Estaba todo bastante bien en pocas palabras, ya me sentía cómodo con los adultos y llegué a interactuar con ellos sin quedarme fuera porque habían hecho el esfuerzo de hacerme sentir mejor, ya podía tocar la puerta de sus cuartos sin sentirme inquieto cuando pedía algo. Tenía mi avión que volaba en secreto gracias a su ayuda, aquello me ponía muy feliz aunque tuviera que mantenerlo en silencio. Aunque mis interacciones con los adultos fueran más cercanas para mi gusto y petición de Lloyd seguía manteniéndome en el columpio de la terraza exterior porque el viento seguía siendo el mejor ahí, era la brisa que me acompañaba en cualquier momento sin lanzar sospechas y podía alzarme bastante alto si nadie me estaba viendo.
Eso no sé si duró más o menos de lo que pensé, mi confusión en base al tema es bastante porque es complicado de decir cuando tienes sentimientos encontrados. Los niños estaban cómodos con los adultos, había una rutina la cual podíamos seguir y ya empezábamos a tener una conexión con la finca ayudando con algunos deberes, sin duda nos encariñamos con nuestro hogar. Pero no todo podía ser tan fácil, en menos de una comida todo eso se puso al límite.
Era una tarde tranquila cuando sucedió, estábamos todos juntos a la hora de la comida cuando todo el ambiente se puso tenso con una sola pregunta.
—¿Ustedes se escapan por la noche? —Garmadon nos preguntó a todos repentinamente, volteó a ver a cada uno de nosotros fijamente.
—No —fue la respuesta de todos al unísono.
Mentir se sintió tan natural que me hizo sentir culpable, siempre había sido cuidadoso ante la gente alta, pero ocultar nuestro secreto ante nuestros guardianes fue distinto, era como si estuviera haciendo algo incorrecto. Ellos confiaban en mí y yo les estaba mintiendo en su cara como si ellos no conocieran la verdad, en sus caras se les vió la decepción en nuestras palabras, se notaron disgustados, molestos y no lo ocultaron ante sus insistencias al ver si alguno admitía la verdad a través de las dulces palabras de la maestra Misako, aquello solo me hizo sentir mal.
Esto parecía un interrogatorio, recuerdo haber escuchado sobre ello en una de las historias de vaqueros, donde el comisionado tenía al sospechoso y le preguntaba sobre su vida para sacarle conversación y luego que se delatara solo o diera información sobre el otro criminal para resolver el crimen. A veces tenían un vaquero que daba miedo y su compañero que llegaba a ser tan amable que convencía al criminal de ayudarlos, su habilidad era su gentileza. Pero nos estaban dando muchas preguntas aunque nosotros no éramos los malos.
Bueno, quizás lo seamos un poco por negarnos a decir la verdad, pero yo tampoco quiero perder la sensación de sentir al viento junto a mí. Lo sorprendente es que nuestras habilidades estaban en total sincronía con nosotros ya que ninguna parecía ser llamativa en la comida. Estaban al margen de lo que estábamos haciendo confiando en nuestro acto, ¿si los elementos podían hacerlo, porque los adultos no?
Nos siguen preguntando para averiguar si somos honestos o admitimos nuestro mal acto, pensándolo bien si rompimos las reglas al huir de noche aunque no hubiera ningún peligro real. La noche es bonita cuando conoces las estrellas, la luna y te aseguras de no molestar a los animales que viven su vida nocturna. Quizás los adultos no lo vean de esa manera, pero no quiero aclarar cómo sé que ningún animal me hará daño mientras esté protegido por el viento.
No fue casualidad la noche que el señor Garmadon entró a nuestro cuarto a mitad de la noche con un arma, nos asustó claro, pero en su mirada se notaba que no nos estaba apuntando a nosotros sino a algo o alguien más. Aquella vez fuimos rápidos al fingir estar dormidos, cuando nos tiramos las cobijas para disimular nuestro cansancio, pero nuestros nervios estuvieron al límite. Respiré más rápido de lo normal, aunque traté de disimularlo el viento debió ocultar el ruido esparciéndose a otro lado. Era claro que sabían que algo extraño estaba sucediendo después de esa noche. Las demás veces nos volvimos más cuidadosos, nos íbamos bastante tarde para evitar otro encuentro desafortunado y revisaremos que ambas camionetas se encontrarán en la finca, supongo que no funcionó.
ESTÁS LEYENDO
Experimento No.161
Fiction généraleHace cinco años ocurrió una misteriosa explosión en la fábrica de metales "SpinStone" ubicada a las afueras de la ciudad de Nueva Ninjago, nunca dieron declaraciones y prohibieron a sus trabajadores hablar del incidente. Hace 2 años una imagen filtr...