La Bruja

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Su cuerpo se congeló.
Murió siendo consciente
de que su vida había sido vendida
como una varilla de incienso en el zoco.

Torturada hasta que su sangre
se cansó de ser fuerte y roja.

Cometió el pecado de la sabiduría.
Era una mente peligrosa
contra la argamasa de los templos.

Pudo maldecir hasta el viento
fúnebre que avivaba la hoguera,
donde sus llagas terminarían
por cicatrizar incineradas.

Pero tan sólo maldijo
a los libros, a sus ideales,
a su curiosidad.
Las noches de estudio a la luz
de las llamas también las pintó
de rencor.

Miró sus manos ensangrentadas
y revivió las veces que habían
conseguido salvar la vida
de los que hacían equilibrios
por no dejarla ir.

No tuvo miedo de levantar sospechas.
Ella sabía que no era santa.
No rezaba, pero sí sanaba.
Sabía que sus conocimientos
la habían convertido en
una bruja.

La Inquisición callaría sus dudas,
sepultándola como tantas otras
mujeres que compartían
sus aspiraciones.

El fuego quemaba,
pero sólo notó como el calor
se transformaba en hielo.
Intentó buscar un atisbo
de compasión entre la multitud,
pero cuanto más la buscaba
más crueldad vislumbraba.

Con toda seguridad puedo afirmar
que murió de pena, más que de dolor.
Se fue con la certeza de que no sería
la última en morir por superar
los límites impuestos al conocimiento
de su tiempo.

No podía hacer nada.
En el fondo siempre sería
una adoradora del demonio,
participando en aquelarres,
volando con Diana.
Una bruja.

~ By dark-maiden

Poemario de Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora