Capítulo nueve.

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Alrededor de las dos de la tarde Hyunjin se dirigió a la sección de frituras, aprovechando que no habían clientes en la tienda. La tía de Jeongin no se apareció en toda la mañana, dándole un poco de confianza a la hora de escoger sus preciados nuggets.

Sólo tomó dos bolsas debatiéndose entre pagarlas o no, varias veces había visto como su rubio amigo sustraía tubos de pringles sin que nadie se diera cuenta.

¿Le resultaría a él también?

No iba a negar que tenía un poco de miedo, pero últimamente los productos estaban escaseando en el supermercado haciendo que subieran considerablemente de precio.

Se armó de valor y las acogió en sus brazos, meditando su próxima acción. Tal y como pasó el día anterior, los tacos aguja de de la mujer resonaron por el lugar, cada vez más cerca.

Hyunjin estaba cociente de que sería descubierto, aún así no quería soltar los paquetes.

—¿Tú no deberías estar trabajando?— reprendió y el chico se volteó rápidamente escondiendo las bolsas de nuggets en su parte trasera.

—Uhm... sólo vine a chequear algo— señaló los estantes con productos.

—Vuelve, ahora.— demandó con voz dura.

Hyunjin asintió frenéticamente y sus pulmones dejaron salir el aire que estaba reteniendo en cuanto se alejó, porque la tía de Jeongin se devolvió con una mirada confusa en su rostro.

—Espera, ¿qué es lo que tienes tras tu espalda?— preguntó cruzándose de brazos.

—¿Tras mi espalda?— titubeó y la mujer se irguió luciendo intimidante.

—Dame eso— dijo estirando sus manos para recibir el sospechoso objeto que escondía el chico.

El corazón de él joven estaba más que acelerado mientras que unas gotas se agolpaban en su frente, estaba muerto. Lentamente dejó ver los paquetes.

—¿Ibas a comprarlos?— preguntó y él chico asintió. —¿Piensas que te creeré?

—Iba a comprarlos, lo juro— respondió con un hilo de voz.

—Jeongin hacía lo mismo, no soy tonta— soltó una risita cínica. —No es la primera vez que lo haces.

Hyunjin respiraba irregular y sus ojos estaban bien abiertos, no recordaba haber robado de esa tienda antes.

—Jamás me he ido sin pagar— murmuró.

—Lo has hecho, cuando aún no trabajabas en este lugar— pronunció refrescándole la memoria.

Sucedió cuando el chico tenía una especie de odio con Jeongin sólo para molestarlo tomó las bolsas de sus preciados nuggets y se marchó.

Sin saber que esa acción le traería consecuencias más adelante.

—Lo dejé pasar, pero esta vez no— mantuvo su vista fija en la de Hyunjin. —Ya no trabajarás más aquí.

—¿Qué?— reclamó él. —Necesito el trabajo.

—Lo lamento, te di una oportunidad creyendo que sabrías llevar la tienda junto a mi sobrino en mi ausencia, pero resultó ser todo lo contrario— escupió con molestia mientras Hyunjin la miraba decepcionado.

Él sólo quería dinero para comprar nuggets, pero como aún no recibía su paga, no tuvo más remedio que robarlos.

Tras decir sus últimas palabras le dio una mirada despectiva y caminó por los pasillos hasta llegar a la que solía ser su oficina, dejando a Hyunjin inmóvil e indefenso en su lugar.

A el chico no le quedó de otra que recoger sus cosas y salir rápidamente de la tienda en lo que le marcaba a Jeongin, este contestó al tercer llamado un tanto extrañado porque se suponía que a esa hora él debía de estar cumpliendo con su trabajo ante la supervisón de su tía.

Pero no era así.

—¿Pasó algo?— preguntó preocupado a través de la línea.

—Me han despedido.

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583 palabras.

დ˚. 𝗻𝘂𝗴𝗴𝗲𝘁𝘀 ‣ 𝗵𝘆𝘂𝗻𝗶𝗻 ɞDonde viven las historias. Descúbrelo ahora