Los Tres Grandes Discípulos De Ryouzanpaku (Publicación anual)

Capitulo 1 | Una ultima oportunidad

Año 2xxx- Tokai

Pov Nariyuki

Mi nombre es Yuiga Nariyuki tengo 17 años, soy el hijo mayor de cuatro hermanos en la familia Yuiga, ahora mismo estoy en lo que muchos catalogarían como combate ilegal o clandestino, primero que nada, esto no lo hago porque me gusta, el trabajo es algo a lo que no puedo permitirme luego de ser despedido de 3 empleos debido a que tengo que estudiar y cuidar de mis hermanos a casi tiempo completo, además, aquí pagan mejor que un empleo de medio tiempo, aunque solo soy un chico, mi situación no es la mejor en estos momentos.

Les contare mi situación, Hanae Yuiga es mi madre, anémica diagnosticada desde hace unos meses, ella había estado teniendo mareos junto a dolores de cabeza constantes, nosotros creíamos que era el estrés de tener que mantener a cuatro hijos bajo un mismo techo, eso juntado al trabajo que ella tenía, días después cayo desmayada en plena sala, posteriormente a eso la llevamos al hospital más cercano lo más rápido que pudimos, le hicieron algunas pruebas de sangre para dar positivo en la prueba de Anemia días más tarde.

Mi padre lamentablemente falleció cuando tenía 12 años, él era mi motivación para esforzarme y salir adelante ante cualquier problema, al ser siempre malo en los estudios él decía que si me seguía esforzando algún día lograría ser una gran persona en el futuro, uno de sus consejos que más me marco fue el de "Fallar no quiere decir ser malo en algo, significa que puedes mejorar", es uno mis más preciados consejos.

Mejor empecemos mi historia remontándonos hace unas semanas, que fue cuando descubrí este lugar.

Hace un mes...

Estaba caminando por la calle con una mano pegada a la libreta de estudio mientras que en la otra miraba el periódico en la sección de empleos, en mi búsqueda le pregunto al chico que está a mi lado, el nombre de este tipo es Uesugi Fuutarou, podría decirse que estamos en el mismo barco, desempleados y pobres, bueno él tiene trabajo, al menos lo tenía más fácil.

Nariyuki: Oye, Fuutarou, ¿encontraste algún lugar donde encontremos otro trabajo? -dije llamando su atención-.

Fuutarou: No, desde que me despidieron de mi trabajo de repartidor mi licencia de conducir no sirve para nada, sin contar que mi viejo empieza a tener problemas con la deuda de mi madre -respondió sin quitar la mirada de sus notas-.

Nariyuki: Espera, ¿te despidieron? -dije sorprendido-.

Fuutarou: Si, ¿no te lo había dicho? -respondió-.

Nariyuki: Claramente no -respondí-.

Fuutarou: Eso es lo de menos, ¿crees que encontremos algo antes de que nuestras vidas se vayan al diablo? -preguntó mientras miraba sus notas-.

Nariyuki: No, lo que menos quisiera es tener que vender mi cuerpo para que experimenten con él, además la deuda del hospital empieza a acumularse -respondí deprimido-.

Fuutarou: Lo único que nos queda es eso, ya no encontraremos empleo si no tenemos experiencia -respondió-.

Nariyuki: Oye, mira esto -dije mirando un pequeño aviso-.

Fuutarou: "Llévate diez mil yenes en efectivo si logras resistir mas de 3 minutos en pie por combate", me suena una publicidad muy fraudulenta -decía para luego volver a sus notas-.

Nariyuki: ¿Que otra opción tenemos? -pregunte-.

Fuutarou: Estudiar a morir -respondió secamente-.

Nariyuki: ¡No intentes venderme eso, es lo que hago todos los días! -respondí-.

Fuutarou: ¿Entonces porque no sacas puntaje perfecto en las materias? -respondió directamente-.

Nariyuki: Sabes que soy malo en los estudios, si no fuera por mi esfuerzo, ahora mismo tendría pésimos resultados -respondí-.