Prólogo

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-Veo que estás herida -la chica asintió.

-Tengo heridas aquí -alzó su falda y le mostró su pierna- tengo otra aquí -le enseñó el brazo- me duele y mucho -el chico sonrió en sus adentros, su plan comenzaba a salir cada vez mejor.

-Yo puedo curarte -Adria se quedó callada y frunció el ceño.

- ¿Sabes primeros auxilios? -Frederick negó.

-No exactamente -de nuevo la miró a los ojos-. Vas a beber mi sangre sin decir nada -sus pupilas se dilataron de nuevo y eso hizo que Adria quisiera exactamente lo que él quería.

Frederick mordió su muñeca y de esta comenzó a salir sangre. Adria tomó la muñeca de Frederick y comenzó a beber sangre sin parar.

Después de varios segundos, él la alejó. Adria limpió lo que había escurrido de sangre.

Sus heridas comenzaron a curarse por arte de magia. Eso la había asustado, pero estaba a merced de Frederick Walls y cualquier cosa que el le pidiera, ella la tendría que hacer sin reclamar o decir algo que a él no le pareciera.

-Ahora ya tienes mi sangre en tu sistema -Adria frunció el ceño y asintió.

- ¿Cómo fue que me curé tan pronto? -Frederick bufó.

-No hagas preguntas. Cuando empiece tu transición te lo diré -la castaña frunció el ceño e señal de confusión.

- ¿Cuál transición? -Frederick se acercó y acarició su mejilla.

-Esta -y sin dejarla hablar, le destrozó el cuello, dejándola muerta y tirada en el suelo.

El Amor Se Escribe Con SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora