero y costear todo eso no era barato.

Mi hermano Christian y yo, siempre hemos sido como dos gotas de agua en el océano... siempre juntos, realmente lo extraño, hacíamos todo juntos.      
Durante mi fiesta, recuerdo que mientras yo estaba en el trampolín, Christian me dijo que bajara, que había un señor que me buscaba en la entrada. Se me hizo muy raro, ya que yo sabía que ya habían llegado todos mis invitados; además de que en mi familia la puntualidad siempre ha sido respetada y por consiguiente todos siempre llegaban en la hora que eran citados, me sorprendía que "éste" señor llegara a las cinco de la tarde a sabiendas que le fiesta había comenzado desde las dos de la tarde. Con dudas en mi cabeza, me dirigí hacia la puerta a recibir a mi "invitado", en cuanto abrí la puerta sabía que había cometido un error, un error que, hasta hoy... sigo pagando.

Abrí la puerta y enfrente de mí estaba un hombre demasiado alto, digo literalmente me daba la suficiente sombra como para cubrirme por completo de los rayos del sol; además el tipo era demasiado delgado, por lo menos llevaba 2 meses sin comer algo, porque toda su piel parecía una bolsa de color blanco que solo cubría sus huesos.

Hasta aquí todo iba medianamente bien, pero en cuanto dirigí mi vista hacia su rostro, pude percatarme que algo no estaba bien, su rostro era totalmente extraño, sus ojos estaban enrojecidos y su mirada estaba perdida, sus labios totalmente secos, su nariz era inmensamente grande, y estaba empapado de sudor.

Yo no entre en pánico, de hecho, no hice nada, pensé que era un pariente lejano que estaba de paso por la ciudad, porque la familia por parte de mi papá vive lejos de la ciudad.

- ¿Tú eres Jake? – me pregunto aquél misterioso hombre.

Podía notar que sabía quien era yo, ya que me pregunto eso muy seguro de saber cuál sería la respuesta. Además de que su voz no estaba acorde a su estado físico, era una voz muy fuerte y potente, parecía que hablara con un megáfono.

- Ehhh... – tartamudeo – si soy yo, ¿Quién eres? – le pregunte.

El lugar se quedó en completo silencio en cuanto le pregunte eso, parecía que al mundo le hubieran quitado el sonido, ni siquiera la brisa se podía escuchar, en ese momento mi corazón empezó a latir más rápido.

- ¿Tienes miedo? – pregunto aquél misterioso hombre.

- N-no - tartamudeo - ¿Por qué debería tener miedo? – le pregunte.

Tal vez esa fue la última vez que demostré algo de valentía. Sin embargo, de poco a poco al hombre se le empezó a "dibujar" una sonrisa espeluznante, sus labios aún secos se estiraron demasiado dejando ver casi todos los dientes del hombre. Yo empecé a sentirme muy mal, mi cabeza de un momento a otro me comenzó a doler demasiado. Aquel hombre noto lo que me estaba pasando, y me dijo unas palabras que siguen sonando en mi cabeza antes de irme a dormir hoy en día.

- Sé que tienes miedo... pero no lo tengas, tanto tiempo que llevamos juntos ya era tiempo que me conocieras... sé que soy un monstruo... pero no soy el único. – dijo aquél misterioso hombre.

Cuando termino de pronunciar la última palabra la puerta se cerró repentinamente por una brisa fuerte de viento. No sé si fue inercia o estupidez, pero abrí la puerta... aquél sujeto ya no estaba, parecía que se hubiera vuelto invisible. Mi cuerpo empezó a temblar, mis manos sudaban y por mis ojos brotaron demasiadas lágrimas que podría llenar todos los mares. En eso llego Chris con una bolsa de palomitas en sus manos.

- Jake, dice mamá que ya vamos a empezar a partir el pastel – dijo Christian.

- S- sí, ahora voy - dije yo tratando de contener mi llanto.

- Jake, ¡¡¡¿Qué te paso?!!! – pregunto Christian preocupado.

- Nada, no paso nada, estoy bien – dije yo con la voz quebrada.

- Te pegaron, dime quien ha sido para devolverle su "regalito" – dijo Christian arremangándose su camisa.

- ¡¡¡Chris!!! ... no fue nadie, iba corriendo y me tropecé – dije yo.

- Okey, si alguien te hace algo solo dime - dijo Christian.

Escuchamos a lo lejos a mi madre preguntando por nosotros, así que nos dirigimos al interior de nuestra casa. Algo muy raro es que cuando iba a entrar a la casa Chris me pregunto algo que me desconcertó un poco pero no le di importancia ya que me dolía mucho mi cabeza.

- Oye Jake, ¿Qué hacías en la puerta de la entrada de la casa? – pregunto Christian.

MONSTRUOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora