En la penumbra de esa noche oscura y despejada, caminaba una chica de cabello plateado y fuertes ojos violetas. Ella era una humana, una perteneciente a una de las antiguas cinco tribus.
Actualmente en el mundo existen cinco tribus, cada una totalmente diferente a la otra, pero cuatro aliadas contra un enemigo común. Las tribus conocidas son los Vampiros, Elfos, Humanos o Jades, Hombres lobos y los Haite.
Hace eones de años, las cuatro tribus recibieron un ataque por parte de los Haite, por razones desconocidas, viéndose obligados a entrenar a diferentes integrantes de sus respectivas tribus para poder derrotar esa inminente amenaza que aún en la actualidad sigue con vida, pero siendo enemigo único de los humanos. A estas personas se les conoces como cazadores. Estos individuos destacaban por sus superiores habilidades físicas y mágicas. Habilidades mágicas, que nacieron de un milagro inexplicable por todas las tribus.
Las diferentes tribus decidieron dividir a los cazadores por rangos; Kalt, Hash y Meid. A la vez que decidieron crear un idioma diferente al hablado, uno desde cero solo para ellos, por la posibilidad de que algún Haite consiguiera controlar a alguien de la tribu, aunque actualmente ese idioma está perdido y solo se usa para los conjuros. Pocos cazadores los hablan todavía. Eso fue lo que dio la victoria a todas las razas menos a los humanos. Por alguna razón desconocida, los humanos empezaron a esconder la existencia de los cazadores y el resto de las tribus, de los de su propio clan, haciendo que los ataques de los Haite sean escondidos y empezaran a nacer las leyendas y mitos, cosas supuestamente inexistentes.
El sonido de los aullidos de los hombres lobos sonaban de fondo, para que cuando su rezo a su diosa terminase, dejase paso a un silencio calmado y nervioso que helaba la sangre. La leve brisa continua, revolvía las hojas de los árboles. Era como la calma antes de la tormenta.
La luna llena iluminaba, con una pálida luz blanca, el claro en el que se encontraba en ese momento la de cabellos plateados. Una zona, que normalmente es la más calma del bosque, iba a convertirse en poco tiempo en una zona manchada de sangre, bajo esa luz ancestral y mágica, que es tan querida por vampiros y hombres lobos.
La chica caminaba despacio, evitando hacer ruido alguno. Iba con arco en mano y mirada seria y atenta. Su largo cabello se movía ante sus movimientos y la suave brisa.
Estaba buscando a ese Haite, que estaba atormentando a su pueblo desde hace décadas. Ella era la única con la habilidad de hacerlo, de matar a ese monstruo salvaje, violento y consciente. Debía proteger al pueblo que le dio cobijo por tanto tiempo.
Aunque estaba aterrada por dentro, sabía que tenía que hacer. El suave sonido de unos pasos hizo que se detuviera. La bestia estaba cerca, y ella lo sabía.
Aun siendo una de las mejores tanto en su rango como en su "trabajo" conocía bien a esa bestia y entendía que no debía confiarse.
El ambiente pesado y frío helaba los huesos de la chica. Escuchó atenta con una gran presión sobre su pecho. Un escalofrío le recorrió la espalda al volver a escuchar ese sonido tan suave de pasos.
Apuntó con el arco de donde provenía el leve sonido. Su mirada era penetrante y vigilante.
- Sé que estás ahí, bestia. Sal y acepta tu destino de forma honorable. - contestó con voz seria, tranquila y solemne.
Ella era realmente alguien que anteponía su honor ante casi todo. Veía el cazar como un acto de matanza, pero manteniendo el honor y dignidad de la bestia.
La de cabello plateado espero un tiempo. Se mordió ligeramente el labio al notar que no se mostraba. La bestia era más cautelosa que las demás.
Bajó el arco. En esos pocos segundos de reflexión que tuvo, pensó en un plan, el cual empezaría con engañar a la bestia. Justo en ese momento - una figura medio humanoide, pero que mostraba gran cantidad de pelo que no dejaba distinguir los rasgos físicos. Solo se podía denotar una cola amarilla con manchas negras y ojos rojos, cual sangre, brillantes bajo la luz lunar - salió de la oscuridad, donde no llegaba esa luz plateada, para atacar a la chica de cabellos plateados, que no esperaba que saliese de las oscuras y fuertes ramas de los árboles en penumbra.
Se encontraba con el arco, enfrente suya, manteniendo alejada a la bestia, evitando el contacto visual, ya que si no la controlaría. Ese era su punto débil, donde los Haite podían controlarla. Esos ojos tan poderosos y llenos de confianza son los más débiles ante esas bestias que siempre asesinaba.
El monstruo que se mantenía continuamente intentando romper el arco, dejo de moverse, haciendo que la chica mirase, inconscientemente. Hay fue el final de su propia consciencia.
Sus ojos se encontraron con esos ojos rojos brillantes y poco a poco sintió que perdía la consciencia. No podía dejarse vencer, no en esa situación, si lo hacía sería el comienzo de algo mucho peor que lo que conocemos como Segunda Guerra Mundial, que no solo afecto a los humanos. Sería el fin del mundo.
Tenía que intentar mantenerse consciente, pero la bestia era mucho más fuerte que ella mentalmente. La destrozó.
El cuerpo de esa forma humanoide cayó sobre ella, mientras el cuerpo de la chica se relajaba, a la vez que en su piel se empezaban a dibujar unas líneas, formando espirales, menos en el rostro. Este estaba más limpio. Solo había una estrella de siete puntas, en una de sus mejillas. Sus ojos estaban cerrados.
La chica abrió los ojos de repente, dejando ver unos ojos violetas, totalmente diferentes. Estos desprendían una maldad inconcebible.
Se levantó, tirando el cuerpo de la bestia a un lado. Miró alrededor, como comprobando algo.
- ¿Cuánto hará que no controlo un cuerpo? Y más de una cazadora. - habló la chica, con voz suave, pero fuerte. Un leve toque chistoso, se notaba, en las últimas palabras pronunciadas.
Después de eso, simplemente salió del claro, dirigiéndose al pueblo, el cual, momentos después, ardía en llamas.
Solo la venerada diosa Selene, sabe de la tragedia ocurrida aquella noche. Una que cambiará el mundo, que provocará el verdadero acercamiento de ese tan desesperado y malicioso futuro, que atentaba contra el mundo y del cual solo serían partícipes los jades...
- La diversión recién empieza, humanos.
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The Haunters
Teen FictionCazadores... Esa parte de los humanos que se esconde a sí misma... ¿Solo humanos? Hay más seres que desconocemos, incluso los propios cazadores, pero todos tienen un enemigo en común... Los Haite. Después de años de lucha contra los cazadores un Ha...