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conwayxgustabo.

me pueden decir si ven un error.

Auron;

Estaba sentado en la silla de siempre en el despacho del Súper intendente, escuchando sus quejas de que éramos unos capullos, lo normal.

― ¿Donde está Volkov? ― corte el regaño del Súperintendente.

― ¿Para que quieres saber eso? ― alzo su ceja acercándose a mi.

― Curiosidad ― respondí cuando en realidad solo era para que se callara de una buena vez.

― El ahora está haciendo cosas importantes, no como ustedes anormales ― volvió a echarnos el regaño.

Una vez termino, Horacio y yo nos paramos de nuestros asientos listos para irnos de una buena vez.

― ¿A dónde van nenazas? ― nos apuntó con su porra.

― Ya termino ¿no? ― preguntó Horacio sin entender por qué nos detenía.

― A ver pedazo de gilipollas, no escucharon nada ¿cierto? ― nos miró enojado. Si las miradas pudieran matar nosotros estaríamos 2 metros bajo tierra eso seguro.

Nos quedamos callados los dos pues era verdad ninguno había prestado atención de lo que el viejo había dicho.

El súper intendente suspiró y sobo su cien, hizo crujir su cuello y nos volvió a mirar.

― Hoy van a venir conmigo a una cena llena de Mafiosos ― dice mientras da vueltas alrededor nuestro.

― Así que vamos a ir de compras ahora, ya les di el dinero, así que muevan sus culos ― abrió la puerta de su oficina y los tres salimos.

[...]

Una vez ya en la peluquería -sí, peluquería- Conway le dijo a su peluquera de confianza como tendría que peinar a Horacio para que se vaya esa estupida y horrorosa cresta que lo hacía quedar como un punk pedófilo.

― Así mucho mejor ― admitió el superintendente al ver el resultado.

― Pero la cresta....― se lamentó Horacio al ver su nuevo corte y peinado.

Entre enfados y gritos por parte del tatuado los tres nos dirigieron ahora si a la tienda de ropa, pues según el gran señor, su ropa daba asco.

― Horacio ve a cambiarte, esa ropa si que esta fea ― le indique primero a mi compañero de toda la vida señalando unas cuantas prendas, el me miro con una cara de odio pero igualmente fue a recoger unas prendas y adentrarse a los vestidores.
Mientras yo solo me cambiaba de ropa por una que ya tenía guardada.

― Pero Horacio te ves fatal ― dije al mirar a mi compañero.

― ¿Ya están? Tengo prisa debemos llegar rápido ― habló Conway antes de que Horacio pudiera responderme, mirando a otro lado sin prestarnos mucha atención a como estábamos vestidos al parecer se encontraba contestando les a sus compañeros del CNP.

― Yo creo que sí ― Respondió Horacio saliendo de la tienda y dirigiéndose al auto.

― ¡Vete al salón del manga! ― grité por última vez a la "otaku" que estaba ahí.

Después de eso volvimos al coche y una vez ahí Conway volvió a hablar.

― Dios mío, si los hubiera visto antes, son un desastre ― negó mirandonos por el retrovisor.

Antes de que alguno pudiera hablar o siquiera abrir la boca, Conway volvió a hablar.

― Bien, ahora iremos a mi tienda de confianza ―

Dicho y hecho, unos cuantos minutos y el coche con los tres ya se encontraba fuera de una prestigiosa tienda que además era muy cara.

― Pero, ¿tu me puedes ayudar a elegir mi ropa? Es que no se que ponerme ― admiti mirando toda la tienda y las prendas que habían.

― Claro que si muñeca, papi te va a enseñar como vestirte ― uso el apodo que Horacio y yo siempre usabamos con el.

― Vale ― conteste susurrando sintiendo mis mejillas calientes; siempre me gusta poner incómoda a la gente y en especial al súper verga Ardiente, pero que me pusieran nervioso a mi, ya no le era tan divertido.

Entre a los probadores con un traje que el mismísimo papu había elegido.

― ¿Me queda bien? ―  pregunte ya una vez fuera de los probadores mirándome en el gran espejo una vez más.

― Claro que te ves bien, yo elegí la ropa ― dio vueltas alrededor mío mirándome atentamente.

Yo solo asentí y le agradecí por la ayuda.

― Horacio tío, das asco así, por favor vete a cambiar o sino cambio de compañero ― puse una cara de asco intentando que sepa lo horrendo que le quedaba esa ropa de los ¿80?.

― Pero... va me cambio ― sin protestar mucho más se metió a los cambiadores, yo le llevé unas prendas parecidas a las mías mientras el buscaba por otro lado unos accesorios.

Justo en ese momento lo vi, era una pajarita, un moño que era a cuadrados y que a mi parecer iba mejor con el conjunto que la Lisa corbata.

Entre escondidas me saqué la corbata y me puse el moño, intenté que el superintendente no me viera y me escondí, pero salió mal y me descubrió.

― sácate eso, ahora ― me miro serio, a regañadientes me la saque y me volví a poner la corbata.

― eres un pringao' Gustabo, mira yo me llevo esta cadena y Conway no me dijo nada ― me hizo burla una vez ya habíamos salido de la tienda y nos adentrabamos en el coche.

Suspire y mire por la ventana, ¿por qué el super ano ardiente, me estuvo observando mientras al pedófilo de Horacio no?.

― Sacate esos lentes, que pareces gilipollas ― volvió a criticar mi aspecto el mayor.

Un poco enojado le respondí que tenía miopía y que necesitaba los lentes.

Sin más el siguió hablando y dándonos instrucciones de lo teníamos que hacer en la cena y como comportarnos.

La primera misión y ya me parecía difícil.

a estos les dije que iría con mi mano derecha y con mi pareja, por que no puedo llevar a más de ellos, por lo que uno se hará pasar por mi... ya saben ― nos miró por el retrovisor esperando a que alguno se ofreciera.

― como ninguno habla, voy a elegir yo ― nos empezó a apuntar con su dedo índice y diciendo algo ― Gustabo, fuiste elegido por mi dedo ― me señalo.

Solo pude susurrar un mierda para mis adentros, actuar como pareja de este señor sería difícil.

― Como el señor diga ― suspire.

― Pero una pregunta Conway, ¿ellos no saben que usted es el súperintendente? ¿O como es la cosa? ― hablo por primera vez el ex-cresta.

― No lo saben, son nuevos en el mercado, aparte voy a ir con la cara bien tapada por cualquier percance que llegase a ocurrir ― respondió simplemente.

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Primera Misión | IntendenteplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora