Claro, el universo me ama.
El clima le jugaba en contra a la castaña quién por cierto, comenzaba a llegar tarde el primer día de clase de su último año de preparatoria, el clima era helado y el uniforme con falda del instituto no ayudaba. Jae de mala gana se reprimía a si misma el torpe hecho de haberse quedado hasta tarde la noche anterior con su ordenador.
—Mierda, mierda, mierda —murmuraba mientras corría lo más rápido posible a cuesta del frió y la leve llovizna que comenzaba a caer por todo Seúl, como si fuera poco había transito esa misma mañana por lo que se vio obligada a poner en práctica su cardio.
Al finalmente entrar a su instituto después de la mirada de desaprobación del portero caminó apresuradamente restandole importancia a sus palabras; "los profesores ya están en los salones, ve y veamos si te permiten entrar", el portero no era la persona más amable que te podrías encontrar de camino a los pasillos pero era el más directo y sincero. Caminaba nerviosamente en busca de su salón mientras acomodaba su cabello el cual se había despeinado en el transcurso del camino.
Llegó a toda prisa al pequeño cártel pegado en la mitad del pasillo, pasó su vista por cada línea en busca de su salón correspondiente este año. Jae no tan sólo había tenido la irresponsable actitud de desvelarse leyendo historias de fantasía en su ordenador, sino que también había olvidado por completo abrir el correo que muy amablemente su tutor de clase había enviado con anticipación, para evitarles la fatiga de cada año buscar el bendito salón en una pequeña e insignificante hoja de papel.
—¿Dónde demonios estás? —habló con frustración, entornando su vista para enfocar mejor las pequeñas letras frente a sus ojos— Aquí estás —sonó triunfante en cuánto su vista se topó con las dos palabras en la hoja que para la castaña ahora tenia más importancia incluso, que su cabello al haber sido azotado por las ráfagas de viento.
—Salón A, Salón A. —se recordó a si misma, hablando levemente.
Recorrió con sus orbes que ya comenzaban a desbordabar angustia, cada pasillo y por ende sus respectivos letreros.
—Allí estás —soltó un largo suspiro y el alivio comenzó a invadir su cuerpo. Golpeó suavemente para posteriormente abrir lentamente la puerta encontrándose con un hombre de edad avanzada y con el ceño ligeramente fruncido mientras la observaba.
—Primer día de clases y llegas... —el hombre extendió su brazo frente a él mismo para observar su muñeca, la cual era rodeada por un reloj— Veinte minutos tarde, Sun —negó provocando que la castaña bajara su mirada hacía el suelo— por ser el primer día voy a perdonarte —al oír aquello la pequeña castaña de ojos oscuros y suéter terriblemente llamativo de color naranja que llevaba por encima del uniforme, levantó su mirada y sonrió leve al notar como el hombre cuarentón hacia ademán para que entrara brindándole una leve sonrisa, era su favorita y ella lo sabía. ¿El lado bueno de todo?, no se perdería la primera asignatura del día.
Seguida por la mirada de todos sus compañeros siguió su camino observando detenidamente si algún asiento se encontraba disponible, la mirada de sus dos mejores amigas la siguieron mostrando confusión debido a su retraso en cuanto al horario, a lo que ella simplemente se encogió de hombros desviando su mirada justo hacía donde dos chicas la miraban de mala gana, mientras susurraban cosas y compartían sonrisas cómplices, Jae las conocía perfectamente, se trataba de Seoul Yunna y Lee So Yeon.
La pelicastaña ignoró sus gestos y caminó hacía los últimos asientos del salón, los últimos dos asientos disponibles. La castaña sin ver remedio aparente colocó su mochila en el asiento de la ventana que daba una hermosa vista del campo de fútbol donde se podía apreciar el color verde tan vivo del césped y como las ligeras gotas de agua cubrían al mismo.
—Bien, empezando con el tema de hoy, me gustaría comentarles qu-
La puerta se abrió nuevamente interrumpiendo bruscamente al hombre quien se giró inmediatamente a ver de quién se trataba esta vez, al igual que el resto de la clase.
—Buenos días —la voz ronca adormecida de un chico de tamaño promedio, cabellos oscuros y figura evidentemente trabajada se dio la libertad de entrar sin pedir permiso.
—Tarde, Park —la voz autoritaria del hombre resonó en el lugar, su tono serio—. Por favor toma asiento y que esto no vuelva a ocurrir —sin nada más para agregar, giró sobre sus talones para poder escribir en la pizarra.
El chico asintió desinteresado y miró todos los asientos hasta que se percató que el único disponible se encontraba al final, con pasos largos se encaminó al lado de la castaña quien no le prestó demasiada atención debido a que estaba ocupada sacando sus cosas, a lo que el chico de piel lechosa tocó levemente su hombro captando la atención de la susodicha.
—Estas sentada en mi asiento. Te mueves o te muevo —los orbes oscuros de la castaña lo miraron casi de inmediato y movió sus cosas al lado izquierdo sediendole su lugar a él.
La mirada del chico la observó fugazmente mientras ella se concentraba en copiar lo que se hallaba en la pizarra, él sólo viró los ojos y se concentró en la ventana que parecía mucho más interesante que la presencia del hombre.
—Park, deja de perder el tiempo mirando hacía el vacio y has la tarea —la fuerte voz del profesor hizo que todos giraran a ver al chico quien se hallaba mirando muy atentamente hacía el campus—. Espero que tus notas suban este año, al menos esperemos que las buenas notas de tu compañera también te afecten, el año anterior tu promedio fue el peor de la clase junto al de la señorita Seoul —tomó asiento en su escritorio mientras los demás hablaban entre ellos en susurros.
El chico sacó sus cosas mientras que esta vez era él quien murmuraba entre dientes cosas sin sentido.
El año escolar apenas había comenzado y la pequeña de suéter chillón ya deseaba que las clases acabaran, que le vaya bien en la escuela no implicaba que amara a la misma.
—Oye, no encuentro mi lápiz ¿Me prestas uno? —ella no vio el problema y sacó un lápiz de su cartucho para entregárselo—. Gracias, pequeño cono de tránsito —la contraria arrugó su ceño y no pudo evitar responder.
—No hables, es lo primero que encontré -soltó sin mirarlo.
—¿En serio tienes eso en tu clóset? -cuestionó burlezco, haciendo énfasis en "eso" con un tono que irradiaba desagrado.
—No es lo que uses, sino como lo usas —defendió.
—Puedo apostar que me vería mucho mejor que tú con eso que llevas puesto —contestó señalando el suéter reprimiendo una sonrisa al oír el fuerte bufido que ella soltó.
—Mejor cierra la boca, tengo cosas mejores que hacer antes de escucharte hablar —soltó mirando hacía la pizarra y comenzando a prestar atención a lo que el estricto hombre había comenzado a explicar acerca de uno de los mejores poetas de la historia: Shakespeare.
Esa era su clase preferida, la literatura siempre había sido algo en lo que destacaba con mucho más afán.
El chico a su lado suspiró echando su cuerpo hacía atrás apoyándose desinteresadamente en su silla, cruzando sus brazos sobre su pecho.
—Esto es una mierda —hablo sin más mirando nuevamente a las afueras del salón.
Ella por supuesto escuchó perfectamente sus palabras, sintiéndose realmente la persona más desafortunada en la faz de la tierra, aunque el chico fuera dueño de un gran atractivo, para ella las cosas dejaban de ser interesantes cuando comenzaban a actuar como idiotas.
En sus adentros sólo pudo maldecir por el momento en que decidió que madrugar leyendo los últimos capítulos de su historia favorita no tendría consecuencia alguna y podría conseguir asiento al lado de alguien decente. Que ingenua fue.
"Claro, el universo me ama".
Pensó dirigiendo su mirada discretamente hacía él quien yacía dormido con la cabeza gacha, como si la vista le hubiese inspirado tal relajación hasta hacerlo quedar totalmente dormido.
Y ella como de costumbre, ignoró todo a su alrededor para sumergirse en el tema de hoy, sintiéndose volar entre cada una de las palabras citadas de Shakespeare, su día no iba tan mal después de todo.

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Sempiterno | Park Jimin
Fanfiction"-Ten mucho cuidado muchacho, porque la mentira se convierte en realidad, un día podrás ser el rey y al otro estarás rogando por quién en algún momento estuvo a tus pies." ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Abril - 2020 / ?? ▪︎Prohibida su copia o adaptación. ▪︎Historia larga...