Hay una clase que dar

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Después de 10 minutos los hermanos Carlson bajaron las escaleras. Janina vino hacia mi directa y me abrazó.

-Gracias- le devolví el abrazo mientras Aksel nos miraba a las dos, apoyado en el marco de la puerta.

Los hermanos miraron a su alrededor y vieron que el desastre que estaba formado hace unos minutos había disminuido de nivel- no hacía falta que hicieras esto-Aksel se acercó a mi, refiriéndose a la mínima organización que había conseguido realizar en esos minutos.

-Realmente no lo he hecho por ti Aksel- miré a Janina, la cual estaba recogiendo los cristales de lo que anteriormente era un jarrón- tienes una hermana que vale mucho Aksel, tanto como alumna como persona- agarré la bayeta que hasta hace unos momentos tenía en las manos y continué con mi objetivo de ayudar a mejorar aquel caos en el que se había convertido aquella casa- no me parecería justo que pagase por tus actos- la cara de Aksel era un auténtico desastre- deberías darte una ducha, doy por hecho que no te has visto la cara, y dentro de unas horas tienes que volver a la universidad, no creo que al señor Baardsson le apasione la idea de ver a su gran profesor demacrado- me acerqué a Janina y la ayudé a recoger los cristales del suelo.

Aksel se dio media vuelta y se fue a darse una ducha, tal y como le había recomendado- Aksel- el chico se giró a mirarme quieto en el umbral de la puerta- eso no significa que te odie, ¿de acuerdo?- el asintió y me sonrió tímidamente, subió las escaleras y Janina y yo continuamos arreglando aquel desastre, al menos hasta que Aksel estuviese totalmente en sí para poder encargarse él de el estropicio que había creado. Miré la hora en la pantalla de mi móvil, ya marcaban las 5 de la mañana y todos los allí presentes en tres horas debíamos estar en la Universidad.

-Janina tengo que irme, quiero darme una ducha al menos antes de ir a la universidad y arreglar un poco el desastre de cara que llevo ahora mismo y seguramente me toque llevar durante todo el santo día- Janina me miró y asintió, me pidió perdón una vez más por haberme metido en esa situación- lo que sea Janina, tienes mi número, pero intentemos que tu hermano no vuelva a crear un desastre como este, al menos no en mitad de la noche- las dos nos reímos y nos dimos la mano, cerrando aquel pacto de controlar más los arrebatos agresivos de Aksel Carlson. Janina me acompañó hasta la puerta y salí rápidamente para llegar al departamento, darme un baño relajante, que ahora mismo realmente lo necesitaba, y maquillarme por primera vez en mi vida para ir al trabajo.

Tal y como dije, me dio tiempo a hacer esas dos acciones y poder comer algo antes de dirigirme a la universidad. Salí del apartamento resoplando, estaba realmente agotada, había sido una noche de demasiadas emociones, más las que me quedaban por pasar el resto del día.

Llegué al recinto de la universidad y quieto frente a la estatua estaba Aksel, me acerqué hacia el y me quedé quieta a su lado, le miré fijamente, al menos el aspecto de la cara le había mejorado bastante, a pesar de unas grandes ojeras debajo de sus ojos.

-He estado a nada de inventarme una excusa para no venir hoy- Aksel me miró y se pasó una de sus manos por el pelo- me va a estallar la cabeza Zoe.

-Culpa tuya, la próxima vez piensa mejor antes de hacer alguna de tus tonterías-empecé a andar dirección a la puerta de entrada de la universidad y antes de entrar me giré para volver a mirarle- si quieres anulamos la clase de hoy Aksel, no me importa-el negó con la cabeza rápidamente y vino hasta mí.

-No sería justo para ti, pero te agradecería dar la clase en algún sitio donde no haya el ruido que hay aquí, por el dolor de cabeza principalmente, además, no me apetece estar muchas horas aquí encerrado hoy- asentí con la cabeza.

-Te mando luego la dirección de mi apartamento- y dicho esto entré en el gran edificio de la Universidad, caminé lentamente hacia la sala de profesores donde, hoy, esperaba no encontrarme a Aina, se que en cuanto me vea la cara maquillada me hará un cuestionario entero sobre el porque, y aunque la tuviera un gran aprecio, lo que menos me apetecía hoy era hablar más de lo necesario. Por suerte para mí, me encontré la sala de profesores vacía, a toda velocidad dejé mis cosas allí y salí corriendo hacia el aula donde me estarían esperando mis alumnos.

