WATERISE 🌿 ShiIta. EN EDICIÓN.

11- Por mi cuenta.

Capítulo 11: Por mi cuenta.

"Alinéate con los Uchiha, lanza el golpe de estado y muere junto con tu clan... o del lado de la hoja, salva a tu hermano pequeño antes del golpe de estado y luego ayúdanos a eliminar a todos los demás Uchiha. Pase lo que pase, las cosas deben calmarse antes de que pueda surgir un caos para proteger la aldea."

Shisui... ¿Estoy tomando la decisión correcta? Es dificil. Nunca he dudado tanto de una misión. Pero Sasuke...

¿Habrías hecho lo mismo? ¿Me guiarías en la misma dirección? Guardaré la hoja. No habrá guerra. Pararé el golpe. Cambiaré el futuro de Sasuke. Es lo que quería. Es lo que querías.

Elegí mi propio camino.

Es largo y oscuro, como dijiste. Está lleno de dolor y sufrimiento. Pero no me desviaré. Seguiré avanzando. Me diste la fuerza para hacer cualquier cosa. Incluso esto.

Aunque estoy solo. Haciendo esto sin ti. Por mi mismo.

Siempre había sido rápido, y ahora se notaba más que nunca. Intentaban correr, gritaban pidiendo ayuda. Algunos de ellos lo reconocieron, gritaron su nombre, suplicaron piedad. Los congeló en su lugar, su Sharingan mostrando genjutsu: Shisui le había enseñado estos, los usaba ahora para cambiar sus pensamientos. Las palabras murieron en sus gargantas, los músculos bloqueados en su lugar.

Era más fácil cuando no corrían. Algunos de ellos tuvieron muertes sin dolor, bajo una ilusión de paz, pero él no pudo manejarlo para todos ellos. No tenía la resistencia para eso, y necesitaba salvar su fuerza porque la verdadera batalla vendría después, una vez que todos los demás hubieran sido silenciados.

Estaba trabajando cada vez más cerca de su propia casa, cortando metódicamente a todos cuando lo necesitaba. Había planeado una ruta, asegurándose de que nadie se perdiera y que no hubiera sobrevivientes. Eran fáciles de matar con la ayuda de su Sharingan, desprevenidos e incapaces de superar su poder.

Él era su genio después de todo. Su preciado prodigio.

Intentó no nombrarlos mientras atravesaba el complejo. Intentó contarlos como números, no como nombres. No como caras, a quién conocía, con quienes creció. Solo números, y el número aumentó constantemente. La sangre flotaba pesadamente en el aire, pesada sobre su piel.

Las muertes sin dolor pueden ser desordenadas; dar un final misericordioso a menudo resultaba en cortar una arteria, e incluso tan rápido como era, estaba bañado en rojo, pero concentrado. Había un final para esto. Lo alcanzaría.

Era solo otra misión.

Solo números para contar atrás.

—¡Itachi!

Se detuvo bruscamente ante la voz de su padre; sin darse cuenta de que había estado cerca. No había sentido el chakra, o su mente se había confundido lo suficiente como para no notarlo. Se tensó, esperando una pelea, mientras se enfrentaban en una calle pavimentada con los cuerpos de sus propios parientes, y pintaban de rojo.

—¿Qué hay más allá de esta masacre?— Era una pregunta dominante, que exigía una respuesta y una respuesta honesta. Rojo se encontró con rojo, ambos pares de ojos Sharingan brillaban. —¿Me vas a mostrar un futuro diferente al que te mostré?