Un nuevo plan?

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Al día siguiente nos despertamos al amanecer. Era temprano y no había sol que nos alumbrase, a pesar de que Rafael ya había quitado la especie de empalizada. Los lobos blancos de estos parajes solo están despiertos en plena noche, lo que los hace muy peligrosos.

La oscuridad aquí no deja ver ni tus propias manos, y los lobos son de pelaje tan blanco como la nieve, evidentemente, lo que hace que, aun que pudieras verlos, se camuflen demasiado bien en la nieve.

Y ahora solo Hera sabe que más vendrá a por nosotros.

Por favor, Hera protectora del matrimonio y señora del cielo ayudanos a que tu hijo no nos mate...

Lo sé, suena fatal. No hace falta que lo digáis.  Todos están levantados ya y después de desayunar hemos ido hacia el lado sur de la montaña, dónde no hace tanto frío. Pero claro, no había tiempo que perder y nuestras huellas nos han echo visibles.

Nos dimos la vuelta justo a tiempo de ver a aquel gigante.

-Que diablos es eso?! - gritó alguien.

-Eso es un cíclope Celeste - oí que contestaba Rafael. - vale, esto no será fácil, nosotros atacamos - dijo señalando a Jonathan a Celeste y a sí mismo - Inés, si no te importa quedarte atrás y atender a los heridos...

-No. En absoluto.

Y así a ido el amanecer, entre fuego agua espadas y ramas ardiendo que no venían de ninguna parte, además, otro de los poderes de Celeste es volverse invisible. Al final, entre varios heridos etc... Hemos conseguido irnos.

Bueno, todavía es por la mañana y el sol nos protege. Pero no por mucho, se avecina tormenta. Debemos hacer algo, no podemos quedarnos aquí, pero ahora lo definitivo, incluso para Rafael, Que debemos hacer?

He dicho que es definitivo incluso para Rafael? Parece que me equivocaba. Se a levantado de un salto y nos ha obligado a continuar hasta que hemos estado en el centro del bosque. Luego a conseguido hacer una especie de empalizada alrededor de un claro.

Es un terreno inmenso, aun que me pregunto que intención tiene...

-Seguro que no tenéis ni idea de lo que estoy haciendo, ¿Verdad? - todos asentimos - bien, estoy construyendo un lugar seguro. Lo primero que he echo a sido la empalizada, en cualquier caso, ahora podemos vivir en esa casa gigante - dijo señalando a su espalda - cultivar con esto - dijo sacando varias bolsas de semillas de un zurrón - salir a cazar cuando sea necesario por esa puerta - esta vez señaló una puerta en la empalizada detrás de nosotros - y entrenar en el campo detrás de la casa, si hace falta agua tenía pensado hacer una especie de foso y hacer que el agua de un arrollo cercano llegase hasta dentro de la empalizada.

Todos nos quedamos mirándolo mientras él espera pacientemente una respuesta. Nadie parece tener intención decir nada. Y entonces Rafael pierde la paciencia, niega con la cabeza y dice:

-Uno solo de vosotros a escuchado aun que solo sea la mitad de lo que he dicho?

-Sí, pero tengo una duda.

-Dispara.

-Que haremos si viene a atacarnos Ares?

-Usar nuestros poderes, por eso lo de entrenarnos, pero hay más como nosotros en esta montaña, congelados bueno, puede que no, pero cuando los ayudé estaban como tú y no sé que les habrá pasado ahora.

-Qué?

-Creeís que sóis los primeros? No, he encontrado a varios más, pero no han querido saber nada de un vida tranquila cooperando.

En ese momento llamaron a la puerta de la empalizada.Todos nos pusimos en guardia de nuevo, listos para defender este nuevo hogar...




Noche de Lobos BlancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora