Mandarina

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Meses, meses habían pasado desde que se conocieron oficialmente y ahora, los vecinos de ambos se quejaban de las risas un tanto fuertes que se escuchaban en la madrugada

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Meses, meses habían pasado desde que se conocieron oficialmente y ahora, los vecinos de ambos se quejaban de las risas un tanto fuertes que se escuchaban en la madrugada.

-me vale lo que digan-

Decía el pálido alzando los hombros

-me parece genial, porque a mí tambien-

Ambos se rieron, el pálido se levantó y entro a lo profundo de su departamento

-a donde vas? Me dejas!-

-no te dejo!-

Gritó el pálido desde dentro. Un minuto en silencio y se volvió a ver a través de la ventana.

-fui por esto-

Tenía un par de mandarinas en manos. Extendió ambas hacía el morocho.

-ten... -

-y tu? Acaso no piensas comer?-

Las tomo, dejando una en la repisa de lado, mientras le hacía un ollito a la cáscara para pelar una de estás.

-obvio. Me podrías hacer el favor de hacerle un ollito a una de ellas?-

Decía un poco avergonzado el mayor. El contrario río un tanto

-porque no lo haces tu? Quieres que te cobije también?-

El pálido enrojeció levemente, un color rosado se hacía presente en sus pálidas y regordetas mejillas

-no! N~no te burles... Lo que sucede, es que tiendo a morder mis uñas al sentir precion o ansiedad... Y ahora no puedo hacerlo por mi mismo-

-oh... Espera... Si no puedes porque compraste mandarinas?-

Le extendió la que tenía en mano a medio pelar.

-no fui yo... Alguien vino hace días y me las dio-

La tomo y miro

-oh... Comprendo, comprendo... amigo tuyo?-

-he? Que? Obvio! N~no lo malinterpretes!!-

El contrario río gracias a la manera de ser ahora de el pálido

-no lo hice... Me alegra que sea tu amigo... Obvio, te mantiene sano y... Eso-

 Eso-

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