Hoy kanroji amaneció con un pequeño resfriado, al parecer el día anterior comenzó a sentirse mal por el tiempo frío que hacia en aquel pueblo que pasó en su ultima misión. El resfriado no era grabe pero su amiga Kochou la obligó a no alejarse de la cama.
Por otro lado, en otra finca no tan alejada se encontraba una persona terriblemente preocupado por la situación de aquella persona tan querida para él. En la última carta que le había mandado ella se informaba del resfriado que tenía en aquel momento. Se notaba que ella escribió esa carta como si no fuera nada para que por favor no se preocupara, kanroji no sabía que esas palabras para tranquilizarlo eran totalmente nulas para él.
Nada más unos minutos después de recibir aquella carta él pelinegro ya estaba picando a su puerta para que le abrieran. Una pequeña subordinada que Shinobu envió para que cuidarse de Kanroji abrió la puerta y en el mismísimo segundo, el peli negro entró corriendo para ver a su amada.
— ¡¡Kanroji!! — gritó antes de abrir la puerta de su habitación.
— I-Iguro-san — ella estaba recibiendo unas medicinas por parte de una de las más aprendices que le había mandado Kochou, lo cual le costaba de tomar por su mal sabor — ¿Que haces aquí?
— yo... Vine a traerte algunos dulces — supongo que por su pequeño orgullo no podía admitir que vino en cuánto pudo nada más recibir la carta.
— Tan amable como siempre Iguro-san — la sonrisa que recibió por parte de ella casi le da un ataque al corazón. Kanroji dirigió su mirada a las mangas que lograba tapar las manos de Iguro observando que no llevaba nada — ¿Eh? — volvió a mirar a su amigo a la cara sin quitar una sonrisa aunque ahora confundida.
Iguro no había traído nada.
— "MIERDA" — Iguro realmente no era bueno mintiendo y mucho menos pensando cuando estaba al lado de aquella persona tan deslumbrante. — S-se lo comió un perro por el camino. — Sobre todo no era bueno en las mentiras.
— Oh, ya veo — ella deslumbraba con aquella hermosa cara sonriente con el pequeño sonrojo de la fiebre que tenía la pelirosa, él no podía pensar nada más que "linda".
— Por cierto Kanroji ¿Te encuentras bien? — Por supuesto Kanroji tampoco podía pensar otra cosa que "adorable" por el hecho de que se siguiera preocupando por ella a pesar de haberle enviado ya aquella carta en la que decía que todo estaba bien..
Antes de que Kanroji pudiera responder a su amigo la aprendiz cansada de que parecía estar ahí de extra le puso la cuchara con la medicina en la boca, para luego al fin irse. La pobre Kanroji no pudo hacer otra cosa que poner sus manos en la boca para evitar vomitar. La chica se podía haber ido tranquilamente si no fuera por la escalofriante cara que le puso el de ojos bicolor.
— ¡¡Uhg, lo trague!!
— ¡Kanroji! ¿¡Quieres que te traiga un vaso se agua?! — se acercó Iguro que al parecer para la pelirosa fue demasiado.
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10 𝙲𝙰𝚁𝚃𝙰𝚂 𝚍𝚎 𝚊𝚖𝚘𝚛
FanfictionKanroji al darse cuenta de estar enamorada y el tener en mente la posibilidad de ser rechazada fácilmente, decide escribir pequeñas cartas en secreto donde expresara todo aquello que no puede decir en voz alta. ¿Podras adivinar a quien van dirigido...