Juego de seducción -Shigaraki Tomura-

7. Perrito

Suspiro, irritada por la actitud de Tomura. Lleva todo el día detrás de mí como un perrito faldero, pero cuando le pregunto que qué le pasa se hace el loco y no responde- Llevo mi martini, hecho por Kurogiri, a los labios y doy un trago considerable, la paciencia es algo de lo que carezco.

—¿Vas a decirme ya qué quieres o vamos a seguir jugando a esto?—

Silencio. Resoplo y termino lo que me queda de mi copa, cierro todos los documentos con los que estaba trabajando y apago el portátil. Suficiente por hoy.

—Lo que Shigaraki-san quiere decirte es que estás muy guapa hoy—interviene Kurogiri

Tomura lo asesina con la mirada y se sonroja. Apoyo mi mejilla en el puño y sonrío sarcásticamente. ¿Es en serio? Hoy voy muy simple, con unos leggins negros, un top rojo, una sudadera negra de hombre y deportivas, también negras. Como maquillaje solo llevo pintalabios rojo.

—¿Tienes la valentía de acostarte conmigo pero no puedes decirme que estoy guapa? Eres adorable y molesto, Tomu-chan—

Gruñe, todavía sonrojado. No puedo evitar reírme, me da ternura lo adorable y virginal que es.

—¿Quieres hacerme compañía un rato? Tenemos que hablar—propongo, sonriendo de forma coqueta

—¿Solos?—pregunta nervioso

—Claro, mi amor. Solos y desnudo en mi habitación, ¿no suena bien?—

Kurogiri se tapa la boca con la mano, ahogando una carcajada. Míralo, tiene sentido del humor y todo.

—B-bueno—murmura Tomura

Agarro su mano con mi mano derecha y con la otra agarro mis cosas.

—Buenas noches, Kurogiri—le guiño un ojo

Caminamos en silencio por el pasillo. Tomura está nervioso y eso me divierte, me siento todavía más poderosa, pero no olvido que tengo algo que decirle.

—Pasa—digo abriendo la puerta

Dejo las cosas en el escritorio y me acerco a Tomura, poniéndome de puntillas para darle un beso. Pone sus manos en mi cintura, acercándome más a su cuerpo. Me río en sus labios al notar algo duro en mi muslo.

—Niño precoz—murmuro y le doy otro beso

—Lo siento—

—No lo sientas, me gusta—

Deslizo la cremallera de su sudadera hacia abajo, él me ayuda a quitarla, seguida de su camiseta. Apoyo las palmas de mis manos en su pecho, acariciándolo. Tal vez no tiene el mejor cuerpo del mundo, es delgado y pálido, pero su piel es muy suave.

—Quiero...quiero tocarte—

—Tócame, ahora puedes hacerlo—

Desde que le regalé los guantes siempre los lleva puestos, solo se los quita para las misiones. Tomura desliza mis leggins para quitármelos y pone una de sus manos en mi trasero por accidente.

—Lo siento—

—Deja de avergonzate y termina de desnudarme—

A pesar de todo, soy yo la que tiene que desnudarse porque él se queda quieto y avergonzado mirando al suelo. Que desastre.

—Ven aquí—susurro después de bajar su ropa restante

Lo llevo de la mano hasta la cama, donde me siento sobre su regazo y me quito la sudadera y el top. Después de darle un beso en la comisura de los labios, aprovechando que está algo más relajado, saco el tema del que quería hablarme.