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El metálico olor de la sangre inundaba cada uno de sus sentidos de manera intensa y lo atraía en un mareo que se incrustaba en lo más profundo de su cabeza. Estaba fuera de toda cabalidad, arrastrándose desde hace rato como si sus piernas hubiesen sido arrebatadas. Pensando que aquel sería el final, su final. Después de todo, ese era el mismo destino al que todos los delincuentes apuntaban tarde o temprano. Pero después del súbito desmayo, el ruido que se inmiscuía alrededor, pronto se encendía como si alguien subiera el sonido en sus oídos.

No podía señalar con exactitud qué era lo que pasaba, pero cuando la inconsciencia le abandonó, el ceño de Xue Yang se frunció en reacción a lo adolorido de su cuerpo que era presionado por largos vendajes. En seguida, hizo un ademán por levantarse.

Entonces, escuchó con claridad una voz —No te muevas.

Los ojos de Xue Yang se abrieron de forma abrupta solo para encontrarse con un reconocible rostro. En un brusco movimiento, se tumbó contra la esquina de la habitación y con una salvaje expresión, fulminó con su mirada a aquel hombre sin siquiera darse cuenta. Intentó hablar, pero su garganta estaba tan desgarrada por la sangre adentro que siquiera él fue capaz de reconocer su propia voz cuando salió después de un gran esfuerzo.

Xue Yang no escuchó el principio, pero solo fue necesaria un cálido mensaje para mantener la calma —No te preocupes. Como te he salvado, claro que no quiero hacerte daño.

El inicio fue gratificante. Fue mejor de lo que esperaba. Frente a él se encontraba Xiao XingChen, pero no era capaz de reconocerle en lo absoluto por las gruesas vendas sobre sus párpados. Simplemente perfecto. Al principio estaba dispuesto a atacar, pero con su débil cuerpo, cualquier movimiento sería inútil. Por otro lado, no era reconocido, así que, ¿qué mejor que recuperarse y después tener toda posibilidad de atacarle? Su mente maquinó a prisas una brillante escena y la puso en marcha.

El herido personaje que está agradecido con su salvador, pero con un real deseo de arrancarle la vida al mismo. Pero para esto, sus heridas debían sanar primero y fue así como permaneció a su lado.

Tras un mes de cuidados por parte de Xiao XingChen, las heridas de Xue Yang ya casi habían sanado. Estaba tan activo, pero no podía abandonar ese aburrido hogar de ataúdes junto a ese par de ciegos; la molesta niña inquieta y el gentil hombre que salía de cacería nocturna a pesar de su condición.

En esa ocasión, la fingida voz de Xue Yang para no ser reconocido, fue repentina —Daozhang, ¿por qué no me llevas contigo esta noche?

Tras discutirlo por unos instantes, Xiao XingChen aceptó. Así fue como cavó su propia tumba.

Su espada Shuanghua era capaz de detectar energía cadavérica, por lo que no necesitaba de su visión para saber en qué dirección atacar a los cadáveres caminantes. Xue Yang era conocido por su increíble ingenio, incluso si nunca pudo superar al fundador de la cultivación demoníaca, por supuesto que sabía más de una cosa. Era algo que había estado esperando desde los primeros días de haber sido rescatado y es que ideó el plan perfecto para que la imagen justa y santa de Xingchen fuese corrompida de la manera más burlesca y retorcida posible. ¡Cortaba la lengua de algunos aldeanos y los ponía bajo el envenenamiento cadavérico! Así, la espada no hacía más que guiar al ciego a esos pobres inocentes que clamaban por su vida con venias y de rodillas. ¡Asqueroso! Era tan humillante, pero el canino de Xue Yang sobresalía en una sonrisa ante tal afable escena al ser asesinados sin piedad.

La situación fue la misma durante un par de meses más, pero a medida que pasaba el tiempo, esto era tan aburrido para Xue Yang que lo dejó por completo. Además, ya habían acabado con toda persona de esa pequeña villa.

Pesadilla (XueXiao) - The Untamed. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora