Mientras Afrodita en el Olimpo les daba a conocer sus planes a su hijo y a su hermano, en la tierra se encontraba Psique, encerrado en su cuarto, durmiendo de lo más cómodo, ajeno a los malvados planes que la diosa más hermosa tenía para él.
Las cortinas de su habitación se encontraban completamente cerradas, dificultando la visibilidad para aquel que quisiera entrar en sus aposentos.
El pequeño adolescente se encontraba envuelto entre sus cobijas hecho un ovillo para resguardar más el calor, su cama tenía un esponjoso y suave colchón redondo que cada vez que se acostaba hacía que quedara dormido en minutos, ocasionando que el menor deseara quedarse dormido toda la vida, pero para su desgracia su familia no pensaba lo mismo.
-Eren, ya es hora de levantarte-. Isabel irrumpió en su habitación, abriendo con mucho ánimo las cortinas de la misma y no era para menos, hoy ella se casaba con un apuesto y caballeroso noble de una de las ciudades más importantes del país, cuya familia se había hecho reconocida hace algunos meses por ser poseedora de una gran y recién descubierta mina que comenzaba a ser explotada.
Ella no podía estar más contenta, su sueño de ser una señora reconocida de la alta sociedad se había hecho realidad, contemplo a través de la ventana el hermoso día que había para poder celebrar su boda.
Se giró hacia la cama de su hermano y empezó a sacudirlo para hacerlo despertar de una buena vez, estaba tan nerviosa que sentía que se iba a infartar de tanta dicha, además de que no quería que por culpa del perezoso de Eren su boda se viera arruinada al no estar él listo a tiempo.
Escucho algunos quejidos de su hermano, dando a entender que no le había gustado la manera en que había sido despertado.
-Vamos Eren, se me hará tarde y sabes que debemos dar una buena impresión a todos los invitados, gente importante y sobre todo a la familia de Farlan.
-Isabel, apenas son las seis de la mañana, ¿por qué tan temprano?-. Eren se volvió a cubrir con las cobijas mientras se acomodaba de nuevo en su cama para dormir otro poco, sin embargo a los pocos segundos sintió como su hermana le quitaba de encima su cobija y la aventaba al suelo para seguido empezar a darle almohadazos en la cabeza para que se levantara.
-¡PODRÁS DORMIR HASTA TARDE OTROS DÍAS, PERO HOY ES MI BODA Y NO QUIERO RETRASOS POR CULPA TUYA, ESTE DÍA DEBE SER PERFECTO!-. Lo levantó con brusquedad de la cama y lo llevó a rastras hasta el baño, sin siquiera permitir que el menor se despabilara un poco, le lanzó una cubetada de agua fría en el cuerpo aún con la ropa de dormir puesta, escuchó el gritó de asombro de Eren, riendo levemente y mostrando algo de crueldad en su rostro, avanzó hacia él, mirando el cuerpo de su hermano pequeño temblar de frío. -Báñate, en media hora empezará el desayuno, las sirvientas traerán en un momento el traje que te deberás poner-. Sin más la chica salió, dejando al pobre castaño todo empapado.
-Podrías por lo menos ser más amable al pedir las cosas-. Susurró Eren mientras se quitaba las mojadas prendas.
Por fortuna ya le habían preparado el baño, se adentró rápidamente al calor del agua y permitió que esta le ayudará a recuperar su temperatura corporal, se permitió relajarse por un momento, ya que estaba seguro que en cuanto saliera de su habitación no iba a tener ni un momento a solas, estaría muy ocupado atendiendo a los invitados, siendo un buen anfitrión y verificando que la boda de su hermana saliera perfecta.
ESTÁS LEYENDO
EL AMOR DE EROS
FantasíaAlguien ha despertado los celos y la envidia de Afrodita quien se siente amenazada ante un ser inferior a ella, debido a la deslumbrante belleza que este posee, por lo que la vanidosa Diosa Griega idea un terrible y malvado plan para deshacerse de...