Aiden Miuredach Fietcher, personificación misma del Reino Unido, podía ser descrito de muchas maneras por sus compañeros, entre ellas destacan:
Tan cortes que te sostiene la puerta para que pases aun cuando estas a cinco metros.
Puntual, del tipo de persona que llega de 10 a 15 minutos antes de la hora acordada.
Curioso, de aquellos que siempre se enteran de todo, pero que no siempre saca a relucir dicha información.
Inteligente, de aquellos sujetos que saben de todo un poco y que entienden perfectamente cuando hablar y cuando callar.
Estratégico, de aquellos en cuyas palabras pueden ir o no dobles intenciones.
Manipulador, sabe con que palabras tener a alguien a su merced, siendo el pobre infeliz consciente o no de que está haciendo lo que él quiere.
Perseverante del tipo que no se rinde hasta conseguir lo que quiere, el fin justificando los medios.
Dulcero, de esas personas que adoran el azúcar y toda comida dulce existente sobre la faz de la tierra.
Y es precisamente en este último punto en el que nos vamos a centrar hoy.
No es un secreto para absolutamente nadie que Aiden es un amante empedernido de los postres, tanto propios como extranjeros, por lo cual se explicaba su amor y emoción hacia la hora del té.
Pero aun con toda esa información ventilada quedaba un solo misterio por develar: ¿cuál es el postre favorito de Reino Unido?
A pesar de que el británico ocupa sus fiestas de té para limar asperezas con la mayoría de las naciones, ninguno de los invitados o amigos cercanos ha podido apreciar una debilidad especial por alguno de esos bocadillos azucarados.
Además, la conducta esquiva de Fietcher hacía suponer tantas cosas inapropiadas, y es que ¿quién rayos se sonroja y trata de cambiar a toda costa del tema ante la pregunta?
Bueno, es que Aiden considera que ese dato es muy personal, así como la bochornosa historia del descubrimiento de su postre favorito.
Todo ese autodescubrimiento surgió en un lugar bastante público y común.
>>>>>>>>>>>>>> >Asamblea general, marzo de 1997. <<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<
En ese instante no podía estar más agradecido con el dichoso receso, pues gracias a ello ahora podía comer su dosis diaria de azúcar en relativa calma, ¿por qué en "relativa calma" ?, fácil, Estados Unidos se sentó frente a él.
—Viejo, en serio, tienes un problema con el azúcar... y con el whisky y la cerveza, ¿no te sientes mal? — le decía por octava vez en dos minutos.
—Andrew, ya te dije que no estoy viejo.
—Como sea; pasemos a cosas más importantes que tus adicciones, ¿qué quieres de regalo de cumpleaños?
Aquella simple pregunta hizo saltar a todas sus alarmas, ¿a qué venía eso?, ¿qué planeaba?; su pánico interno acrecentaba, ¿qué decir?, ¿qué decir?
—Nada que puedas darme, Andrew. — finalizó con eso su análisis.
—¡Oh, vamos compañero!, habrá algo de seguro pueda darte, después de todo, yo tengo mucho que ofrecer.
Para ese momento Fietcher pensó prudente ignorarlo y continuar comiendo sus postres, de esa manera el norteamericano entendería que la charla ya no era de su interés.
Y claro, a los Estados Unidos de América le molesta como nada el que lo ignoren, así que para divertirse un rato comenzó a soltar posibles obsequios que a Reino Unido le agradaran.
—¿Un nuevo juego de té?
Aiden no reaccionó de ningún modo, solo seguía comiendo y bebiendo.
—¿Un nuevo conjunto de joyería?
Nada.
—¿Ingredientes raros para pociones?
Tampoco sirvió.
—¿Un wendigo como mascota?
El bretón se concentró más en los postres, pues había acabado su té.
—¿Una planta carnívora para tu jardín?
Ni un gesto.
—¿Qué tal un árbol vampiro o un ya-te-veo?
Nada de nada.
—¿Aceptas una cita con Mex en su cuarto de hotel? — preguntó ya rendido el estadounidense.
La reacción de Reino Unido fue mejor de lo que esperó.
—¡¿Qué?! — chilló Aiden completamente rojo y abochornado. — ¿qué carajo te pasa, Andrew?
—¿A mí?, nada, ¿y a ti?
—Tú sabes que yo no puedo, desde esa vez me pongo muy nervioso y...
—¡Hey, Mex!, Aiden quiere saber si podrías celebrar su cumpleaños con él... tú sabes, solos y en un lugar privado.
Esa declaración hecha por Andrew, y gritada a mitad de la sala, lo dejó helado, pero fue la respuesta de México la que lo desmayó.
—Claro, ¿te parece hoy en la noche, rosita?
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>Actualidad. <<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<
De ese modo fue como acabó en el cuarto de hotel de la nación mexicana, un momento que pensó no se repetiría.
>>>>>>>>>>>>>> hotel Hamilton, habitación 317, marzo de 1997<<<<<<<<<<<<<<
Estaba mareado por beber ya su sexta cerveza y el mexicano se hallaba bastante borracho.
—¡Feliz cumpleaños! — deseó su acompañante.
—Gracias, amor.
—Te quiero mucho, palabra, eres la rosita de mi cora. — repetía el castaño mientras lo abrazaba.
—Yo también te amo, Mauricio.
—¿Me amas?, ¿me lo juras? — pronunció emocionado.
Fietcher no podía evitar encontrar la situación bochornosamente hilarante: tenía a su deseado apiñonado ante sí, borracho y sumiso... eso le daba tantas ganas de aprovecharse de él, aunque fuera en un detalle nimio.
Bueno, de hecho, podía... podría hacerlo, aunque sea solo un poco, ¿no?, al fin y al cabo, es su cumpleaños.
—Sí, te lo juro, ¿tú me amas?
—¡Claro!
—Entonces dame un beso e...
La oración quedó incompleta, puesto que el mexicano lo estaba besando de forma trasta.
Su pasmo aumentó al sentir la lengua del castaño lamer su labio inferior, como si pidiera permiso para algo, por puro sobresalto abrió la boca y...
En ese momento Reino Unido probó el cálido sabor a miel y chocolate del que actualmente es su postre predilecto entre todos los postres.
Curiosamente satisfecho, se dejó hacer, permitiendo a la lengua de Mauricio explorar y hacer lo que quisiese.
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>Actualidad. <<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<
Es por eso que Aiden siempre rehuía a la pregunta "¿Cuál es tu postre favorito?", pues sabe que no puede decir así como así "los besos de México" ... ¡no, por dios!, aquello sería tan vergonzoso y poco educado.
Ni hablar de los problemas que tendría con España.
Mejor mantenerlo en secreto.
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Momentos [U.K.Mex]
General FictionCada persona atesora los momentos que vive con la persona que ama de diferente manera. Aiden vive muchas situaciones con Mauricio, desde eventos agradables, algunas malas experiencias, hasta incluso darse luz de la competencia. ¿Podrá la nación bri...