it's hard for me to go home (be so lonely)

gamma

Recuerdos de Liv parte 1

— Mis condolencias, Harry. — dijeron casi en su oído, un apretón en el hombro y esa sonrisa de lástima que todos parecían sincronizados a dar.

Para ser honestos, a él no le molestaba esa lástima. Era lo único a lo que podía aferrarse en ese momento.

Estaba de pie a un lado de la ventana observando el bosque, como si fuera la primera vez que le diera una atención así de detallada.

Como si recién se hubiera unido a la manada.

El sol había decidido tocar con su calor a los pinos de pie en todo su ímpetu y las personas seguían llegando a saludar, todas perdiéndose esa vista. Miró por sobre el hombro la fotografía de la que hace dos días era su omega. Destacando en la mesa de centro, rodeada de flores y copas de vino para los lobos que venían a rendirle honores. Su rostro se reflejaba en el vidrio mostrando el negro carbonizado delineando sus facciones, la pintura fúnebre tradicional le picaba y solo esperaba que su voz se pudiera escuchar desde allí.

— Te luces más que todos Liv, hoy eres la omega más aclamada. — susurró afónico, la garganta ardiendo.

El solo mirar toda esa gente en su cabaña le irritaba y provocaba deseos de ahuyentarlos a todos de su hogar. Era patético y egoísta, porque tendría que fallar a la única petición que ella le había hecho.

¿Pero qué más daba? El universo se la había llevado y no le daría en el gusto pretendiendo que no sucedió. Que fue ella primero y no él.

Enmudeció otros minutos junto al ventanal antes de ir por otra copa de vino. Aguantando lamentos en el viaje.

Olive siempre fue una omega de bajas defensas que se resfriaba con facilidad. Para Harry era solo una gripe que pasaba con sus sopas de verduras y un par de cobijas más.

Para ella fue el inicio de una pelea por conseguir aire.

A su alfa lo tomó con la guardia baja y todo ocurrió tan silenciosamente que no entendió cuando en la visita rutinaria el sanador lo llamó con rostro de lástima, uno que no veía desde que era un cachorro.

— El líquido en los pulmones de Olive desató un derrame y cuando esto sucede no hay nada que hacer más que esperar lo inevitable... Lo lamento tanto alfa— Le había dicho y él seguía sin comprender.

No cabía en su mente.

¿Cómo no había prevenido eso?

γ

Bajo sus manos la sábana se sentía fría y la luz se filtraba a través de sus párpados, lo que hizo que apretara aún más los ojos, quejidos saliendo de su boca seca. Todo su cuerpo dolía. Y la sensación del frío hacía que sus manos temblaran.

— Harry, ya está despertando. 

Escuchó una voz a lo lejos y luego un calor abrazador que se acercaba a su lado.

Abrió sus ojos para ver un rostro desconocido, una piel que estaba siendo bronceada por la luz del sol y unos ojos tan verdes que parecía haber toda una arboleda en ellos. Lo miraba con un semblante de preocupación, pero una tímida sonrisa se asomaba en sus labios.

— ¿Estás bien?

Olfateó el aire.

Un alfa.

Su cuerpo inmediatamente se tensó y se incorporó rápidamente en el piso de la cabaña en donde había sido atendido y recostado. Instintivamente se alejó del hombre extraño arrastrándose hasta la pared. Él pareció notar su miedo y levantó sus manos inmediatamente.