Como nos conocimos (II)

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Nuestra última conversación fue esa, nosotros teníamos otro incentivo para venir a esta universidad y no a otra. La universidad O'Connor no era una universidad normal, lo podría parecer, pero no serlo, aquí sucedían cosas extrañas y entre una de ellas estaba el asesinato de un chico hace tres años, un chico que era nuestro amigo. Dijeron que iba de camino a casa cuando tuvo un accidente, su cuerpo fue encontrado en el coche con bastantes arañazos, no nos dieron más explicaciones pero la cuestión era que Diego venía aquí y siempre nos contaba alguna historia extraña que había averiguado y a nosotros nos fascinaba, pensábamos que eran mentiras, pero después de ese día decidimos investigar, pero poco averiguamos con 16 años que teníamos, conforme crecimos vimos lagunas en la historia que contaban los periódicos y las personas, así que decidimos meternos a la cueva del lobo y buscarlo, ya que él no saldría lo sacaríamos nosotros y pusimos unas reglas al llegar aquí. Las reglas eran:

Proteger a Lexi siempre. Ella no sabía la verdadera razón porque nosotros quisimos venir aquí.

Nada de enamorarse y tener pareja, a no ser que sea fingido para recabar información.

Pasar desapercibidos.

Jamás contar nuestro plan a nadie, ni a Lexi.

Así pues lo más importante era que Lexi estuviese segura, la deberíamos vigilar siempre, y no confiar en nadie, quizás estábamos paranoicos, pero las historias que Diego nos contaba no eran para estar tranquilo.

—¿De verdad crees que las historias de Diego eran reales? —dijo para mi sorpresa Nick.
—Sí, por eso nadie se va a saltar las normas y vamos averiguar lo que pasó realmente aquí y corroborar lo que nuestro amigo decía. —me limité a decir cuando salí del baño.
—Si fueran verdad ¿no deberíamos tener miedo? —me miró con una pizca de temor en sus ojos.
—Podríamos tenerlo, pero con miedo no se llega a ninguna parte.
—¿Y si nos pasa lo mismo que a Diego...? —dijo con preocupación mirando hacia el suelo.
—No nos va a pasar, seremos cautelosos, astutos y descubriremos la verdad.
—Estás demasiado seguro de ello tío.
—Si tú eres el miedica, alguien tiene que ser el seguro de los dos. —le sonreí para tranquilizarlo.
—La fiesta de hoy... ¿crees que habrá alguno? —me miraba con temor.
—Habrá más de uno, quizás podamos identificarlos, pero no debemos hablar con nadie del tema, ni de broma, ¿entendido? —lo miraba serio.
—Entendido, hermano. —sonreía forzosamente.

Sabía que Nick estaba preocupado y temeroso por lo que podría pasarnos, pero no había otra forma de conseguir información.
Nos arreglamos, Nick con un pantalón marrón, una camisa negra, unas zapatillas negras y una americana negra, en cambio yo con un vaquero pitillo negro, camisa blanca, zapatillas negra y una chaqueta de cuero negro. Él era el elegante de los dos y yo el que tenía aire de rebelde. Salimos y tocamos la puerta de las chicas.

—Vamos chicas ya es hora —dije para que salieran —céntrate. —dije mirando a Nick, él asintió.

Después de unos minutos salió Dana, iba con unos vaqueros negros, zapatillas altas negras, un top blanco y tenía el pelo un poco más ondulado, e iba un poco maquillada aunque no lo hacía falta la verdad. La miré y ambos sonreímos a lo que Nick me miró mal.

—¿Y Lexi? —preguntó Nick mirándola.
—Está poniéndose los zapatos, ya sale —respondió —Parece que vayamos iguales. —ahora su mirada se dirigía hacia mí.
—Eso parece. —dije fríamente tomando distancia.
—Ya estoy —salió Lexi para mi suerte —Uy vais iguales tú y tú, qué monos. —nos señaló a Dana y a mí.
—Ya nos hemos fijado Lexi, gran observación. —dijo Nick algo molesto.
—¡Estúpido! —dijo Lexi mirando a Nick.
—Bueno, ¿vamos? —dije para evitar que se mataran.
—Un momento voy a llamar a Daphne y a Emma. —dijo Dana dirigiéndose a la otra habitación.

Yo no pedí ser esto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora