La huérfana ( Michael Jackson y tú )

Capítulo 11

Sacaba mi ropa de deportes de mi casillero, ya que en unos minutos empezaría educación física, llevaba un par de semanas en la escuela y mi casillero ya era un asco, creo que debo ser un poco más organizada, cerré con llave y me fui donde Emily. Mientras caminaba, sentí una presión en mi muñeca, voltea de inmediato encontrándome con un chico alto, de tez clara, ojos café y el cabello ligeramente largo.

—Hola —dijo sonriente —te he estado observando y…. No, no te estaba observando, quise decir que… — empezó a hablar rápido, desvió la mirada, aún no me soltaba mi muñeca y sentía su palma fría.

—Hola… —reí algo incomoda y quite despacio su mano de la mía —¿Tu eres…?

—Matthew, pero puedes decirme Matt —respondió rápido. Estaba a punto de decir algo pero apareció Connor.

—TN dónde te metiste, Emily te estaba buscando —me abrazo por los hombros —Hola, Matt —dijo al darse cuenta de su presencia —¿Que haces por acá? pensé que te tocaban clases de geografía.

—Sí, si yo estaba llendo para aya ahora mismo.

—Genial, puedes saludar a la chica rubia de mi parte —le guiño y se acercó a él para planear su espalda.

— Sí, claro —sonrió —adiós —dijo moviendo su mano, repetí su gesto y se fue.

—¿Que fue eso? —pregunté .

—¿Que cosa? —me miró confundido.

—Eso fue raro, ya me voy —dije empezando a caminar.

—Yo voy contigo —corrió detrás de mí.

Corríamos alrededor de la cancha de fútbol, en plena lluvia, el barro formado por la lluvia salpicaba en mis piernas, era fresco, pero ya estaba algo cansada y no era la única, todos estaban con la lengua afuera. Quiero un poco de agua.

—¿Ése no es Matt? —escuché a Connor con su voz agitada — oh, si es — soltó una leve risita — ¡Hola Matt! — mire sobre mis hombros y lo ví sacudiendo su mano así las gradas, dónde al pareces se encontraba el nombrado anteriormente.

—Ese chico es algo raro —comento la morena adelante mío.

—¿De qué hablas? Matt es genial — lo defendió el rubio. Rodé lo ojos con una sonrisa, por qué sabía que este solo era el inicio de una discusión, era la tercera en el día y lo peor es que eran por cualquier cosa.

Después de una no muy larga discusión, que por cierto perdió Connor, ya todos estaban más cansados. Esto apesta, las 2 horas de física nos la pasábamos corriendo en círculos. El rubio desde hace cinco minutos atrás no para de quejarse y repitiendo constantemente que tenía descanso médico, mostrando un certificado que al parecer demostraba que no estaba mintiendo. Pero su cara decía lo contrario.

[...]

Ya en la cafetería, Connor comía, o mejor dicho tragaba de lo más feliz, entre cerré mis ojos y estiré mi mano hacia él.

—Serias tan amable de mostrarme tu certificado médico — el rubio paro de masticar, se encogió de hombros y llevó su mano asta su bolsillo de sus jeans, sacando de este un papel todo arrugado. Me lo entrego y siguió en lo que estaba.

Planche aquel papel con la palma de mi mano, Emily por su parte ignoraba lo que estaba pasando. Traté de leerlo, a la justa se leía el nombre de Connor y la firma de un tal doctor Rodríguez.

—¿Esto es real?

—Oh sí, es muy real como esto —levanto su polera un poco dejando ver en la parte inferior derecha de su abdomen una cicatriz de unos 5 centímetros más o menos.