Una obra del destino

La extraña anomalía

Nada sumisa, de carácter fuerte como sólo una agente secreto debía ser, su corazón se había endurecido desde sus días siendo entrenada para convertirse en espía desde la niñez, una mujer tan calculadora, rígida, dura, sensual e irreal que sólo el mismísimo Hulk logró atravesar una capa de su ser una vez y ver más allá de quién nadie había visto, así era Natasha Romanov, una mujer que no podía podía pasar desapercibida por Carol Danvers. Desde que la Capitán Marvel se fue de la tierra treinta años atrás no había vuelto hasta que recibió mensaje de su antiguo amigo Nick Fury y por supuesto que sabía que al ser llamada de vuelta a casa no era sólo para saludar y más bien significaba malas noticias. Nada más llegar a la tierra conoció a un grupo muy peculiar de personas, de inmediato simpatizó con una pelirroja en particular, la escuchaba atentamente y la alentaba con sus planes, no había visto mujer tan perfecta en tantos años y pronto se vio rendida ante esa profunda mirada. Supo todo sobre Thanos y se enfrentaron contra él, después de matarlo no hubo mucho más para ella que seguir vigilando y pensó sería el momento de revelar sus sentimientos.

— Estamos tratando de equilibrar la balanza económica mundial, los gobiernos cayeron, las personas esperan un milagro. No hay tiempo para sentimentalismos — fue la fría respuesta que recibió de parte de la bella fémina y decidió entonces alejarse un poco del grupo pues no le hacía sentido estar ahí, con el corazón roto pasó cinco años viendo la tierra desde lejos, hablando ocasionalmente con Natasha y sólo lo esencial. Pero los sentimientos que tenía hacia esa belleza rusa no disminuían.

Cierto día llegaron con una idea descabellada "viajes en el tiempo" ella estaba segura que algo saldría mal. Poco Después volvió a tener noticias del grupo, los malditos lo habían logrado, ahora luchaban contra Thanos de nuevo, pero no eran nueve nada más sino más, la vista desde los cielos de todos esos seres luchando uno al lado del otro por un bien común hizo sonreír a la Capitán, pero algo andaba mal. Cuando todo terminó y después de inclinarse ante Tony Stark volteo a su alrededor y encontró con la mirada al que era el mejor amigo de quién tan desesperadamente buscaba y cuando preguntó por ella las palabras de Barton fueron "Tony no fue el único en sacrificarse en esta guerra" sus sinceras lágrimas resbalaban por el rostro del hombre mientras una punzada atravesaba el pecho de Carol. Barton y Romanov se amaban cómo solo un par de hermanos podría hacerlo y ahora Barton la había perdido, pero Natasha lo había salvado, tan compleja su relación como ella misma.

Carol regresó a la base Scrool y se encerró en su habitación con el corazón no roto sino destrozado. Después de un tiempo continuo con su rutina normal y sus investigaciones.

[Bitácora del capitán 24 de diciembre año 2027 del calendario terrestre. A las 3:25 de la mañana recibí una visita imprevista avisándome sobre el movimiento de una anomalía que hemos estado investigando, espero poder hoy salir a investigar]

Sono un puño contra su puerta tres veces — ¿Estás ahí? — preguntó una voz ya muy conocida — ¿Sigues viva?

— ¿Que quieres Fury? — contestó abriendo la puerta.

— Cielos, te ves horrible — exclamó el hombre.

— Gracias, buen día para ti también — Carol contesto con ironía, salió de la habitación y caminaron juntos por el pasillo hacia la sala de controles — Reporte.

— Pues el detallito con la tierra que hubo ya se arregló, bueno el muchacho se las arregló, ahora entiendo porque Stark lo eligió.

— Excelente ¿Qué más?

— ¿Que más? ¡Ah claro! La mancha que querías revisar, tu "anomalía" está creciendo

— ¿Cómo qué creciendo? Cuando me fui a dormir seguía en su posición sin cambios.

— Capitán — habló el físico en cuanto entraron a la sala de mando — no sólo está creciendo señora, si no que parece una especie de hoyo negro sin gravedad.

— Eso es imposible — replicó Carol analizando la pantalla que mostraba un aumento inesperado de interferencia — eso no es un hoyo negro... eso es...

— Un fallo en la realidad capitán — continuó el físico — según mi teoría basada en la física cuántica, detrás de ese fallo puede que haya una manera de viajar en el tiempo como lo hicieron sus amigos, si es así...

— Podrías salvar a Natasha, Carol — dijo Fury apretando el hombro de ella — el problema es que no sabemos a qué época te lleve ni cómo podrías regresar.

— ...Bien, iré ahora mismo.

— No, aún es muy pronto para entrar, no sabemos exactamente qué te encontrarás y...

— Si tengo aunque sea una mínima oportunidad de salvarla no dudaré, además, hallaré la manera de regresar, siempre lo hago — le guiño a Fury y este suspiro.

— Bien, pero antes de irte debes saber que este será tu regalo de Navidad porque no te compré nada — Carol sonrió y fue de inmediato a ponerse su traje y salió enseguida a encontrarse con aquella enigmática oscuridad.

— Aquí Alfa ¿Me copian?

— Aquí Omega, te copio ¿Que es lo que ves Carol?

—No estoy muy segura, en verdad es muy extraño — observó cuidadosamente el perímetro hasta darle la vuelta al extraño ente — Hola — se dirigió hacia la supuesta fisura del tiempo y espacio — háblame de ti.

— Pues soy un hombre de gustos sencillos ¿Sabes?

— No hablo contigo Omega — del otro lado del comunicador se escuchó una risa que hizo sonreír a Carol y voltear un poco hacia la nave moviendo la cabeza en claro reproche a Fury — No parece ser un vacío Nick, parece ser la nada.

— ¿A qué te refieres? — preguntó Fury sin recibir respuesta de vuelta — Alfa... Alfa ¿Me copias? ... ¡Alfa! ...

— Señor hay interferencia — gritó el teniente — la estamos perdiendo.

— Pues recuperenla, ¡Carol contesta!