#9 De vuelta en Neibolt

562 68 39
                                    

—No sabia que eras buena en las cartas.

Sonrió animadamente Mike. Ambos estaban sentados en el césped, con una baraja de cartas mientras se entretenían pasando el tiempo. Ella también sonrió mientras miraba sus cartas en esos momentos, con atención al siguiente movimiento. Para Mike parecía un sueño agradable del cual nunca quería despertar.

Nunca había imaginado que (t/n); aquella chica que observaba a menudo en la distancia se sentiría de la misma forma por él. En como pudo estar ahí, sonriendo, en como el día anterior simplemente lo había besado. No estaba en sus planes, e incluso pensaba que lo más posible era que ella lo rechazara.

—Y, me temo que gano otra vez, Mikey. 

Ella sonrió. Colocando sus cartas en el césped, con el chico colocando las suyas, rindiéndose a su tercera perdida en el juego.

—¿Puedo preguntarte algo, (t/n)?

—Claro Mikey, lo que quieras — le sonrió ella, estirando su mano para sostener la de él —.

—¿Por qué yo? Quiero decir... ¿por qué yo te gusto? No soy quizá la mejor persona...

—Oh calla, hay muchos idiotas alrededor... y eres como una piedra que brilla a la luz, pero que nadie es capar de notar. Oculta a simple vista. Eres calmado, y es justamente lo que necesito sentir, que estoy a salvo en un mar calmo. 

Ella volvió a reírse en esos momentos, y Mike no pudo evitar la sonrisa que se formó en su rostro cuando ella se veía tan contenta en esos momentos, en como simplemente nada malo podría llegar a pasar en esos momentos. Pero la vida no es así, por ello fueron en esos momentos en que el sonido de las bicicletas andando les hicieron abandonar la conversación, observando como Bill detenía a Silver prontamente, sin bajarse, solamente sus pies tocando el suelo mientras los miraba a ambos. El mismo Richie en compañía de Stan, Eddie y Ben estaban tras de él observándolos también. 

Ella fue la primera en movilizarse hacia ellos con confusión en su rostro cuando los miraba, confundida en porque estarían reunidos todos nuevamente. 

—Tienen que venir — dijo pronto Ben —. 

—¿Qué ocurre? — pregunto (t/n) mirando a todo el grupo sin entender absolutamente nada —. 

—E-E-Eso, eso t-tiene a Beverly. 

Mike en conjunto con el resto noto como la expresión en el rostro de (t/n) cambio inmediatamente a uno de preocupación, tal como el resto del grupo estaba, ella retrocedió unos pocos pasos mientras recogía su bicicleta del suelo, en donde justamente su madre estaba saliendo de la tienda. 

—¿(t/n) a dónde vas cariño? — pregunto la mujer sosteniendo una bolsa café entre sus brazos —. 

—Iré después a casa mamá — le menciono (t/n) sonriente —, la madre de Ben está invitándonos a probar sus dulces recién horneados. 

—Claro — asintió su madre con una sonrisa genuina —, mándale mis saludos a Arlene, ¿sí? Ve con cuidado. 

—Lo haré, hasta luego mamá. 

Con ello dicho subió a su bicicleta con Mike observando sus acciones a su lado, en como ella lo animo a comenzar a pedalear para seguir al resto, como si (t/n) se hubiese olvidado del terror del cual fue víctima la vez anterior en Neibolt, como si aquello no le importase, Mike podía ver como su cabello atado en una coleta con un moño naranjo adornaba su cabello, en cómo se mecía al viento mientras pedaleaban con prisa. 

Y ella le entrego otra sonrisa, posiblemente mucha más segura de si misma ahora que él estaba a su lado. Se tenían al otro.

Pedaleando hacia Neibolt.

Técnicamente la ida a aquella casa fue corto para todos ellos, arrojando sus bicicletas al suelo sin importarles absolutamente nada. Eddie arrojando su cangurera lo más lejos posible, e incluso Richie intentando romper una botella en lo cual fue solamente una pérdida de tiempo cuando la rompió demasiado. 

—E-Esto es para ti (t/n) — le menciono Bill entregándole una linterna a la niña —. 

—Gracias Bill. 

Ella observo la linterna entre sus manos, apretando el botón para observar que servía y que nada malo de por si tendría que llegar a suceder. Y a pesar de que cuando miraba por la ventana de Neibolt podría jurar que estaban aquellas aves sin vida colgando de un hilo rojo, las veía, pero eso no la iba a detener para adentrarse a la casa y encontrar a Beverly Marsh. 

—¿Estás segura de que quieres entrar? — le pregunto Mike a (t/n) —. 

—Tengo miedo — admitió —, pero Beverly nos necesita ahora, Mikey, ustedes no me abandonaron cuando necesite su ayuda.

—Más te vale estar preparada Ladybird. 

Menciono Richie posando ambos brazos por los de (t/n) y Mike con una sonrisa en su rostro, sin mencionar que se encontraban juntos, y aquello era lo que los alentaba para adentrarse en la casa, estaban juntos y era lo que importaba más que nada. 

—¿Ladybird? — pregunto ahora con confusión Stan — ¿De dónde sacaste ese nombre? 

—¡Es el apodo de esta encantadora niña! 

—Eres un idiota — recalco Stan rodando sus ojos —. 

—Bueno, vamos — anuncio Bill acortando la conversación que estaban teniendo en esos momentos, volviendo sus miradas hacia él y asintiendo silenciosamente —. 

Se estaban adentrando finalmente a la casa, todos siguiendo de cerca al otro sin miedo, o al menos intentando mantener la compostura, cada uno caminando sin saber que fuera de la casa se encontraba Henry Bowers esperando a por el momento ideal para atacarlos de sorpresa, no lo podían llegar a saber en esos entonces, solamente estaban preparados para dirigirse hacia Eso, a confrontarlo, a matarlo quizá. 

—¿Tienes una moneda? — pregunto de pronto Richie frente al poso —. 

—No pienso pedir un deseo en esa porquería — contesto Eddie de mal gusto —. 

(t/n) negó con la cabeza, caminando al lado de Bill para examinar que la cuerda funcionase de manera correcta para que fuese usada. 

—Bien, esto se ve lo suficiente resistente — admitió (t/n) con una pequeña sonrisa —. 

—Espero no estés equivocada — contesto Ben a su lado sonriéndole —. 

—¿Cuándo me he equivocado Benny? 

Y sonrieron, mientras sujetaban la cuerda para comenzar de uno en uno, con cuidado de no resbalar ni hacerse ni un daño, primero fue Bill seguido por Stan y prontamente Eddie, bajando hacia un sitio que desconocían por completo, sin saber nada de lo que podría llegar a pasar abajo, adentrándose a lo desconocido. 

—(t/n) es tu turno — mencionaron Ben en conjunto de Richie —. 

—Ten cuidado — le había mencionado Mike con una sonrisa tímida —. 

Ella estaba preparada para comenzar a bajar, pero todo fue sumamente rápido, en como una mano firme y fuerte la sujeto del cabello, arrojándola hacia atrás, su espalda golpeando el suelo dolorosamente en como pronto sus ojos (c/o) se encontraban directamente con los de Henry Bowers. 

—¡(t/n)!


Sunflower {Mike Hanlon & Lectora} FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora