Joaquín y emilio se encuentran en una heladería artesanal ambos pidieron el mismo sabor de helado se sentaron a comer notaban la mirada de un tipo que tenía la vista clavada, en Joaquín eso no le agradó mucho al rizado.
—Joaquín mi amorcito porque mejor no nos vamos
-Dijo el rizado mientras veía al tío que estaba mirando a Joaquín-
—Claro vamos
-Sonrió el castaño levemente-
-Ambos salieron del lugar llendo a una tienda donde vendían juguetes sexuales y algunos trajes y faldas-
—Joaquín bebé ¿quieres ponerte una falda para mí está noche?
El castaño se sonrojo levemente mientras escogía la falda encontró una rosada que venía con unas medias largas.
— te vas a ver hermoso con esa falda
Mordió su labio inferior el rizado mientras veía al castaño de reojo al cual nada más se fijaba en su trasero.
— ¡pervertido! ¡Deja de ver mi trasero!
-Gritó el castaño regañando al rizado-
— lo siento bebé es que tienes un cuerpo maravilloso
-Sonrió levemente colorado el rizado tomando su mano entrelazando su mano con la de su chiquito bonito-
— bueno, vamos a la caja a pagar.
-El castaño camino junto al rizado dejaron la falda en la caja la señorita la paso la puso en una bolsita y salieron de aquel lugar, ya se estaba haciendo de noche-
— vamos a casa.
-El rizado salió con el castaño, del centro comercial pidieron un taxi subieron, emilio subió a Joaquín a sus piernas y empezó a besarlo apasionadamente-
-Continuará-