Un oficial y un prisionero

Mi sentencia

Todos se miraron entre ellos, nadie quería continuar porque sabían que era revivir de nuevo aquella existencia, y de todos los presentes el ex convicto se acercó y solo dijo

11201 – si nadie se anima, creo que llegó nuestro turno- mientras veía a su querido oficial- sabrás cosas de mi pasado que nunca llegue a decirte, espero que entiendas el porqué de eso

El oficial solo lo miraba y soltó

Oficial kirkland – adelante, entonces tu sabrás también los secretos que llegue a ocultar

El ambiente paso de triste a tenso, ambos se miraban desafiantes, Allen estaba entusiasmado comiendo una bolsa de palomitas y el demonio King le hacía compañía, por fin algo de acción

Oficial kirkland y 11201– comencemos

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Solo se escuchaba los pasos dados por aquella persona que recorría ese largo pasillo, se dirigía a esa puerta donde varios habían estado en su situación, pero no podían quedarse más de tres semanas en custodia

¿Dónde nos encontramos?
¿Por qué aquellas personas no podían durar tanto en esa parte de la instalación?

Bueno nos encontramos en unas de las prisiones de Estados Unidos, donde están los reclusos con delitos mayores, en esa área de la instalación era la habitación especial para los reos que tenían mala conducta
"como una especie de castigo a este comportamiento" el prisionero 11201 era un caso especial, desde su ingreso no había pasado ni un año y ya se encontraba en esa habitación, era el interno que más tiempo pasaba en ella

¿Por qué? ¿Realmente era de temer?

bueno él no se deja de nadie, y si lo molestan el responde sin importar que de oficiales se trataron, a los oficiales que tenían la mala fortuna de cuidar a este prisionero no aguantaban la mirada que este les dirigía, a los pocos que soportaban esta, eran sus juegos mentales lo que terminaban cansándose para pedir un cambio, aquí es donde empezamos.

Las pisadas del nuevo oficial se detuvieron frente a la puerta, ingresa el código que le habían dado en la oficina principal y esta se abre, el entra en este cuarto helado, solo camina de frente hasta llegar a la celda, mira detenidamente a la persona dentro de ella iluminándolo con la linterna, la habitación solo la iluminaba la poca luz de la pequeña ventana, se escuchaba como gotas caían por las grietas de aquellas paredes, el prisionero alza la vista encontrándose con los ojos de su nuevo juguete "como solía llamarlos" le gustaba jugar con aquellas personas, no en balde había sido uno de los mejores estafadores fuera de estos muros, pero noto algo diferente en este, no tenía la inseguridad que aun los más valientes mostraban, el solo tenía una mirada vacía.

Sabía que duraría más que los otros, era la clase de retos que le gustaban, lo disfrutaría a lo máximo, le dedico una sonrisa y escucho lo que sería las primeras palabras que sonarían de aquel oficial durante dos meses

¿? – así que tú eres el famoso prisionero 11201, no eres la gran cosa, conmigo no podrás, me quedare aquí y si me voy será porque he ascendió de cargo. Soy el oficial kirkland, es todo lo que debes saber de mí, ahórrate la saliva no volverás a escuchar palabra de mi boca – la mirada en este oficial era fría, cuando tenía ese uniforme puesto se transformaba siempre, no dejaría que nadie jugara con él, nunca importaba de quien se tratase, con el no iban a poder y se lo demostraría a todos los que dudan de su trabajo

Esas palabras solo hicieron que el brillo en los ojos de aquel prisionero aumentaba, le había lanzado un reto y él lo acepto gustoso

Prisionero 11201- juguemos oficial kirkland-con una voz profunda mirando fijamente a su nueva presa