Fool's Gold [Benny Weir]#1 PAUSADA

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Salí de mi cama para luego dirigirme hacia el ropero en busca de ropa más  "decente", para no bajar en pijama. Me puse unos jeans grises, no me moleste en cambiar mi camiseta y sólo me puse una gran sudadera naranja, la cual, le pertenecía a mi padre.
Al ponerme esta, los pensamientos invadieron mi mente. ¿Por qué enviarme aquí, a Whitechaple? Soy la que mejor se tomó la noticia de su divorcio, mis padres ya no sentían el mismo amor el uno por el otro desde hace ya varios años, sería lo mejor para los tres, no había necesidad de enviarme a vivir a otro continente.

Sacudi levemente mi cabeza para librarme de mis pensamientos, salí de la habitación y me dispuse a bajar las escaleras hacia el primer piso. Pase por la sala de estar y note que la televisión estaba encendida, pero Jane, mi prima menor, no estaba allí. Me dirigí a la cocina, donde estaban Ethan, mi primo, y Benny, su mejor amigo, ambos con la boca llena de malvaviscos.

Desde que nos conocimos, he estado enamorada de Benny, el siempre a tenido algo que me atrae y, aunque sea un poco tonto algunas veces, siempre ha demasiado cautivador, a mi parecer. Pero, para el yo sólo soy la prima de su mejor amigo, alguien invisible que no llama su atención. No soy su tipo, y estoy tranquila con eso, no espero llegar a algo con el, se que es imposible.

-Oigan, ¿Dónde está Jane?- les pregunte, ignorando mis anteriores pensamientos y el hecho de que tenían la boca repleta de dulces. Sólo recibí un casi incomprensible "No lo se" de parte de Ethan como respuesta.

De repente, se escuchó un grito afuera, seguido de la voz de mi tía llamando a Ethan.
Los tres nos miramos para luego salir alarmados al pórtico, allí estaban mis tíos junto a Jane, la cual abrazaba a su madre. Corrí hacia ella para saber si se encontraba bien.
Mi tía volteo a ver a Ethan, furiosa, mientras chicos se quitaron los malvaviscos de la boca.

-Hola, llegaron temprano- dijo el pelinegro mientas Benny se rascaba la nuca nerviosamente- ¿Qué tal su noche?- pregunto para luego intercambiar miradas nerviosas con el  castaño.

Yo sólo los ignore y me concentre en la menor de la casa -¿Estas bien?- ella asintió -¿Estas herida? ¿Te hicieron daño?- pregunte nuevamente, preocupada, a lo que ella sólo negó con la cabeza

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Woolis! Decidí escribir esta historia ya que la cuarentena me trae aburrida y no tengo otras cosas para hacer.
Probablemente haya actualizaciones lentas por falta de tiempo o algún bloqueo creativo.

Atte: -Angie