poprocks - kiribaku

l i n d o

– Descripción:

Kirishima adora cuando su novio hace cosas tiernas.

> Fluff

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- Ave María, cuando serás mía - Kirishima canturreaba en su habitación , intentando encontrar la página en la que se había quedado de aquel manga - si me quisieras, todo te daría. Na na na na na na, na ra na ra na ra, turu tu tu tu, tun tun tun tu tu tu, al mismo cielo, yo te llevaría, na na na na na, na ra na na na na - se levantó se su colchón y, más animado que antes, se dirigió a su mesilla de noche, en la que descansaba una figura de acción de Crimson Riot, la cual había podido al fin comprar gracias a años de ahorro.

La comenzó a usar de micrófono, mientras tanto, cada vez cantaba más fuerte y más inspirado, agitando su cabeza y con su cabello sin gel moviéndose de un lado a otro. Dejando su manga en alguna parte de su cama, comenzó a dar vueltas por su habitación mientras que daba un espectáculo a todos sus pósters de películas que le habían fascinado y, como si hiciera un dueto con su bolsa de boxeo, la señaló para que cantara la siguiente línea de la canción.

- ¡Y más, y más de ti yo me enamoro, tú eres lo que quiero, tú eres mi tesoro! - se sentía en su propio espectáculo mental, relajado y sonriéndole a su público mientras que desafinaba con cada verso - ¡AVE MARÍA, CUANDO SERÁS MI-! - lanzó aquel chillido que intentaba ser un agudo al mismo tiempo que tiraba de la diminuta soga, la cual colgaba de un extremo de sus cortinas y le permitía abrirlas para dar paso a la vista mañanera que el pelirrojo tanto adoraba.

Pero, cuando las cortinas salieron de su campo de vista, había otro obstáculo que no lo dejaba observar claramente los primeros rayos de sol y, cuando unos ojos rojos lo miraron con burla y diversión, no pudo reducir la cantidad de sangre que subía hasta sus mejillas. Bakugo parecía tener el momento de su vida mientras veía cómo la expresión apasionada de Kirishima por cantar se convertía lentamente en una horrorizada y, en unos segundos, en un simple chico completamente sonrojado al verse descubierto en aquel íntimo momento.

- ¡B-Bakugo! - exclamó Kirishima en tono de protesta mientras abría la mampara - ¡No era necesario simplemente pararte ahí y escuchar el sonido de mi dignidad despidiéndose de mi!

Bakugo lanzó una risa burlona y, como ya estaba tan acostumbrado, se hizo paso hasta la habitación de su novio. Luego y sin previo aviso, como si fuera cosa de todos los días, sostuvo entre sus manos la figura de acción de Crimson que Kirishima había dejado a un lado para dejar pasar al rubio y, poniéndola al frente de su rostro y sosteniendo los pequeños brazos de aquel duro plástico, habló con una voz suave y burlona.

- Eijirou, si sigues haciendo cosas patéticas Katsuki va a seguir burlándose de eso - habló moviendo levemente los brazos de la figura, aparentando que ésta hablaba y, cuando hubo terminado, rió suavemente y la dejó en su sitio.

Extrañado por no escuchar ninguna queja o sonido de protesta por parte del pelirrojo, levantó la cabeza. Soltó un pequeño sonido de sorpresa al ver a Kirishima totalmente rojo, mirándolo atontando.

- Oye, Kirishima, cabello de mierda - Bakugo intentaba llamar su atención, pero nada. El chico parecía estar en algún otro lugar de su mente, procesando algo muy, muy lentamente - carajo, ¿Te estropeé?

De pronto y sin algún indicio de que fuera a suceder, Bakugo sintió unos brazos rodeando su cintura firmemente, seguido de un par de labios que se posaban suavemente en la punta de su nariz. Y luego en el párpado derecho, y en la frente, y en los pómulos y sus mejillas, y de repente todo su rostro estaba siendo atacado con tiernos besos que le repartía el pelirrojo.

Y no se podía quejar, los toques eran tan suaves, cálidos y agradables que se sentía derretir en esos momentos. Claro que sí, jamás en su vida aceptaría esa mierda, ni aunque lo amenazaran de muerte.

Aún así, ¿A qué venía el contacto y el repentino ataque de besos?

- Bakugo, ¿Porqué eres tan endemoniadamente lindo? - le susurró su novio en un oído, una parte realmente sensible del rubio. Éste se sonrojó y soltó un jadeo.

- Tu-tu puta madre - le susurró de vuelta.

Bakugo no se consideraba, ni quería ser jodidamente llamado lindo.

Bueno, un poco.

- Haciendo voces y riendo de esa manera tan tierna, dios, me vas a matar algún día de estos - susurró Kirishima a una distancia dolorosamente cercana a los labios del contrario.

- Te voy a matar ahora mismo si no terminas lo que empezaste - masculló Bakugo entre dientes, rodeando el cuello del contrario para facilitar el beso.

Después de todo, adoraba cuando provocaba esos ataques de amor en su novio.

Y Kirishima no se podía quejar.