WATERISE 🌿 ShiIta. EN EDICIÓN.

7.- Quédate conmigo.

Capítulo 7— Quédate conmigo.

Capitán.

Estaba medio esperándolo. Tenía sentido, dado su excelente historial. Pero al mismo tiempo, sabía que no era lo que parecía. Danzo lo odiaba, no lo promocionaría sin un motivo oculto, e Itachi lo sabía.

Ya había negado cualquier juego sucio por parte de Danzo con un genjutsu en su nuevo equipo. Se sintió un poco nervioso al hacerlo, pero al mismo tiempo, sabía que era necesario hacerlo. Sin embargo, lo hizo sentir un poco mareado, ilusionando a las personas que se suponía que eran sus camaradas, en quienes se suponía que debía confiar, pero todo lo que Danzo sugirió hizo que se le pusiera la piel de gallina y sabía que había sido lo correcto.

Sin embargo, no lo hizo sentir menos como un traidor, y vagó por el bosque sin rumbo, volviendo sus pensamientos en su mente, examinando las emociones e intentando encerrarlos donde no lo molestarían.

Terminó cerca de la cascada; Podía oírlo a lo lejos, poderoso e interminable.

Sus pensamientos fueron interrumpidos.

—Hey.— dijo Shisui suavemente.

—Hey.—respondió Itachi, algo sorprendido al notar que no se sentía en lo más mínimo nervioso. Pensó que podría, las cosas entre ellos habían sido tensas, por decir lo menos. No se habían visto en varios días, no desde que habían peleado.

Shisui se quedó donde estaba, contra un árbol, con los ojos oscuros clavados en Itachi. Fue Itachi quien se movió primero, acortando la distancia entre ellos.

—Escuché que te ascendieron.—dijo Shisui, con voz casual, pero Itachi notó el ligero temblor en él.

—Si.

Shisui asintió lentamente, como si le diera vueltas a la información. —Felicidades.

—Gracias. Supongo.— No fue una promoción basada en el mérito, y ambos lo sabían. Fue el último intento de Danzo de infiltrarse en el clan Uchiha y aprender todo lo que pudiera. El equipo de Itachi debía vigilarlo, espiar e informar. Itachi lo sabía, y estaba bastante seguro de que Danzo sabía que él lo sabía.

El bosque estaba en silencio, el único sonido era el lejano movimiento del agua.

—Shisui-

—Lamento ser un imbécil.—espetó Shisui, interrumpiendo a Itachi antes de que pudiera hablar.

Itachi retrocedió. —¿Qué?

—No estaba pensando con claridad. Estaba tan enojado, ¿sabes? Fugaku parecía estar bien con nosotros, bueno, no estaba bien, pero lo soportaba, y sabía que no eras tú cuando dijiste que querías que rompiéramos. Así que solo quería hacer algo al respecto.

—Nunca actúas precipitadamente.—
dijo Itachi.

—Si. Excepto cuando se trata de ti. —Los enigmáticos ojos oscuros de Shisui se encontraron con los de Itachi. —Porque no puedo pensar con claridad cuando estás involucrado.

Había una pregunta en los ojos de Itachi, una que debatió hacer. Pero sentía que sabía la respuesta y necesitaba el consuelo, ahora, más que nunca, mientras el mundo se desmoronaba a su alrededor. Entonces él preguntó: —¿Por qué?

Los ojos de Shisui se cerraron brevemente, no en lucha, sino en un intento de organizar sus pensamientos, ponerlos coherentemente. —Porque-.— dijo suavemente, encontrando la mirada de Itachi vacilante. —Eres el mundo para mí. Eres todo lo que siempre quise y todo lo que necesitaré. Porque te amo y haré cualquier cosa para protegerte y mantenerte a salvo. Porque siento la necesidad de luchar por ti: tenerte conmigo, mantenerte donde sé que quieres estar y darte todo lo que siempre has querido. —Shisui suspiró, un sonido largo y prolongado. —Entonces, sí, actué como un imbécil, porque solo quería recuperarte. Quería que te dieras cuenta de que lucharé por nosotros. No importa quién intervenga.—Extendió una mano, colocándola suavemente sobre el hombro de Itachi como lo había hecho tantas veces antes. —No te dejaré, y no dejaré que me dejes. Estamos en esto juntos. Todo ello.