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lo iba a hacer. después de sufrir por él durante tanto tiempo, iba a confesar sus sentimientos. estaba listo.

la rosa azul giraba con gracia en sus manos.

seguía recordando cómo lo conoció. ese día, en el bar, cuando parecía apresurarse a darle la cerveza, cuando parecía demasiado entusiasmado por conocerlo mejor, cuando le dio su número de teléfono... cuando le sonrió por primera vez.

se mordió el labio.

recordó la primera vez que salieron juntos, cuando accidentalmente arrojaron un globo de agua en la casa de su vecino y luego se salieron con la suya, también cuando siguieron burlándose de lo sucedido tiempo después...

había hecho todo lo posible para vestirse tan bien como pudo. el traje ajustado -dios, estaba tan horriblemente ajustado-, la suave corbata naranja, los zapatos perfectamente limpios... era absolutamente adecuado para la ocasión. podía detectar el momento perfecto para acercarse a él cuando soobin, vestido con una camisa azul clara translúcida, se alejó de su lado para hablar con beomgyu.

"perfecto", pensó. "Puedo hablar con él solo"

no podía esperar para contarle todos sus secretos. las veces que se había burlado de él, las veces que había pensado en él, cuánto lo amaba. prácticamente podía ver su brillante sonrisa como si estuviera frente a él, incluso si no estaba sonriendo. si lo hubiera visto venir, habría brillado de felicidad.

jugó un poco más con su rosa azul. le recordaba a él: suave, delicada pero con espinas, sabía que iría perfectamente con el sencillo atuendo blanco y verde que llevaba puesto.

la había estado añorando demasiado. no podía esperar para expresar sus sentimientos y ser feliz.

cuando se acercó a él, lo llamó por su nombre, como rara vez lo hacía. Sintió que su garganta se secaba y su boca se sentía entumecida. él no respondió, no es que le diera tiempo para responder tampoco.

se le cortó la respiración cuando lo vio por completo. su cabello impecable no estaba atado en su coleta habitual como cuando estaba aburrido, sino que se dejaba para formar ondas y rizos que la hacían lucir deslumbrante. su rostro era la definición de perfección en sí misma, y ​​su camisa dulce pero formal era algo en lo que sabía que había estado trabajando el año pasado; sin embargo, esta era la primera vez que lo usaba. sus orejas no estaban decoradas con sus pendientes de estrella favoritos, y un simple collar de estrellas tampoco adornaba su pecho vacío.

tragó saliva.

sus labios se veían tan perfectamente besables que todo lo que quería hacer era abrazarlo y nunca dejarlo ir. lo habría besado si la situación fuera un poco más diferente, pero ¿qué tipo de caballero sería entonces? forzó una sonrisa en su rostro. deseaba que sus ojos miraran los suyos, lo hizo, pero estaba bien con que eso no sucediera. sus ojos no se encontraron con los de él, pero sabía que estaba bien. era malo para hacer contacto visual de todos modos.

pasando una mano por su cabello desordenado, tratando de encontrar las palabras correctas para decir, no podría estar más nervioso.

se dio cuenta de que esto iba a ser más difícil de lo que originalmente pensó.

guió la rosa que sostenía hacia su pecho, ayudándole a sus manos suaves y blancas a agarrar la preciosa flor. notó que sus manos estaban un poco frías, pero eso no fue un problema. probablemente todos estaban un poco fríos debido al aire acondicionado extremo.

su voz murió, sus ojos decidieron limpiarse y su respiración se volvió un poco irregular.

había llegado el momento de decirle.

se atrevió a quitarle el flequillo de la frente y deslizar su cálida mano por su fría cabeza. le besó la frente en un acto que le resultó difícil de hacer. "te amo", susurró. ya podía sentir aparecer sus lágrimas.

no esperó una respuesta. ni siquiera intentó decirle más cosas. le dio la espalda y salió corriendo.

porque le había dicho lo que necesitaba decirle. su trabajo allí estaba hecho.

y a pesar de cuánto lo quería, a pesar de cuánto quería verlo, y a pesar de cuánto lo amaba...

taehyun no pudo obligarse a mirar el ataúd de hueningkai.