Epílogo

825 44 7
                                    


Se encontraba nadando por el mar una niña de once años, de cabello oscuro y ojos esmeralda. Traía consigo una bolsa donde guardaba los tesoros que se encontraba, la mayoría constaban de caracolas, conchillas, galletas de mar, entre otras cosas, aveces solo nadaba con los delfines o el cardumen. Siempre se había sentido atraída al mar desde muy joven, además de que aguantaba la respiración mas tiempo que un humano promedio y nadaba mucho mas rápido.

Asomo la cabeza a la superficie para contemplar el atardecer, cuando oyó unas voces que la llamaban.

"Rayos."

Salio del agua y busco sus ropas, las cuales había dejado junto a las rocas, lejos del agua para que no se mojaran.

-Emma, estas hecha un desastre.- Le dijo una voz de niña. La nombrada volteo.

Eran cuatro niños, dos gemelos,un niño y una niña ambos morenos de ojos dorados y cabello rojizo, de aproximadamente doce años. La otra era una niña de apenas diez, de ojos aceituna y cabello castaño, acompañada de un niño de siete, de ojos grises pero de igual manera cabello castaño.

-¡Jinna! Dile a Jonh que se voltee, estoy en ropa interior.- Dijo Emma de forma apenada.

Para el chico no fue necesario que su hermana se lo dijera, pues se sonrojo y rápidamente se volteo. Entre Jinna y Liah, la niña de ojos verdes, ayudaron a Emma a ponerse el vestido, pero terminó por mojarse al hacer contacto con el cuerpo y ropa interior empapada de la azabache, por no hablar de que su cabello goteaba a goterones agua salada y arena.

-Vaya Emma, si que estas hecha un desastre.- Río Liah.- Anda vamos al castillo o la nana se pondrá como loca.

-Seguro soñabas despierta otra vez en el mar.- Le dijo Jinna

Emma se dispuso a tomar su bolsa con sus "tesoros" pero una afilada caracola hizo que se rompiera un poco, tirando un poco de estos. Jonh se acerco a ayudarle, cuando iban a juntar una caracola color crema con rosado, sus manos se tocaron, provocando un sonrojo entre ambos y una pequeña burla de Jinna.

-Si...si quieres las llevo por ti.- Le dijo Jonh un poco sonrojado.-

Llegaron al palacio y Emma intento escabullirse a sus habitaciones para cambiarse, desafortunadamente todos fueron sorprendidos por la nana a cargo, mandándola a bañar inmediatamente. Así que ahí estaba, con cara de fastidio, metida hasta las narices en un baño de burbujas y con sus tesoros confiscados. La nana irrumpió en el baño para ayudarla a terminar de bañarla y vestirla.

-Ya les he comunicado a sus altezas sobre su comportamiento señorita.- Le dijo la nana mientras cepillaba su pelo.

-Lo siento ¿si? No puedo evitar ir al mar.- La nana solo dejó el cepillo y dio un suspiro.

-Será mejor que vayas.-

Llego a los aposentos de sus padres, respiro hondo y toco la puerta.

-Adelante.- Se escucho una amable voz de mujer desde el otro lado.

Junto a la ventana, que daba una vista directa al mar, se encontraba sentada con un ligero camisón rosa, una mujer de ojos azules como el mismo mar, cabellos azabache y pese a la edad, una mirada que aún irradiaba frescura e inocencia mas pura. Esta sostenía en brazos a un bebé de cuatro días de nacido, el cual estaba amamantando.

-La nodriza me ha dicho que has vuelto a salir sin permiso, y has ido a nadar a la playa.- Dijo, pero su voz no sonaba enojada, al contrario, sonaba tranquila.

-Si...¡pero puedo explicarlo! Yo....-

-Sin duda esta traviesa aventurera salió a su madre.- Dijo una voz masculina, el dueño de la voz solo acaricio el cabello de la pequeña azabache con ternura.

-¿No están enojados?- Pregunto Emma con confusión.

Su madre solo la vio con ternura.

-Como dice tu padre, eres igual a mi, aunque debo decir que me costo algunos errores ser así, pero al mismo tiempo aprendí. Y claro, se que no es la primera vez que te escapas a nadar, pero es algo de familia.- Le explico su madre.

-Um... jamas hablas de tu familia madre, solo conozco a mi abuelo el rey, y al tío Nino y la tía Alya, aunque no sean mis tíos verdaderos.- Pensó Emma.

-Es porque quisimos esperar a que tuvieras suficiente edad para saberlo, creo que ya estas lista.-

Marinette hizo el ademán de levantarse de la silla, a lo cual Adrien rápidamente la auxilio. Hacía cuatro días que tuvo a Hugo, segundo hijo de la pareja y el primer varón, su parto se vio complicado al punto de casi costale la vida a ambos, al final Marinette logro ganar la batalla, pero su hijo, al borde de la muerte, fue sanado por las lagrimas de esta. Ahora ambos estaban bien, pero ella aún estaba débil y debía guardar reposo.

La pareja dejo a Hugo en su cuna y Adrien ayudo a su esposa a recostarse en la cama.

-Ven hija mía, te contare una historia, la historia de una joven y traviesa sirena.- Dijo Marinette.

-¿Sirenas? ¿Enserio existen?- Dijo ella con un brillo en los ojos.

-Así es querida.- Respondió su padre.- Una muy bella sirena y un príncipe amante de navegar.-

Así la familia comenzó el relato, a la luz del atardecer que se colaba por la ventana, conforme la historia avanzaba Emma se emocionaba más y más.

-¡¿Y cuando veré a mi abuelo?!- Preguntó entusiasmada.

-En el lugar donde sueles nadar, toma esta perla, deja que la luz de la luna la ilumine, y el responderá a tu llamado.- Dijo Marinette dándole una perla grande.- Puedes decirle a John que te acompañe.- Ante el comentario Emma se sonrojo.

-Mhm- Adrien se aclaro la garganta.- Y claro a Liah y Jinna.- Añadió.

Su hija salió del cuarto corriendo entusiasmada llamando a sus amigos. Aunque sus padres la miraron alegres, sus gritos molestaron un poco a Hugo.

-Vaya, es muy energética y curiosa ¿Me pregunto a quien se parecerá?- Dijo Adrien mientras sacaba a Hugo de su cuna y se lo pasaba su esposa.

-¿Vas a decirme que tampoco saco ese carácter testarudo de ti?- Le miro de forma divertida mientras arrullaba a su hijo.

-No importa como sea, es perfecta. Al igual que tu.- Dijo mientras le daba un beso.- Me salvaste la vida, me diste tu compañía y al final una familia. Me diste un océano de amor.-

-Te amo Adrien.

Océano de Amor [MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora