cuatro

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"Ahora que estoy a punto de darte mi corazón, solo recuerda una cosa, nunca me he enamorado antes así que debes ser paciente conmigo"





Sábado por la mañana, el sol se muestra radiante a la vez que tímido, escondido entre algunas nubes, por lo que los rayos que se escapan alumbran con fuerza haciendo que el día se sienta algo caluroso, pero nada que un rico helado no solucionara.

Tal vez sería una excelente idea ir por uno primero, para empezar la cita.

De solo pensar en eso, Jeongsuk quería ir corriendo y tirarse de cabeza al río para ver si así el sonrojo se le iba ¡Qué vergüenza! ¡Era su primera cita en toda toda toda su vida!

Y no se sentía nada lista.

De pie en el punto de encuentro, la chica no podía evitar mirar a sus piernas entubadas en un pantalón de mezclilla rasgado en las rodillas, con sus botines Timberland con un poco de tacón –su madre insistió en que se le veían mejor que las botas-, con una blusa blanca un poco suelta y su gorra por si caminaban mucho en el parque. No le convencía del todo, pues era la primera vez que se verían fuera de la escuela, sin el uniforme y claro que quería impresionar pero... ¿Y si se equivocó de ropa?

Hubiera amado llamar a sus unnies y que las seis le aconsejaran para esta primera cita, pero suficientes consejos tenía ya de ellas, aparte de que cada quien tenía un estilo tan único que seguramente seguirían discutiendo hasta llegada la noche. Y por supuesto que entonces no llegaría a su cita.

Pero basta de eso, Jeongsuk se lo pidió mientras agitaba ligeramente su cabeza, pidiéndose reaccionar. En cualquier momento podría llegar su cita y ella seguramente tendría esa extraña cara que pone al concentrarse y la cual sus amigas le sacan tantas fotos y se burlan de ell —¡Jeongsuk!

Sus pensamientos se interrumpieron ante el grito que se escuchó tan cercano, luego de parpadear notó que su cita estaba a unos pasos, sonriendo y sacudiendo su mano para llamar su atención.

Qué vergüenza.

Parpadeó mordiéndose los labios, pues la persona frente a ella estaba tan... ¡Qué injusto! Se veía mil veces más genial sin el uniforme, y ella sentía que no había gran diferencia, al menos no un cambio notable en su aspecto, (tal vez hasta era peor su apariencia sin el uniforme). Pero quien estaba de pie frente a ella lucía tan fenomenal que su reluciente sonrisa no era más que la cereza en el pastel.

Yugyeom tenía un pantalón de cuero cubriendo sus largas y atractivas piernas, fajada al nivel de su cadera una camisa negra complementaba el estilo, junto a sus zapatillas también del mismo color. Ese color le iba tan bien al chico, tanto que la gorra de color naranja sobre su cabeza resaltaba junto a sus lentes de sol, los cuales se quitó colgándolos del cuello de su camisa.

» Ho-hola, yo... no qu-quería gritarte. Lo siento —rascó su nuca, luciendo verdaderamente arrepentido por su acción, por lo que tenía que explicarse—, es que te vi y te llamé, pero estabas distra-distraída.

Está bien. —susurró en un tono muy bajo, volteando a ver a cualquier otra parte que no fuera el rostro del chico que tanto le gustaba.

Carraspeó el chico tratando así de que su voz no sonara tan aguda, que no lo era en un nivel exagerado pero sí era cierto que muchos tenían un tono de voz mucho más grueso y atrayente.

/Counting on you/ BTS FEM-AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora