10

7.5K 675 1.2K
                                    

CUATRO MESES DESPUÉS.

Es domingo, su domingo. Louis le tuvo que rogar a Harry para que pasaran el día juntos ya que ellos no pueden romper la tradición. No después de estos cuatro meses.

Una vez que Harry cierra la puerta y se deja caer sobre la cama, Louis sigue sus pasos con una diminuta sonrisa. Sus nervios lo están comiendo vivo. Él no lo puede ocultar por más tiempo, su novio necesita saberlo.

Louis se trata de calmar a sí mismo y se acurruca contra uno de los costados del rizado, acomodando su pierna sobre el torso del otro chico y manteniendo un pequeño espacio entre su dura barriguita y el abdomen de su novio. Se siente un poco más que asustado, su corazón late a mil por hora, pero aun así está muy seguro de decirle la verdad a Harry.

—Tengo que decirte algo.— Louis murmura por encima del bajo volumen de la televisión. Le gusta pensar que Harry baja el volumen para poder escucharlo, pero sabe que lo hace en caso de que uno de sus familiares decida subir al segundo piso. Louis enmascara su dolor con una sonrisa al mismo tiempo que arrastra sus dedos por todo el pecho desnudo de su novio y acaricia todos sus tatuajes. Sus dedos se detienen en la mariposa, es su favorita debido al maravilloso contraste que existe entre el cuerpo musculoso y las delicadas alas del insecto.

—Dime.— Harry le responde mientras su brazo envuelve la cintura de Louis.

El peso que está sobre los hombros de Louis por fin va a desaparecer, será sincero y le dirá a Harry algo que lo tiene muy aterrado. Se siente tan solo, pero él no se sentirá así en un futuro ya que tendrá a su novio.

Louis respira profundamente, empuñando sus pequeñas manos con nerviosismo. Cierra sus ojos y susurra. —Estoy embarazado.

Solo hay silencio después de eso. Un silencio desgarrador que inunda la habitación, provocando escalofríos en su piel. La respiración de Harry se detiene, su cuerpo se tensa y su rostro pierde todo rastro de felicidad.

Louis se mueve lentamente, mirando más de cerca la expresión de Harry. Sus cejas están fruncidas y sus labios separados mientras observa fijamente el techo. Louis está apunto de decir su nombre cuando el pomo de la puerta se comienza a mover, se queda inmóvil cuando Harry lo empuja lejos y corre hacia la puerta.

—¿Harry?— Es Winona. La mujer suelta un sonido de sorpresa cuando Harry impacta su cuerpo contra la puerta después de haber intentado abrirla. —Es hora de la cena.

Louis se sienta sobre la cama, acomoda sus piernas contra su pecho y su corazón cae hasta el suelo. Se siente tan estúpido por creer que este bebé impulsaría a Harry a que se aceptara a sí mismo y se liberara de esas cadenas tóxicas. Aquí está él, el amor de su vida, el padre de su hijo, evitando que alguien entre a su dormitorio ya que no quiere que su familia y el mundo se enteren de que es gay. —Bajaré en un momento, mamá.— Harry dice detrás de la puerta, escuchando como los pasos se van alejando antes de poner una silla debajo del pomo de la puerta.

Lo que más le duele es que aún lo ama. Lo ha amado desde el semestre de verano y Harry está demasiado ciego como para darse cuenta de la verdadera lealtad que le está dando. Harry ha caminado sobre Louis demasiadas veces, desde que se conocieron, cuando le rompió su pequeño corazón y especialmente cuando el castaño lo tuvo que reparar de nuevo con el pensamiento de que el pasar cada domingo juntos sería suficiente. Louis quiere que la Tierra se lo trague, la vergüenza corriendo a través de sus venas es suficiente para que rompa en llanto.

—Maldición, Louis.

Louis llora con más intensidad porque se supone que ésto no terminaría así. Se supone que Harry estaría lleno de alegría, que lo cargaría y daría vueltas con él entre sus brazos después de recibir la noticia acerca de su bebé. Se supone que lo llevaría cargando hasta la primera planta para decirle orgullosamente a sus padres que Louis está embarazado. Como es posible que el mundo sea tan cruel para hacerle creer que los cuentos de hadas existen cuando su vida está lejos de ser uno de ellos.

You Put the Sun in Sunday; larry stylinson [bottom!louis] [traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora