··MÁSCARAS··

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A veces tienes que sangrar para darte cuenta de quién eres realmente.

Una mirada, una caricia, una sonrisa...

No valen nada si el diablo se esconde detrás de la máscara.

Un "estoy aquí", un "te amo" o un "lo siento"

Pueden matar ángeles y dejarlos caídos.

Un beso, un regalo o unas palabras.

Hacen que bajemos al infierno para ser encadenados.

Duele.

Duele tanto que hace que se te caigan las alas.

Pero más duele si sabes que la persona que te hace volar en realidad es un demonio detrás de una máscara.

Hace tiempo que dejé de volar, dándome cuenta de que estaba rodeada de ellos.

"Pobre e inocente criatura"

Decía para sí el enmascarado, sin percatarse de que era la máscara la que en realidad le hacía daño a él.

Perdido entre la confusión de la maldita niebla, se pregunta ¿Quién soy?

Entonces es cuando descubre que para saberlo debía quitarse su objeto más valioso, su máscara.

Le daba miedo que pensarían los otros diablos cuando mostrara quién era en verdad.

A pesar de todo reunió el valor suficiente para hacerlo.

El mundo era diferente para él, era incómodo.

Se dio cuenta de las horroridades que lo habitaban.

Corrió y corrió en busca de una nueva máscara, pero cuando la consiguió ya era demasiado tarde. Otro malévolo enmascarado tocaba su puerta.

En vez de huir decidió plantarle cara y consiguió retirarle del rostro aquel pesado objeto.

Los demonios con el tiempo se acabaron convirtiendo en ángeles sin alas que ayudaban a los mortales a volar.

Porque ya lo dice el dicho, más sabe diablo por viejo que por diablo.

Pasaron los años y el demonio, ahora convertido en ángel caído tuvo la oportunidad de ponerse otra máscara.

Pero él ya no tenía la misma alma que antes, sabía que sufriría más con una puesta que ayudando a otros a quitársela.

Finalmente, el diablo murió, al darse cuenta de que vivía rodeada en una sociedad de enmascarados que se hacían la vida imposible entre ellos.

Y sin darse cuenta había producido un cambio con su ausencia, la gente a la que una vez amó tuvo que quitarse las máscaras para darse cuenta del daño que le hicieron antaño al pobre bastardo.

Pobres diablos, ahora les toca a ellos vivir este castigo.

Porque es así, una historia que se repite una y otra vez.

Ya que como dijo el caído antes "vivimos en una sociedad de máscaras"

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⏰ Last updated: Sep 30, 2020 ⏰

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