-Buenos días chicos- la vista inconscientemente se fue directamente hacia Janina, la cual estaba totalmente tirada sobre la mesa, me acerqué hasta ella- Janina, si no te encuentras bien, deberías irte a casa- Janina alzó la cabeza y negó levemente, unas grandes ojeras fáciles de apreciar se encontraban justo en la parte inferior de sus ojos.

-No puedo permitirme perder clase cuando está tan cerca el examen- miré al resto de la clase.

-Seguro que a tus compañeros no les importará mandarte el temario que avancemos hoy- Varg se ofreció voluntario para enviarle todo lo que se imparta en el día de hoy- vete Janina, no puedes estar así, no te va a servir de nada porque no vas ser capaz de atender-Tras insistirla Janina se levantó de su pupitre, recogió las cosas y se marchó de el aula con una nota firmada en mi nombre en la cual me hacía responsable de haber permitido a Janina que se marchase de la universidad. Una vez comprobé que Janina salía de la universidad comencé con uno de los últimos puntos de el segundo tema que entraría en el primer examen del trimestre.

Tras terminar las horas de clases el señor Baardsson me reclamaba en su despacho, sabía que sería por el tema de Janina, así que iba con las palabras preparadas para saber perfectamente que explicación darle. Me sorprendió encontrarme con Aksel allí dentro.

-Me llamaba señor Baardsson- el rector asintió, apoyó ambos codos en la mesa de madera y pasó su mirada de mi a Aksel y viceversa.

-Quiero saber si realmente fue usted la que dejó que la señorita Carlson se fuese de el edificio-asentí.

-Verá señor, Janina se encontraba mal, se podía percibir perfectamente en su cara. No quería que se quedase en clase así, es la mejor de mis alumnas y sabía a la perfección que encontrándose en el estado en el cual estaba no sería capaz de comprender nada de lo que se impartiese hoy en clase-El señor Baardsson asintió levemente.

-De acuerdo señorita Belrose, creo que es un motivo bastante acertado para tomar esa decisión, pero para la próxima vez por favor, baje usted con la alumna para comprobar que realmente ha sido autorizada por usted, sabrá que las firmas son muy fáciles de falsificar señorita- me quedé mirándole fijamente.

-Lo siento señor, no pensé en eso-Baardsson movió la mano quitándole algo de importancia al tema, al fin y al cabo no había sido un acto de gravedad.

-Puede irse señorita Belrose, no entretendré demasiado a el señor Carlson, se que después de esto tiene clase de noruego, que por lo que me comunica, parece ser que va muy bien y va mejorando poco a poco, me alegra saber eso- Sonreí al rector y tras agradecerle sus palabras salí del despacho.

Recogí mis pertenencias y me marché al departamento, quería organizarlo bien ya que la clase de noruego con Aksel tendría lugar aquí, y aunque era imposible encontrarlo peor que como encontré su casa anoche, prefería no dar una mala impresión. Tras veinte minutos comprobando que todo estaba en su sitio, el móvil vibró encima de la mesa, un mensaje de Aksel aparecía en la pantalla.

-Zoe, acabo de salir de la Universidad, necesito que me pases la dirección de tu casa porque hasta el momento no tengo poderes de adivino- puse los ojos en blanco haciendo caso omiso de la segunda parte del mensaje y le compartí mi ubicación. En poco más de 10 minutos Aksel Carlson llegó a mi apartamento.

-Pasa-Aksel entró y empezó a contemplar el pequeño apartamento- ya sé que no tiene nada que ver a tu gran casa, pero no todos tenemos dinero como para permitirnos una gigantesca casa con jardín.

-No he dicho nada Zoe, es más, me gusta- se quitó la chaqueta y se giró a mirarme- ¿donde puedo dejarla?- le cogí la chaqueta de las manos y la llevé a mi dormitorio colgándola en el perchero que tenía detrás de la puerta.

Volví al comedor, lugar donde había dejado a Aksel, y le vi mirando los cuadros colgados de la pared, y seguía creyendo lo mismo, "Du har en veldig god rumpe". Aksel me pilló mirando aquello que anteriormente varias veces le había alagado, y una sonrisa apareció en su cara. Se acercó lentamente hasta a mi, demasiado para mi gusto. Su mano izquierda se posicionó en mi cintura y la derecha la apoyo en la pared, por encima de mi cabeza, me encontraba atrapada entre él y la pared. Agachó su cabeza y acercó su cara a la mía, estábamos a escasos centímetros, el seguía con la sonrisa en la cara- Zoe- tragué saliva, tenía la boca completamente seca en ese momento- hay una clase que dar.

Noruega fue la excusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora