Capitulo 2

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El mencionado solo bufó cruzando sus brazos frunciendo más el seño y desviando la mirada para no dejarles ver el dolor que sentía en ese momento.

Él al ser un doncel tenía la posibilidad de dar a luz, pero desgraciadamente a la edad de 20 años fue cuando le dieron la fatal noticia de que nunca podría tenerlos, ese momento es uno de los peores en su vida y recordarlo siempre le hace un nudo en la garganta.
Cuando conoció a ahora esposo tardó 1 año exactamente para contarle sobre su estado, pensando lo peor Eijiro simplemente le dijo que eso no haría que dejará de amarlo desde el fondo de su corazón, algo que ya cumplido los 10 años que llevan de matrimonio.

En algún punto de su segundo año de casados optaron por la adopción pero les pusieron tantas trabas en el camino, principalmente sus trabajos Eijiro acaba de ser ascendido en la policía así que su vida peligraba literalmente todo el día y Bakugo era un reconocido doble de acción, gracias a sus trabajos tan arriesgados los rechazaban continuamente, así que con todo el dolor de su corazón desistieron.

Ahora el pelirrojo era jefe de la jefatura así que pasaba mucho más tiempo en su oficina, aunque siempre que sea necesario salía a campo a trabajar, el cenizo se alejo de los escenarios dedicandose a entrenar a los dobles de acción, cuando se dieron cuenta ya tenían 37 y 35 años respectivamente y al parecer existía una estúpida ley que le impedía adoptar después de cierta edad terminó que se le hizo totalmente estúpido.

Aunque sus tristeza duró solamente 2 semanas cuando kirishima llegó con la idea de "conseguir" o buscar un bebé no tan bebé y eso nos lleva a su situación actual.

- Saben, en la casa de ayuda asiste una vez al mes un pequeño del cual se enamorarian , es tan tierno y torpe a la vez- río- suele tropezar de vez en cuando con sus propios pies cuanto lleva mucha prisa-

Rieron ante la emoción de su amiga
-Lo describes de tal manera Mina que no puedo más que alegrarme-
-Es que deberías de verlo Kiri, es rubio aunque estoy segura de que tiene un mechón negro escondido por ahí-

...
Haciendo caso a las palabras de Mina, esperaron el primero del mes para asistir a la casa de asistencia de la pelirrosa esperando ver si se topaban con esa personita tan emocionados, aunque tuvieron que ir 4 días seguidos para poder toparse lo y de una menta que no imaginaban.

Día 4.
El pelicenizo iba saliendo del único baño del lugar cuando fuera de este estaba un pequeño de cunclillas escondiendo su rostro entre sus rodillas mientras se abrazaba, por la posición Katsuki juraba que estaba llorando, algo dentro de él se removió cuando escucho el primero sollozo agachándose rápidamente para ver cómo se encontraba.

- ¿Estás bien niño?- su voz no era la más dulce pero si prestabas atención lograrás escuchar le verdadera preocupación en la brusca pregunta.
-yo...yo no...- no logro decir más pues el llanto le ganó de nuevo.

Sin saber que más hacer lo tomo por debajo de sus brazos cargándolo el rubio rápidamente se colgó del mayor como koala, Bakugo solo logro acarició delicadamente sus cabellos sosteniéndolo por debajo con el otro brazo, como un pequeño bebé, y el corazón de Katsuki se sintió pleno en ese instante.

- ya nené, todo está bien respira- Escucho claramente como sorbia su naricita calmando se con cada caricia.
- yo...lo siento...no, no llegué- Denki se separó un poco del mayor y está a pesar de tener su eterno seño fruncido le regaló un pequeña pero cálida sonrisa.

Katsuki no sabía a qué se refería hasta que lo sintió moverse inquieto entre sus brazos ahí ves cuando se dió cuenta de lo que estaba pasando, suspiró y lo miro tiernamente.
- tranquilo, se que hiciste tú mejor esfuerzo fue culpa mía por tardar tanto en el baño-

A cambio de esas palabras recibo un fuerte abrazo y una sonrisa risueña
- Creo que tienes que entrar a cambiarte, ¿Puedes hacerlo solo?-
Recibo a cambio un asentimiento, el "niño" entro y tuvo la duda de si retirarse o esperarlo pero rápidamente optó por quedarse, menos de 10 minutos después el rubio salió y logro apreciarlo mejor.
- Muchas gracias señor por ayudarme, otros solo se hubieran ido o reído de mí-
- Entonces que bueno que no soy como esos inútiles buenos para nada- sonrió con superioridad

A Denki lejos de causarle miedo la forma de ser el adulto le causaba gracia, era divertido ver escuchar como se expresaba pero nunca hacía él o para ofenderlo logrando hacerse un nuevo amigo durante el corto trayecto del baño al lugar donde entraban los víveres.

Al llegar rápidamente su pelirrojo esposo fue a su encuentro diciendo o gritando que Mina se tuvo que retirar por un asunto con su madre y que si le ayudaban a terminar las entregas, Bakugo intentó alegar pero sabía que de nada iba a servir.

Intento presentar al pequeño rubio que lo acompañaba pero este ya se encontraba en la fila para recoger lo que le tocaba, regresó la mirada a su esposo.
- Creo que ya encontré a Denki-
- ¡Enserio!, ¿Donde esta?-
- Ven iremos con él-
Kirishima sin entender a su esposo se encamino junto a él para encontrarse con el mencionado saliendo con su bolsa.

-¿Ya te vas tan pronto niño?-
-¿He? Sí... perdón, yo iba a des... despedirme de usted,...muchas... gracias señor...- es cuando recuerda que nunca le pregunto su nombre.
-Katsuki, Kirishima Katsuki y el es mi tono esposo Kirishima Eijiro-

Denki nunca había conocido a alguien como él, estába seguro que le sacaba más de 2 cabezas, también que su cuerpo estaba tan duro como una roca no había ni una pisca de grasa innecesaria, era puro músculo no como el de un fisicoculturista pero si que pasaba horas en el gimnasio.
-Hola peque...-
-ho...hola-
- Qué su tamaño no te asusté, lo que tiene por músculos lo tiene de amable, es algo así como un estúpido oso de peluche-

No esperaba que el niño se echara a reír con ese comentario, fue una risa tan dulce que les alegro el día a ambos adultos.
-Bueno... Nos vemos y muchas gracias por todo Señor Katsuki, no tengo como pagarle, solo miss más sinceros agradecimientos-
- Con eso es suficiente pequeño-

Antes de partir Eijiro le revolvió los cabellos y el cenizo le dió un rápido abrazo, después vivero partir a su rayito por la puesta del edificio.
-Mina tenía razón-
-¿En qué Blasty?-
- En todo-
-Sabes que nunca se equivoca-
- Y por eso la odio tanto-

Ambos empezaron a reír mientras regresaban a sus deberes con la esperanza de volver a ver al pequeño y en lo más dentro de su ser oraban para lograr su más grande sueño con ese pequeño rayito de sol.

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Lo prometido es deuda, espero les guste este capítulo también.
Es un poco de historia antes de llegar a la parte del bebé.

Nos leemos 👻...

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