2: La casa Villanueva

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Septiembre de 2012


Su abuela siempre le dijo que se cuidase de los extraños.

-Nunca sabrás lo que quieren de ti, Ángel -refunfuñaba mientras daba vueltas al caldo que se cocía a fuego medio en el gran caldero de la casa.

Aún en su vejez, ella había manejado la vieja y acogedora casa familiar con puño de hierro. Había tenido ocho hijos a lo largo de su vida, de los cuales dos murieron durante su infancia, otros dos en su vida adulta y tres simplemente decidieron marcharse. Solo uno quedaba allí, a expensas de un tiempo ilógico que transcurría, decía, de forma diferente al resto del mundo. Más pausado. Más atento al ir y venir de las estaciones. Ángel era hijo de uno de aquellos que habían perdido la vida en su madurez. Su padre se llamó Anselmo, digno nombre para una familia de antiguo abolengo que se escondía entonces en un pequeño rincón del mundo verde. Allí donde las colinas brillaban frondosas en tiempos de lluvia y que se secaban bajo el calor del verano.

Anselmo se había casado con una joven llamada Alma que, para desgracia familiar, no pertenecía a su pequeña comunidad rural, sino que venía de fuera. La joven de ensortijados cabellos castaños llevaba el pecado en su piel por haber nacido en uno de los pueblos cercanos a la capital de la provincia. Siempre llevó consigo el estatus de forastera. Ambos habían tenido solo un hijo, el cual se crio bajo el amparo del fuego familiar, el cual nunca parecía apagarse, hasta que al cumplir quince años sus padres decidieron mudarse. Había sido la comidilla de la comunidad durante meses y la vergüenza de su abuela.

-¿Dónde pensáis llevaros a mi nieto? ¿Acaso creéis que será feliz allí, lejos de su casa, de su tierra?

Para entonces, dos de los hermanos que después de escaparían hacia zonas más urbanas vivían aún en la casa familiar. Una de ellas, la mayor de todas, se llamaba Amparo. Tenía los cabellos oscuros del padre de Ángel, con ojos también oscuros que fueron opacándose con los años.

-Me falta vivir más, Ángel -le había dicho una noche cuando él no era sino un crio. A ella le gustaba contar historias junto a la hoguera que solían encender en tardes de invierno. Decía inventárselas todas, pero los demás no le creían.

Se fue poco antes que sus padres, ella a una ciudad llamada León, sus padres mucho más lejos. Había sido en su quinceavo cumpleaños cuando se encontró frente a la puerta de la casa una pila de maletas que poco a poco desaparecieron en el maletero del viejo coche de su madre. Una a una, cupieron perfectamente. A sus quince años, Ángel solo tenía a su viejo caballo para despedirse, y a su fiel gato, Moisés. Rocinante solo le miró con sus astutos ojos de caballo mientras aceptaba la zanahoria que Ángel había conseguido en secreto. Su gato se escondió de él durante horas. Lo llamó, desesperado, cuando sus padres le informaron que Moisés se quedaría allí, sin él.

-Lo verás cuando volvamos de vacaciones -había dicho su madre. Solo que Ángel no sabía cuánto tiempo llevaría eso.

Los tres finalmente subieron al coche bajo la atenta mirada los dos únicos hermanos que quedaban en la casa, Juan de Dios y María Azucena. Juan de Dios moriría pocos años después cuando el tractor que conducía volcó. Eran trastos peligrosos, siempre decía su abuela. Qué razón había tenido. María azucena fue quien se quedó hasta el final, hasta que el propio Ángel, mucho después, tuvo finalmente que marcharse.

Pero a sus quince años, él emprendió un viaje junto a sus padres que no llegó muy lejos. Tan lejos en realidad, como el clima lo permitió. Había sido la lluvia, le dijeron después. Empañó los cristales, mojó las carreteras y eso propició el choque. Un Ford rojo se había llevado la vida de ambos adultos, dejando al niño malherido en el siento trasero. Su abuela solo le abrazó una vez, asegurándole que todo estaría bien. Sus tíos lloraron con él. La aldea hizo una pequeña celebración para despedirlos. A él, que era hijo predilecto y a ella, que aún después de muerta siguió tan solo siendo una forastera.

[Extracto] Ojos bicolores [Douglas 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora