Capitulo 7 | ¿Maestro Sakaki?, Dos caras de una misma moneda

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Año 2xxx- Tokai

Pov General

Al día siguiente en el dojo Ryozanpaku estaban los tres entrenando, primero con Akisame los agarres con sus estatuas, aplicaban cada vez más fuerza en su agarre hasta que lograron derribarla hacia delante, luego tocaba el turno de Kensei, los hacia caminar con la postura que les había enseñado el día anterior, terminando con el turno de Apachai, los tres golpearon las manoplas, pero sin previo aviso su maestro los había golpeado para que intentaran esquivar.

Apachai: ¿Por qué no lo esquivan? -dijo mientras corría detrás de ellos-.

Aunque lo extraño estaba en que Sakaki siempre se encontraba presente en sus entrenamientos, mirándolos apoyado en un árbol o sobre una pared, así fue su rutina durante el día que pasaron, mientras que Nariyuki aun no lograba ningún avance con sus estudiantes, ellos se mantenían entrenando como podían con sus maestros.

Los Tres: Maldición... -decían mientras una de las estatuas caía encima de ellos por no poder levantarla-.

Akisame: ¿Qué ocurre?, ¿ya se rinden? -pregunto viéndolos en el suelo-.

Los tres: ¡Aun podemos! -respondieron decididos-.

Sakaki: ¿No pueden levantarlos?, honestamente, pensé que estos tres días serían un desperdicio..., pero al ver que han aguantado hasta ahora, sí es algo para resaltar -dijo viéndolos apoyado en el marco de las puertas del dojo-.

Kenichi: (Es la primera vez que nos felicita) -pensó feliz-.

Nariyuki: Pero..., no tenemos talento para esto, y sin importar lo que aguante, la estatua siempre se pone más y más pesada -respondió-.

Sakaki: ¡Tontos!, ¿aun no se dan cuenta? ¿no le ven algo raro a esas estatuas? -dijo molestando un poco a Fuutarou en su mente, y sorprendiendo a Kenichi y Nariyuki-.

Los tres: ¿Raro? -preguntaron mientras veían detenidamente las estatuas-.

Akisame: Sakaki-kun, no te metas en cosas que no te incumben -regaño calmado-.

Kenichi: Ahora que lo dice, Koetsuji-Sensei, esto cada día se hace más y más grande -dijo mirando detenidamente la estatua-.

Nariyuki: Ahora que lo mencionas, tienes razón -decía mientras ajustaba sus lentes-.

Fuutarou: Es cierto -respondió sorprendido-.

Akisame: ¿Qué? ¡tal vez haya crecido por culpa de la estación! -respondió mirando a otro lado-.

Los tres: Koetsuji-Sensei... -decían mirándolo fijamente-.

Lo siguieron mirando fijamente hasta que Kenichi se percato de una puerta entre abierta.

Akisame: ¡Oh, no! ¡no vean en ese cuarto... -dijo intentando detenerlos-.

Dentro del cuarto oscuro que había, se encontraban varias estatuas en fila cada una mas grande que la otra por al menos 5 centímetros.

Akisame: Es su imaginación, su imaginación... -decía mientras cerraba la puerta corrediza-.

Kenichi: ¡Todos los días nos estuvo dando una estatua mas grande, ¿verdad? -dijo mirándolo serio al igual que sus compañeros-.

Akisame: Bueno, como se ve que la primera estatua fue tan liviana..., escuchen bien, gracias a ese entrenamiento... podrán obtener una gran fuerza -explico serio tratando de evadir la conversación-.

Fuutarou: ¿Qué dice?, creo que mas bien esta tratando de evadir la conversación -dijo estando de espaldas a su maestro-.

Sakaki: Oigan mocosos, hoy, por ser un día especial... yo mismo les enseñaré una técnica, y en la mitad del tiempo, les aseguro que podrá ayudarlos, más a ti -decía para luego apuntar a Kenichi- para igualar a tu senpai en karate -dijo para luego sorprender a los tres-.

Los Tres Grandes Discípulos De Ryouzanpaku (Publicación anual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora